Un repertorio de diecisiete piezas puede parecer una rareza en tiempos dominados por trabajos breves, pero en ‘Songs for Other People’s Weddings’ Jens Lekman se apropia de esa extensión para levantar un relato en paralelo al libro escrito junto a David Levithan. La unión de ambos formatos genera un escenario híbrido en el que conviven narración literaria y composición musical. El punto de partida se remonta a aquel tema de 2004 en el que el sueco se ofrecía, casi sin querer, a cantar en bodas. Dos décadas después convierte aquella anécdota en un proyecto que combina ficción y memoria.
La historia se articula en torno a J, un músico que trabaja como cantante en celebraciones, y V, la pareja que se aleja de él cuando decide marcharse a Nueva York. Cada canción funciona como episodio y, al mismo tiempo, como reflejo de los cambios de la relación. La apertura con ‘The First Lovesong’ introduce un tono ceremonial, con un piano grave que pronto se eleva hacia un estribillo amplio. Esa primera pieza se presenta como prólogo y anticipa la tensión entre grandilocuencia y cercanía que atraviesa el álbum.
En ‘A Tuxedo Sewn for Two’ se percibe la ironía de Lekman cuando imagina a dos invitados vestidos con un traje compartido. El tema alterna referencias cultas y guiños absurdos, mientras un estribillo luminoso sostiene un ambiente de celebración. La broma se mezcla con la mirada crítica hacia la música convertida en mercancía: “After all, I make a fortune from my stream on Spotify”. Esta combinación de chascarrillo y observación social recorre gran parte del trabajo, mostrando cómo la figura del intérprete contratado se entrelaza con la del narrador romántico.
La narración introduce después momentos de encuentro. ‘Candy From a Stranger’ recrea la chispa inicial entre J y V con una base de viento metálico y un ritmo que evoca pista de baile. En contraste, ‘Two Little Pigs’ apuesta por una intimidad casi hogareña, donde las voces de Lekman y Matilda Sargren se funden en un retrato cómplice. La dualidad entre expansividad y recogimiento resulta constante, ya que cada boda ficticia plantea un escenario distinto para el desarrollo sentimental de los protagonistas.
La variedad estilística refuerza esa construcción. ‘Speak to Me in Music’ introduce cuerdas orquestales que acompañan la escena de un café en el que J entrevista a una pareja antes de escribir su canción. En medio del diálogo surge la frase “If we’re gonna talk about love, let’s talk about music”, que condensa la intención del proyecto: utilizar el amor como excusa para explorar cómo las canciones adquieren nuevos significados. El tema avanza como un viaje desde la charla casual hasta un clímax de cuerdas que parece elevarse fuera de la escena inicial.
A medida que la trama se complica, los arreglos reflejan la distancia creciente. ‘I Want to Want You Again’ recurre a un tono de balada desgarrada, con Sargren en primer plano, mientras ‘GOT-JFK’ se apoya en un aire folk desnudo, casi confesional. El tránsito de los estilos no resulta arbitrario, sino que acompaña la deriva de los personajes. La inclusión de piezas como ‘Wedding in Brooklyn’ con su electro-funk festivo o ‘For Skye’ con ecos casi minimalistas refuerza la idea de un repertorio que cambia de piel igual que cambian las celebraciones en las que J participa.
El eje dramático llega con ‘Wedding in Leipzig’, más de diez minutos en los que el relato alcanza un punto de ruptura. La primera parte mantiene un aire festivo con metales radiantes y un pulso animado, hasta que la segunda mitad se disuelve en un lamento pausado. Este contraste convierte la canción en clímax narrativo y musical. Cuando poco después suenan las notas de ‘Just for One Moment’, reducidas al piano, se percibe un eco de aquella melodía transformada en recuerdo.
El tramo final acentúa la despedida. ‘You Have One New Message’ muestra la voz de Sargren como ruptura definitiva, mientras ‘The Last Lovesong’ cierra el círculo iniciado con la primera pista. Entre ambas piezas resuena la idea de que cada enlace ajeno ha servido para iluminar un proceso personal que ya no encuentra continuidad.
Más allá del argumento, lo que destaca es la manera en que Lekman combina arreglos orquestales, metales de aire jazzístico, bases electrónicas y guitarras acústicas. El reparto de colaboradores amplía la paleta: desde los violines de Owen Pallett hasta los saxos de Joakim Hultqvist, cada aportación aporta color específico sin romper la cohesión. El propio Lekman se reparte entre guitarras, teclados, percusión programada y voz principal, construyendo un mosaico sonoro donde conviven grandiosidad y detalle íntimo.
‘Songs for Other People’s Weddings’ se erige como un relato musical sobre cómo las canciones acompañan los momentos de transición. La ficción de J y V permite a Lekman poner en escena bodas inventadas que, al mismo tiempo, transmiten experiencias universales: encuentros, viajes, desencuentros y despedidas. El álbum plantea que un tema escrito para una ceremonia concreta puede terminar adoptando nuevos sentidos en otros contextos. Como se escucha en ‘Speak to Me in Music’, lo que queda no es tanto la historia de una pareja como la persistencia de las melodías que la evocan.
Conclusión
ConclusionCon ‘Songs for Other People’s Weddings’, Jens Lekman convierte la figura del cantante de bodas en un narrador que alterna humor y melancolía. La trama sentimental avanza con estilos contrastados que imitan la vitalidad y fragilidad del amor.

