En ‘Slowly, It Dawns’, Victoria Canal construye una narrativa sonora que transita entre la audacia inicial de la juventud y la pausa reflexiva de la autoexploración. Este álbum debut, que se desarrolla a lo largo de doce cortes, refleja un esfuerzo por encontrar equilibrio entre su faceta más luminosa y aquella que desciende hacia territorios oscuros, aunque a veces el balance se inclina hacia la irregularidad.

Desde su apertura con 'June Baby', el álbum se sumerge en un pop dinámico y accesible. La canción transmite una mezcla de entusiasmo juvenil y miedo a la vulnerabilidad, elementos que Canal articula con frases como “I think I love you now”. Este inicio, aunque prometedor, se queda algo corto en profundidad emocional, priorizando melodías pegadizas sobre un contenido lírico más desarrollado.

La primera mitad del disco intenta mantener el pulso con piezas como 'California Sober' y 'Cake', que destacan por su audaz producción. 'California Sober', con influencias latinas y una atmósfera de nocturna sensualidad, se presenta como un experimento estilístico que, si bien intrigante, no logra evitar una sensación de artificiosidad. 'Cake', por su parte, apunta a capturar el lado hedonista de la evasión emocional, pero su ejecución termina pareciendo más anecdótica que trascendental.

El núcleo emocional del disco se encuentra en su segundo acto, donde Canal parece adoptar un tono más introspectivo y maduro. 'How Can I Be a Person?' y 'Totally Fucking Fine' destacan por su minimalismo instrumental y su honestidad lírica, aunque ambas canciones revelan la limitada capacidad del álbum para mantener una cohesión conceptual. ‘How Can I Be a Person?’ aborda la autocomparación y el desgaste psicológico en un marco lírico efectivo, pero la simplicidad de su estructura musical deja poco espacio para sorpresas.

Por momentos, Canal muestra destellos de una compositora capaz de alcanzar una conexión más profunda con su audiencia. 'Barely', con su lírica que reflexiona sobre la pequeñez del ser humano frente a la inmensidad del universo, logra un equilibrio interesante entre lo existencial y lo íntimo. Sin embargo, este tipo de momentos son escasos y están rodeados de composiciones que parecen priorizar la forma sobre el contenido.

El cierre del álbum, marcado por 'Black Swan' y 'Swan Song', recupera algo del potencial que Canal había insinuado. 'Black Swan', galardonada previamente, se sostiene sobre una estructura melódica poderosa y un mensaje de perfeccionismo y autocompasión. 'Swan Song', aunque cargada de emoción, peca de un tono excesivamente solemne que diluye el impacto final.

En términos generales, 'Slowly, It Dawns' es un trabajo debut que presenta a una artista en plena búsqueda de su identidad creativa. Aunque el álbum logra momentos de conexión y sinceridad, su irregularidad estructural y la dependencia de fórmulas predecibles limitan su alcance. Victoria Canal muestra un talento evidente, pero aún parece estar navegando entre la comodidad de lo familiar y la ambición de palpar lo real. Como primer paso, el álbum cumple, pero deja claro que el camino hacia su consolidación artística todavía está en curso.