Los sonidos no solo se pronuncian, también se moldean, se repiten, se deslizan de una palabra a otra hasta desdibujar su contorno. En 'Phonetics On and On', Horsegirl parecen explorar este principio desde la música, reorganizando los elementos esenciales de una canción para darles un significado distinto. La disposición de los acordes, el juego con la voz y los silencios calculados convierten cada pieza del disco en una forma en constante transformación.
Este trabajo, grabado en Chicago bajo la producción de Cate Le Bon, deja atrás las asperezas del primer álbum y apuesta por una mayor claridad instrumental. La ausencia de distorsión en la mayor parte de los temas permite que cada elemento tenga su propio espacio. Canciones como '2468' o 'Switch Over' revelan una tendencia a la repetición como herramienta melódica, mientras que 'In Twos' se apoya en la economía instrumental para generar una sensación de desamparo. En 'Julie', los acordes parecen suspendidos en el aire, acompañando una línea vocal que avanza sin prisa, mientras que 'Rock City' estructura sus cambios dinámicos de manera precisa, sin perder su aparente espontaneidad.
El lenguaje del disco se sostiene sobre la reiteración de sonidos y la fragmentación de las líneas melódicas. En 'Frontrunner', la voz se desliza entre un arpegio sencillo y una percusión contenida, mientras que 'Sport Meets Sound' utiliza patrones vocales como si fueran una extensión rítmica de la instrumentación. La sensación de orden que recorre el álbum nunca se traduce en frialdad, sino en una organización meticulosa que deja margen para el azar.
El cierre con 'I Can't Stand to See You' resume esta intención de manera eficaz. La progresión del tema parece sostenerse sobre un equilibrio inestable, en el que cada repetición introduce una leve variación que modifica el conjunto. Es una despedida contenida, que deja en suspenso la posibilidad de un desenlace más definido.
Con 'Phonetics On and On', Horsegirl consolidan un lenguaje propio en el que cada elemento parece responder a una lógica interna. El uso de la voz como recurso textural, la atención al ritmo y la distribución del espacio en cada composición convierten este disco en un ejercicio de precisión sin renunciar a la flexibilidad. No hay artificios ni gestos grandilocuentes, solo una búsqueda deliberada de equilibrio entre el sonido y el silencio.
Conclusión
En 'Phonetics On and On', Horsegirl refinan su sonido con estructuras mínimas y una expresividad contenida. La combinación de texturas limpias y líneas vocales sutiles resalta la atención que el grupo presta a los detalles, haciendo de cada repetición un gesto intencionado.

