Review

Ethel Cain - Willoughby Tucker, I’ll Always Love You

Ethel Cain

2025

7.1


Por -

Ethel Cain publica ‘Willoughby Tucker, I’ll Always Love You’ como una apertura hacia un tiempo anterior a la tragedia ya narrada en ‘Preacher’s Daughter’. La mirada se desplaza a la adolescencia del personaje y se detiene en el vínculo con Willoughby, un amor que se muestra al mismo tiempo como refugio y como condena. En lugar de una reconstrucción limpia de recuerdos, el disco se presenta como un registro cargado de contradicciones, donde cada canción introduce detalles que se superponen con la memoria y la percepción. Esta elección convierte el álbum en un espacio de incertidumbre donde lo que se canta no solo retrata al personaje, sino también el modo en que se fabrica el recuerdo de esa etapa.

La narración no fluye con rapidez, avanza con lentitud, como si la memoria arrastrara consigo todo un paisaje erosionado. El inicio con ‘Janie’ abre la puerta a esa sensación de pérdida constante: “Please don’t leave me / I’ll always need more / Please leave open your most quiet door”. La voz aparece entre guitarras discretas y percusiones contenidas, estableciendo un tono que marcará la mayor parte del disco. No se trata de una evocación melódica de juventud luminosa, sino de un intento de fijar en sonido las tensiones de una edad donde la dependencia se confunde con afecto. La aparición inmediata de ‘Willoughby’s Theme’, instrumental que combina piano y sintetizadores, prolonga el mismo clima, como si el paso de una canción a otra funcionara como la respiración interrumpida de quien recuerda.

‘Fuck Me Eyes’ es la excepción en la secuencia: el corte con mayor inclinación pop, donde la figura de otra adolescente rivaliza con Ethel. La letra muestra cómo la admiración y la envidia se confunden en una descripción que pasa del brillo superficial al trasfondo de violencia y abandono: “they say she looks just like her mama before the drugs”. La música evoca una pista de karaoke, ligera en apariencia, pero la narración oculta tensión y resentimiento. La contradicción entre melodía accesible y contenido oscuro refuerza la intención del álbum: mostrar la adolescencia como un territorio en el que la apariencia y la crudeza conviven.

‘Nettles’ introduce un relato más extenso, ocho minutos de progresión lenta que retratan la relación con Willoughby en un contexto de apuro vital. La comparación con las ortigas sintetiza el carácter del vínculo: “To love me is to suffer me, and I believe it”. El tema incorpora cuerdas y un desarrollo pausado que potencia la sensación de un tiempo detenido, donde el afecto se reconoce inseparable del daño. No es casual que aquí se introduzca una ternura casi inédita en la obra de Hayden Anhedönia: la voz se quiebra hacia un registro que no busca redimir la tragedia, sino constatar que la cercanía con el otro puede implicar sufrimiento asumido.

Los interludios instrumentales (‘Willoughby’s Interlude’, ‘Radio Towers’) aportan transiciones atmosféricas que expanden la sensación de vacío. No funcionan como descansos, sino como prolongaciones del relato en ausencia de voz. ‘Radio Towers’, con un pulso que recuerda a un monitor cardíaco, conecta el cuerpo con la máquina y sugiere que la historia no solo transcurre en la intimidad emocional, sino también en un entorno que vigila y limita.

En ‘Dust Bowl’ reaparece el retrato de Willoughby con imágenes de precariedad: “Natural blood-stained blonde / With the holes in his sneakers / And his eyes all over me”. La voz transmite la fijación obsesiva por una mirada que otorga sentido a la existencia, incluso cuando se anticipa el final del vínculo. El crescendo de guitarras hacia la segunda mitad intensifica esa impresión de apego desbordado que amenaza con diluirse en cualquier momento.

‘A Knock at the Door’ reduce la instrumentación hasta un susurro espectral, dejando espacio a un temor vago que se transforma en ansiedad. La letra insiste en la asociación entre amor y muerte: “Everything I’ve loved, I’ve loved it straight to death / So I’m still scared of that knock on the door”. La secuencia posterior desemboca en ‘Tempest’, diez minutos donde la voz de Willoughby toma protagonismo. Aquí se exponen pensamientos autodestructivos: “Don’t ask me why I hate myself / As I’m circling the drain / ’Cause death, it takes too long / And I can’t wait”. El tema combina drones, guitarras densas y un pulso repetitivo que suena como la obstinación de alguien decidido a hundirse. Es el único instante donde la perspectiva cambia y la narrativa se abre a la mente de él.

El cierre con ‘Waco, Texas’ prolonga quince minutos de despedida, en los que Ethel reconoce la imposibilidad de sostener el vínculo, aunque aún se aferre a la esperanza de permanencia: “I’ve been picking names for our children / You’ve been wondering how you’re gonna feed them / Love is not enough in this world / But I still believe in Nebraska dreaming”. La canción se expande con percusión grave, guitarras reverberantes y un final en el que la voz se disuelve en capas instrumentales, dejando una sensación de vacío definitivo. Más que un desenlace narrativo, el corte funciona como clausura emocional, conectando con los ecos de ‘Preacher’s Daughter’ y completando el círculo de la historia.

‘Willoughby Tucker, I’ll Always Love You’ se organiza así como un álbum de recuerdos inconclusos, de escenas juveniles fijadas en un registro donde la dependencia y el anhelo se confunden con resignación. La combinación de canciones narrativas, interludios atmosféricos y extensas baladas revela una construcción meticulosa, en la que la adolescencia no se muestra como etapa idealizada sino como terreno áspero. Con ello, Ethel Cain entrega una obra que prolonga la historia de su personaje y lo sitúa en un pasado cargado de presagios, donde lo afectivo y lo destructivo se vuelven inseparables.

Conclusión

‘Willoughby Tucker, I’ll Always Love You’ de Ethel Cain sitúa al oyente en un contexto narrativo previo a tragedias ya conocidas en su saga. La secuencia combina piezas melancólicas con un único momento luminoso, logrando un contraste que refuerza el carácter dramático de la obra.

7.1

Álbum

Ethel Cain - Willoughby Tucker, I’ll Always Love You

Artista

Ethel Cain

Año

2025

Discográfica

Daughters of Cain

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.