Wendy Eisenberg presenta en ‘Viewfinder’ un LP que desafía las nociones convencionales de claridad y percepción, envolviendo a la audiencia en un denso entramado de sonidos y pensamientos sobre la naturaleza misma de la visión. Desde los primeros acordes de ‘Lasik’, Eisenberg nos invita a reconsiderar lo que entendemos por ver claramente. La apertura del álbum, con su repetición cautelosa de cuerdas de guitarra, una batería nerviosa y el trombón que se asoma tímidamente, marca el tono para una exploración constante de los límites entre lo que se ve y lo que se comprende. La protagonista parece captar, desde el inicio, que el proceso de curación es largo, y que un cambio en la visión no necesariamente trae consigo una comprensión más profunda de la realidad.
El álbum, como sugiere el título, juega con la idea de un visor: una ventana que nos permite una vista previa de lo que capturaremos, pero siempre de manera incompleta. Al igual que en el visor de una cámara, lo que aparece en la imagen final puede estar distorsionado o alterado por el proceso mismo de mirar. A lo largo de ‘Viewfinder’, Eisenberg se enfrenta a esta tensión. La letra de ‘Lasik’ señala claramente esta disyuntiva: ‘I am surprised that changing isn’t healing’, reconociendo que el simple hecho de cambiar nuestra forma de ver el mundo no garantiza una transformación interior.
Musicalmente, ‘Viewfinder’ es una obra inquieta y caleidoscópica, moviéndose con libertad entre géneros y estilos. Desde los momentos íntimos y tranquilos hasta los pasajes más experimentales, Eisenberg y su banda construyen un paisaje sonoro que refleja la inquietud que permea las letras. ‘Two Times Water’, por ejemplo, introduce un aura más clásica con sus acordes iniciales de piano, pero pronto se transforma en una pieza que coquetea con el free jazz, mientras el ritmo fluye como un río que va acumulando fuerza.
El álbum también cuenta con un impresionante componente instrumental, con temas como ‘Afterimage’, una pieza de 22 minutos que sirve como eje central del disco. En este largo tramo instrumental, la banda explora texturas y dinámicas, construyendo y repitiendo patrones mientras se entrelazan en un diálogo musical casi táctil. La canción evoca la atmósfera de una película de cine negro o de un antiguo thriller, con Eisenberg sugiriendo que la verdadera claridad sigue siendo escurridiza, algo que se reafirma en los cambios de ritmo y tonalidad a lo largo de la pieza.
Las letras de Eisenberg están llenas de imágenes que oscilan entre lo abstracto y lo concreto. En ‘In the Pines’, por ejemplo, la autora reflexiona sobre la soledad y la vastedad de las emociones humanas: ‘Can you see me? God what a lonely, lonely point of view’. Este tema, que combina la nostalgia con una amarga introspección, refleja la constante búsqueda de Eisenberg por encontrar claridad en un mundo lleno de ambigüedad y desencuentros. La pregunta repetida, ‘Can you see me?’, resuena como una súplica, un deseo de ser visto verdaderamente, de ser comprendido, aunque las respuestas sean esquivas.
El concepto de visión y percepción no solo aparece en las letras, sino que también está presente en la estructura misma de las canciones. En ‘Viewfinder’, la canción que da título al álbum, Eisenberg se adentra en una reflexión sobre cómo miramos el mundo y cómo interpretamos lo que vemos: ‘Better never to see than to see the way careless people seem to see’. Este verso encierra el dilema central del disco: la visión no siempre implica comprensión, y a menudo, lo que vemos está condicionado por nuestros propios prejuicios y limitaciones.
Las colaboraciones instrumentales en el disco también son destacables, con músicos como Zekereyya el-Magharbel en trombón y Carmen Q. Rothwell en bajo, que aportan texturas ricas y variadas al paisaje sonoro del álbum. Las interacciones entre los músicos añaden una capa adicional de complejidad, donde los momentos de quietud y los estallidos de sonido se equilibran de manera precisa, creando una narrativa musical tan rica como la lírica.
El álbum cierra con una nota de incertidumbre. ‘Viewfinder’, al igual que muchas de las canciones del disco, parece dejar más preguntas que respuestas. Sin embargo, es precisamente esta falta de resoluciones lo que hace que el LP sea tan intrigante. Eisenberg no busca dar respuestas fáciles, sino que nos invita a cuestionar nuestras propias formas de ver y de comprender el mundo que nos rodea. Al final, lo que ‘Viewfinder’ sugiere es que la claridad, tanto visual como emocional, es siempre provisional, siempre sujeta a cambios y reinterpretaciones.
Eisenberg ha logrado crear una obra que, a través de su experimentación instrumental y su lírica introspectiva, desafía las ideas preconcebidas sobre el significado de ver y entender. ‘Viewfinder’ es un álbum que exige ser escuchado con atención, no solo por lo que revela, sino por lo que oculta, por lo que sugiere sin mostrar de forma explícita. Un trabajo que invita a una reflexión profunda sobre nuestra relación con la realidad y la percepción.
Conclusión
En ‘Viewfinder’, Wendy Eisenberg entrelaza géneros y emociones, explorando la tensión entre la claridad y la ambigüedad a través de una compleja narrativa musical, cargada de reflexiones sobre la visión y el entendimiento.