Review

Jay Som - Belong

Jay Som

2025

8.6


Por -

Durante casi una década, Melina Duterte ha recorrido escenarios y estudios, construyendo una trayectoria marcada por la dualidad entre el aislamiento creativo y la cooperación con otras artistas. Su proyecto, Jay Som, ha ido evolucionando desde la intimidad de sus primeras grabaciones hacia una apertura que redefine su relación con el sonido y con quienes la rodean. En los últimos años, su nombre se ha asociado a producciones de Boygenius, Lucy Dacus, Beabadoobee, Troye Sivan o Bombay Bicycle Club, además de mezclas y colaboraciones puntuales con Hayley Williams y Jim Adkins. Después de un largo silencio en su carrera bajo este alias, regresa con ‘Belong’, un trabajo que surge de la necesidad de compartir responsabilidades y transformar la creación individual en una conversación coral. La autora convierte el estudio en un punto de encuentro donde confluyen la madurez adquirida y la voluntad de construir algo colectivo, al tiempo que examina el papel que ocupa dentro de un panorama musical que continúa exigiendo definiciones precisas a quienes prefieren la mezcla y la ambigüedad.

La apertura con ‘Cards on the Table’ revela el tono general del proyecto. La percusión programada marca un pulso irregular mientras las guitarras sostienen un ritmo que alterna calma y urgencia, generando una tensión que refuerza el sentido de exposición. La frase “Cards on the table / Lay it all out” suena como un pacto entre la autora y quien escucha, un gesto de transparencia que atraviesa toda la obra. Su voz aparece suspendida entre lo íntimo y lo distante, sin buscar dramatismo ni alivio. Cada verso parece medir su propio peso antes de soltarse, lo que dota a la pieza de una cadencia contenida. Frente a la perfección calculada de sus trabajos previos, la artista introduce pequeños desajustes que vuelven más real la interpretación. Esa ligera inestabilidad convierte la canción en una muestra de equilibrio entre control y espontaneidad, un inicio que marca el tono de sinceridad deliberada del resto del conjunto.

En los temas siguientes se percibe un movimiento constante entre la confesión y la observación. ‘Float’, con la participación de Jim Adkins, se asienta sobre un aire melancólico que combina guitarras brillantes y coros tensos. La autora analiza el desgaste de un vínculo afectivo con una claridad que rehúye la autocompasión. Su forma de cantar transmite la sensación de un pensamiento en proceso más que una sentencia cerrada. En ‘What You Need’, la voz se expande en los estribillos y adopta un tono de aceptación serena: “Can’t give you what you need / You can have the last word.” La frase resume una comprensión madura del final, no como ruptura sino como liberación. Los arreglos de guitarra y sintetizador se entrelazan sin buscar protagonismo, generando un entorno sonoro donde cada elemento sostiene al otro.

En el eje central del álbum se produce un cambio de registro que amplía el espacio emocional. ‘Past Lives’, junto a Hayley Williams, representa el punto de inflexión más simbólico del conjunto. “Shut down and restart / Melt off, defrost / I’m spiraling up”, cantan ambas, plasmando una idea de reinicio que sintetiza la intención del proyecto. La canción mezcla el empuje melódico de la invitada con la contención habitual de Jay Som, generando un diálogo que avanza hacia una energía de reconciliación con el pasado. A través de este intercambio, la autora deja claro que su regreso no responde a una nostalgia por lo anterior, sino al deseo de reformularlo desde una mirada nueva. El sonido se ensancha sin perder intimidad, y el ritmo se eleva hasta alcanzar una ligereza que nunca llega a la euforia. Esa mesura se convierte en su forma de afirmar que la superación no precisa ruido, sino claridad.

La parte final abre el terreno a la experimentación. En ‘Drop A’ y ‘Casino Stars’, la estructura rítmica se descompone en breves impulsos que avanzan sin rumbo aparente, aunque mantienen un hilo invisible que une melodía y ritmo. ‘Meander/Sprouting Wings’ ofrece una sensación de tránsito permanente, donde los fragmentos vocales se entrelazan con ruidos ambientales y silencios que parecen tan importantes como las notas. Esa disposición convierte la canción en una meditación sobre la duda como impulso creativo. Hacia el cierre, ‘A Million Reasons Why’ introduce voces distorsionadas que suenan como ecos de recuerdos inconclusos, antes de que ‘Want It All’ recoja todos los matices anteriores. “You think you want it all” resuena como un aviso sobre la insatisfacción constante, mientras los instrumentos se diluyen entre risas y murmullos de fondo. Ese final abierto sugiere una autora que prefiere la imperfección viva al cierre complaciente, una despedida que deja espacio para la interpretación.

‘Belong’ funciona como una exploración sobre la identidad artística dentro de un entorno saturado de etiquetas. Jay Som se reconoce en la mezcla de influencias y en la convivencia entre géneros sin jerarquías. Su escritura combina imágenes cotidianas con una estructura melódica que alterna precisión y deriva, evitando la rigidez del esquema clásico. El contenido emocional de las letras se apoya en un lenguaje directo, desprovisto de dramatismo, que transforma la fragilidad en herramienta expresiva. La autora no busca exponer su vida privada, sino entender el modo en que las relaciones personales y las dinámicas de poder influyen en la creación. En ese sentido, su colaboración con artistas como Lucy Dacus o Beabadoobee no solo se percibe como un gesto de compañerismo, sino también como una afirmación política en un espacio donde las mujeres siguen enfrentando una visibilidad condicionada. La unión entre distintas voces y estilos evidencia una intención de romper la soledad estructural que a menudo rodea a quienes componen desde márgenes alternativos. En ese gesto, el proyecto encuentra su verdadero significado: la afirmación de que la colectividad puede ser una forma de independencia.

‘Belong’ se erige, así, como un documento de madurez y de apertura. Cada canción muestra a una artista que asume el cambio como condición natural y que convierte el aprendizaje compartido en materia sonora. Su mirada hacia la colaboración no responde a una moda, sino a una comprensión más amplia del acto de crear. Las texturas, los silencios y las repeticiones conforman un lenguaje que renuncia a la contundencia del mensaje para abrazar la complejidad del proceso. Escuchar este trabajo equivale a observar cómo una autora decide reconstruirse sin perder la calma, aceptando que la autenticidad no depende de la pureza sino del intercambio. En esa coexistencia de voces y en la elección de dejar las puertas abiertas reside la esencia de ‘Belong’, un álbum que entiende la creación como un espacio común donde cada aportación, por mínima que sea, amplía los límites de lo posible.

Conclusión

A lo largo de ‘Belong’, Jay Som construye un relato de renovación interior, donde la voz se convierte en instrumento narrativo para retratar la fragilidad que surge al enfrentarse a la madurez afectiva.

8.6

Álbum

Jay Som - Belong

Artista

Jay Som

Año

2025

Discográfica

Polyvinyl

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.