En tiempos donde el ruido parece haber reemplazado al diálogo, ‘Who Let The Dogs Out’ no busca ser un eco, sino un alarido que corta el aire. Este debut de Lambrini Girls no se presenta como una simple acumulación de canciones, sino como un manifiesto disfrazado de disco. Entre bajos estruendosos y guitarras agresivas, ¿puede este álbum encapsular la frustración de una generación? Desde luego, la pregunta se queda corta al observar la intensidad y claridad con la que el dúo aborda sus temas.
La apertura con ‘Bad Apple’ coloca al oyente frente a una crítica directa a la corrupción policial. La lírica (“Officer what seems to be the problem? / Or can we only know post mortem?”) expone de forma cruda una realidad donde la justicia pierde su norte. Lambrini Girls no ofrecen refugio emocional ni tregua; su sonido golpea tan fuerte como sus ideas. La canción se sostiene sobre un bajo imponente que recuerda al tamborileo de una marcha que no admite retrocesos.
En ‘You’re Not From Round Here’, el dúo aborda la gentrificación, pero no desde una posición meramente descriptiva. Cada verso grita contra la destrucción de la identidad colectiva (“Town hall becomes a brewery / Furthering disparity”). La furia en la voz de Phoebe Lunny es casi tangible, creando una invitación implícita al caos.
No obstante, el álbum también encuentra espacio para reflexiones más personales. En ‘Nothing Tastes As Good As It Feels’, Lambrini Girls enfrentan el peso de los trastornos alimenticios y la imagen corporal con una honestidad desgarradora. La frase (“Kate Moss gives no fucks that my period has stopped”) captura de manera feroz la presión impuesta por la cultura de las dietas. Este equilibrio entre lo político y lo personal refleja cómo las estructuras sociales atraviesan lo íntimo.
En ‘Big Dick Energy’, la banda desmonta con mordacidad las actitudes de falsa aliadez masculina. Los riffs frenéticos y las líricas punzantes (“I’m one of the nice guys / So why won’t you have sex with me?”) desnudan una hipocresía que Lambrini Girls no están dispuestas a tolerar. Aquí, la combinación de humor y crítica se alza como una de sus herramientas más efectivas.
‘No Homo’, por su parte, rebaja el ritmo sin perder intensidad, explorando los temores de navegar relaciones queer en un entorno dominado por la heteronormatividad. Con armonías que sorprenden y una guitarra que destella brevemente, la canción se aleja del ruido sin dejar de ser impactante.
El cierre llega con ‘Cuntology 101’, donde las barreras del punk se disuelven en un himno desafiante y desenfadado. Entre coros pegadizos y letras que celebran el caos cotidiano (“Doing a poo at your friend’s house”), Lambrini Girls se apropian de su narrativa, transformando lo vulgar en empoderamiento. Es un recordatorio de que, para este dúo, la irreverencia es una herramienta tan válida como cualquier riff.
En lo instrumental, el álbum se mueve con una energía indomable. Los bajos de Lilly Macieira funcionan como un cimiento sobre el que las guitarras de Lunny construyen paisajes de ruido y rabia. Cada pista parece diseñada para una explosiva presentación en vivo, capturando la urgencia y el desorden que define al punk moderno.
Lambrini Girls no rehúren de los temas más incómodos, desde la misoginia en ‘Company Culture’ hasta la crítica al privilegio de clase en ‘Filthy Rich Nepo Baby’. Lo hacen con un estilo que evita lo pretencioso, manteniéndose fiel a su enfoque directo y desenfadado. Sin embargo, lo que eleva a ‘Who Let The Dogs Out’ es su capacidad para balancear esta agresividad con momentos de vulnerabilidad.
En menos de media hora, este LP condensa una colección de historias y gritos de guerra que reflejan un mundo que tambalea. Con ‘Who Let The Dogs Out’, Lambrini Girls han conseguido algo más que un disco: un espacio sonoro donde la denuncia y la energía conviven sin concesiones.
Conclusión
Lambrini Girls, con ‘Who Let The Dogs Out’, fusionan humor y denuncia social en un álbum que captura su esencia punk sin filtros, abordando desde la neurodiversidad hasta la corrupción institucional con letras mordaces y ritmos electrizantes.

