Review

Living Hour - Internal Drone Infinity

Living Hour

2025

9.2


Por -

Living Hour han ido encontrando con los años una forma de expresión que mezcla observación y permanencia. Desde sus inicios, el grupo ha trabajado con una sensibilidad que parte del detalle y se dirige hacia una comprensión más amplia del entorno. ‘Internal Drone Infinity’ representa la consolidación de ese enfoque, surgido en un periodo en el que Sam Sarty pasaba horas en una cabina de proyección, observando escenas ajenas que acababan reflejando la suya propia. Esa experiencia impregna la estructura del disco, que se comporta como una serie de pequeñas películas unidas por un mismo hilo: la convivencia entre la introspección silenciosa y la vida exterior. La composición responde a un deseo de entender cómo el pensamiento se filtra en lo cotidiano y cómo los objetos, los espacios y los gestos más rutinarios acaban convirtiéndose en símbolos de lo que se siente. El resultado es un conjunto de canciones que funcionan como reflejos parciales de un mismo estado mental, grabado con la calma de quien observa su propio movimiento interior.

Desde el primer corte se percibe esa intención de captar lo ordinario con un lenguaje cercano. En ‘Stainless Steel Dream’ aparecen los objetos de una habitación vacía, el vapor del agua, los sonidos mínimos que acompañan el día a día. Esa atención a lo simple convierte el espacio doméstico en un escenario de reflexión. La voz se mueve entre la narración y el susurro, y la repetición de imágenes crea un efecto de continuidad, como si cada detalle tuviera un eco en el siguiente. Los silencios que separan las frases no rompen el ritmo, sino que lo definen, y la sensación general es la de estar dentro de una mente que registra su entorno con cuidado. Este inicio marca el tono del álbum, en el que lo físico y lo mental se confunden constantemente.

El segundo tema continúa esa exploración desde una perspectiva más directa. En ‘Wheel’ se utiliza la imagen de conducir con las luces encendidas como metáfora del esfuerzo por mantener el rumbo cuando todo parece desdibujarse. Las palabras se repiten en un bucle que refleja la sensación de girar sin destino claro. La voz se integra en la textura general y el sonido refuerza la idea de un movimiento que no conduce a ninguna parte, pero que sirve para seguir avanzando. Esa insistencia en el desplazamiento define el carácter de la canción, que convierte el descontrol en una forma de conocimiento. No hay dramatismo, solo la aceptación de que el propio recorrido es lo que mantiene en pie.

Más adelante, en ‘Waiter’, aparece el motivo de la espera, planteado como una forma de vida. El texto describe la rutina de quien entrega su energía a los demás sin saber si alguien la devolverá. Las frases “Tell me where you think I oughta be” y “I came here alone and I’m headed out the exact same way” funcionan como extremos de un mismo proceso: buscar orientación en otros para terminar encontrándola dentro de uno mismo. Los acordes repiten su ciclo con variaciones mínimas, creando la sensación de que el pensamiento se enrolla sobre sí mismo. Esta canción refleja con claridad la tensión entre dependencia y autonomía que atraviesa todo el disco, transformando la frustración en un reconocimiento de los propios límites.

En la parte central, ‘Best I Did It’ convierte la introspección en imagen concreta. La descripción del ave en la carretera resume el modo en que el grupo traduce el malestar en símbolos visibles. La repetición del verso “It’s the best I did it” actúa como una afirmación insistente, una manera de asumir el esfuerzo sin necesidad de éxito. La canción transmite una serenidad que proviene de la aceptación del intento. El sonido mantiene la misma densidad que caracteriza al conjunto, pero deja espacio suficiente para que las palabras respiren. Lo importante aquí no es la anécdota, sino la transformación del pensamiento en ritmo, del cansancio en repetición que se vuelve alivio.

La siguiente pieza amplía ese estado de inquietud. En ‘Firetrap’ la narración describe un entorno saturado del que se busca escapar. La frase “Everybody wants to be a diplomat” muestra la ironía de un mundo donde todos aparentan calma mientras sienten lo contrario. La distorsión cumple una función expresiva: representa la confusión y la necesidad de poner distancia con lo que oprime. La canción combina impulso y contención para expresar un deseo de fuga que nunca se concreta del todo, como si la huida fuera más mental que física. Esa sensación de estar atrapado dentro de los propios pensamientos conecta con la idea general del álbum: vivir entre el deseo de salir y la necesidad de quedarse.

Más adelante, ‘Big Shadow’ ofrece una mirada distinta, centrada en lo que se conserva después de la pérdida. Las imágenes de plantas secas, objetos guardados y habitaciones vacías componen una especie de inventario de lo que sigue existiendo cuando la relación con los otros cambia. La voz se mueve con serenidad, sin lamento, como quien acepta que recordar también forma parte del presente. El ritmo suave refuerza esa sensación de calma y hace que la nostalgia aparezca sin dramatismo. El grupo consigue así que la melancolía se exprese de forma natural, sin adornos.

La canción más extensa, ‘Texting’, recoge y amplía todos los temas anteriores. El relato de una conversación digital se convierte en una metáfora de la distancia entre las personas. A lo largo del tema, Sarty describe escenas urbanas, objetos triviales y gestos cotidianos que construyen un retrato completo de la comunicación moderna. La repetición de “I’ve been texting” funciona como respiración, como un intento de mantener vivo un vínculo que siempre se diluye. La acumulación de imágenes genera un efecto de observación constante, donde cada detalle cotidiano contiene algo del vínculo perdido. La canción transmite la sensación de estar cerca de alguien a través de una pantalla y, al mismo tiempo, completamente separado. Esa dualidad define la tensión principal del disco.

En el tramo final, ‘Little Kid’ introduce una reflexión sobre la identidad y el paso del tiempo. La mención a dormir de lado desde siempre representa la constancia de los hábitos que definen quién se es. El texto sugiere que crecer no implica dejar atrás lo que se fue, sino aprender a convivir con ello. La voz suena más cálida y el ritmo más relajado, lo que refuerza la sensación de reconciliación. Finalmente, ‘Half Can’ y ‘Things Will Remain’ cierran el conjunto con una idea clara: la permanencia de lo material frente a la desaparición individual. La frase “Things will remain and I will not” resume la mirada del grupo hacia la continuidad del mundo, donde la naturaleza y el tiempo siguen su curso con independencia de la voluntad. En lugar de tristeza, se percibe una calma que proviene de aceptar esa proporción entre lo que se queda y lo que se desvanece.

‘Internal Drone Infinity’ presenta una sucesión de escenas que muestran cómo lo cotidiano puede convertirse en relato. Living Hour emplean un lenguaje cercano, sin artificios, para transformar la rutina en reflexión. Cada canción es una forma de pensar el entorno, de traducir la confusión en observación. El grupo logra un equilibrio entre claridad y misterio, dejando que el sonido acompañe la respiración del texto y que la voz actúe como hilo conductor de un paisaje interior en movimiento. El resultado es un retrato coherente de la permanencia, de la manera en que la mente registra todo lo que la rodea y lo convierte en significado.

Conclusión

Living Hour muestran en su nuevo trabajo cómo la forma de comunicarnos y las rutinas diarias se entrelazan, revelando que la distancia y la costumbre pueden convivir sin dejar de formar parte de la misma vida.

9.2

Álbum

Living Hour - Internal Drone Infinity

Artista

Living Hour

Año

2025

Discográfica

Keeled Scales

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.