No todas las ausencias se llevan consigo el eco de la voz que un día pronunció nuestro nombre. Algunas se quedan incrustadas en el aire, en las canciones que resuenan cuando ya no hay nadie para cantarlas. Helen Ganya no busca reconstruir el pasado en 'Share Your Care', sino darle un nuevo significado. Lo que queda después de la pérdida no es solo el silencio, sino también la posibilidad de que el sonido lo llene de otra manera.
La música de Ganya nunca ha sido ajena a la exploración de los vínculos entre lo personal y lo sonoro. Sin embargo, aquí su propuesta se despliega con una intención distinta. Si en trabajos anteriores su sonido se aferraba a texturas electrónicas y estructuras impredecibles, ahora se expande para incluir elementos de la tradición musical tailandesa, con instrumentos como el ranat ek, el saw duang o el pi. No se trata de una apropiación forzada ni de un gesto de exotismo, sino de una integración orgánica, como si esos timbres hubieran estado esperando a ser escuchados en su obra desde siempre.
El título del álbum encierra una declaración de intenciones. Compartir el cuidado implica reconocer el vínculo con quienes vinieron antes y con quienes nos rodean. Esta idea cobra especial sentido en la canción homónima, inspirada en una tradición familiar en la que las mujeres de su linaje visitaban la tumba del abuelo, llevando ofrendas y reafirmando la conexión con sus ancestros. La música traduce ese acto en un paisaje sonoro en el que el pasado y el presente se entrelazan.
El recorrido del disco está marcado por fragmentos de historias personales que cobran una dimensión colectiva. 'Fortune', dedicada a su madre, es una forma de devolver el reconocimiento a todas las mujeres que han tenido que transitar la migración sin perder de vista sus propias raíces. En 'Chaiyo!', la evocación de un abuelo celebrando el boxeo tailandés en la televisión se transforma en una reflexión sobre la transmisión de la memoria a través de gestos aparentemente cotidianos. 'Barn Nork', cantada en tailandés, se apropia de un término con el que su familia la ha identificado para resignificarlo con un tono lúdico y reivindicativo.
La producción del disco, a cargo de Ganya junto a Rob Flynn, no trata de imponer una jerarquía entre los elementos. Los instrumentos tailandeses no funcionan como meros adornos, sino que conviven con las estructuras más contemporáneas, generando una cohesión que se percibe en piezas como 'Horizon', donde la intervención del pi refuerza la sensación de una voz ancestral llamando a través de la distancia.
El cierre del álbum con 'Myna' deja en el aire una pregunta sin respuesta. Tony Njoku presta su voz para encarnar al abuelo de Ganya en una conversación imaginaria que nunca pudo tener lugar. “How did you live the way you did?”, canta, dejando la interrogante flotando entre acordes que se desvanecen.
'Share Your Care' no se impone la tarea de resolver el peso de la pérdida ni de dotar de significado a lo que ya no está. Su intención es otra: mostrar que la memoria se sostiene en los gestos compartidos, en las canciones que continúan sonando aun cuando la voz que las cantaba ya no esté.
Conclusión
'Share Your Care' es un mosaico de recuerdos transformados en melodía. Helen Ganya incorpora instrumentos tailandeses con naturalidad, componiendo un disco que no solo honra sus raíces, sino que también abre un espacio de reflexión sobre la pérdida y la continuidad de la memoria.