Lo que se graba en medio de un verano aplastante permanece. No por lo anecdótico del calor, sino por el modo en que se cuela, desfigura, impide respirar y reconfigura la percepción. A veces un disco empieza como una acumulación de esbozos, anotaciones incompletas sin una dirección clara. Pero si se cruzan el agotamiento físico, la movilidad forzada y la falta de certeza emocional, esa acumulación puede deformarse hasta convertirse en un testimonio sin intención de serlo. Así se gestó ‘This Heat Is Slowly Killing Me’, primer largo de Aunt Katrina, una formación que arranca en la habitación de Ryan Walchonski y termina por ocupar un espacio coral, tejido entre distancias, tráfico, ruido y humedad.
Las nueve canciones funcionan como acumulaciones de sensaciones precarias: la ruptura, la pérdida, la deriva personal. El rasgo más llamativo del álbum es su rechazo a una identidad sonora estable. A ratos se estira en paisajes electrónicos rotos (‘Bait’), en otros momentos se comprime en estructuras melódicas apenas hiladas, y en algunos cortes se impone la distorsión como gesto final, como si solo importase el colapso del sonido (‘Ran Out of Time’). La dispersión actúa como única vía para reflejar un tránsito afectivo inestable.
Desde el comienzo, ‘How Are You?’ plantea una confrontación seca. Sin nostalgia ni idealización. Solo repeticiones que devuelven un bucle de daño: “Do what I did I’ll do it again”. La percusión se desordena al final del tema como si la estructura no pudiera sostenerse. En ‘Peace of Mind’, el deseo de estabilidad se traduce en un equilibrio inestable entre guitarra punteada y capas electrónicas. “Got caught in the rainstorm / I’m falling apart”. La frase se desintegra al mismo ritmo que el tema entero. Letras lacónicas, elementos melódicos que coexisten sin ensamblarse, instrumentaciones que terminan quebradas por el ruido.
‘Just a Game’ introduce una aparente levedad melódica, aunque lo que arrastra es una inseguridad persistente. “I’m just a memory in your brain”, dice la voz antes de deshacerse en un estribillo que simula despreocupación. La ligereza funciona como una máscara. En ‘Four Corners’, el eje se desplaza hacia la culpa y el deseo. Aquí se nota con claridad el interés por estructuras armónicas disonantes: la canción se interrumpe constantemente, como si el recuerdo del momento narrado careciera de continuidad.
‘Ran Out of Time’ lleva el álbum a su punto más incisivo. La lírica entra directamente en el terreno de la muerte. “What would it take / For you to love me again?”, pregunta la voz con tono plano. Lo que sigue es una descarga sonora que deja solo el residuo de la emoción: un ruido sostenido que evita toda resolución. La pieza instrumental ‘Bait’, breve y descontextualizada, interrumpe la narrativa sin consuelo. Su ubicación entre dos temas más estructurados multiplica su efecto.
‘Locked Me Up’ se acerca por momentos a formas más tradicionales del pop distorsionado, pero lo hace desde una perspectiva fragmentada. El texto dibuja una escena de entrega que se transforma en pérdida: “She stole my heart and I’m all alone”. El juego entre dinámicas melódicas suaves y estallidos eléctricos en la segunda mitad del tema expone ese desequilibrio sin necesidad de subrayarlo. En ‘Rhythm’, el tema se convierte en una afirmación circular: “Rhythm is forever / Rhythm’s here to stay”, mientras la música vibra con un patrón progresivamente alterado. La contradicción queda en primer plano, sin interferencias.
La última canción, ‘I Don’t Want to Be Your Friend’, podría entenderse como una declaración final, pero rehúye esa función. No hay cierre, solo una decisión planteada sin énfasis. La voz suena cansada, sin voluntad de reconciliación. No hay reconstrucción del vínculo, solo una constatación. La instrumentación, escueta y contenida, permite que esa frase se fije sin dramatismo.
Lo que distingue a ‘This Heat Is Slowly Killing Me’ no depende de su variedad estilística ni de su carga emocional. El álbum evita organizar la confusión. Se construye desde el caos como única forma de exposición. La acumulación de vínculos suspendidos, desplazamientos y colisiones afectivas no aspira a concluir nada. Solo permanece. Aunt Katrina registra ese estado sin ornamentación ni consuelo. El calor, el tráfico, los trayectos repetidos y las tensiones acumuladas atraviesan estas composiciones como una sustancia persistente. Las canciones no explican ese peso. Lo contienen.
Conclusión
Aunt Katrina ensamblan en ‘This Heat Is Slowly Killing Me’ una serie de composiciones que encarnan la inestabilidad vital desde la tensión entre ruido, memoria y tecnología.