Retirement Party surgieron en Chicago como un grupo universitario que pronto se hizo notar gracias a una forma directa de enlazar guitarras brillantes con letras que retrataban la incertidumbre de crecer en plena vorágine. Después de varios trabajos largos y una pausa que coincidió con cambios vitales de Avery Springer, la vuelta se concreta en 'Nothing To Hear Without A Sound', un conjunto de cuatro canciones grabadas con Simon Small donde Avery se encarga de todo excepto la batería, interpretada por Sam Brown. La idea de ciclo vital aparece desde la génesis misma del proyecto y se refleja en este retorno: piezas compuestas en momentos distintos del pasado que hoy encuentran cierre y se reordenan como un todo coherente.
El arranque con 'Sixth Sense' funciona como una declaración sobre la distancia que se establece con el escenario y las dudas sobre continuar en la música. El verso “Maybe life will move slower, but I’ll be happy for everyone” concentra esa sensación de pausa forzada y de aceptación tranquila, mientras las guitarras se expanden con un ritmo que empuja hacia delante sin excesos. La batería de Brown acentúa la tensión entre un discurso que apunta al retiro y una energía instrumental que se resiste a detenerse, generando un contraste que atraviesa el resto del trabajo.
En 'Residual' se percibe la vertiente más melódica del grupo, con un armazón de guitarras que alterna brillo y cierto tono melancólico. Las líneas vocales se presentan limpias, enérgicas y con un fraseo que transmite desasosiego cotidiano. La estructura juega con repeticiones calculadas, permitiendo que el estribillo destaque sin perder frescura. La combinación de un pulso rítmico ágil y melodías pegajosas convierte este corte en el punto más accesible del conjunto, aunque su trasfondo gira en torno a la persistencia de recuerdos que se resisten a diluirse.
El tercer tema, 'Jockeys', ofrece un giro hacia un sonido más áspero. Aquí los acordes se endurecen y la voz se envuelve en una atmósfera cargada, donde el estribillo conserva gancho aunque la densidad instrumental predomine. El tratamiento de las guitarras suena más crudo y menos abierto que en las piezas anteriores, reflejando un ánimo más sombrío y acelerado. La canción introduce un matiz distinto que rompe con la inmediatez melódica del inicio, expandiendo el abanico de sensaciones sin abandonar el terreno del pop punk.
El cierre con 'Moving Forward' se aleja de las guitarras eléctricas y se centra en una acústica desnuda. Con apenas minuto y medio de duración, condensa la idea de transición y de ciclo cerrado. Suena íntima y sencilla, como una despedida que enlaza con los primeros pasos de Retirement Party, cuando las canciones se escribían en habitaciones pequeñas. Esa vuelta a un registro casero y recogido cierra la obra con un gesto circular: la misma persona que hace años comenzó a registrar ideas en soledad ahora firma un retorno con los mismos recursos mínimos, aunque desde otra etapa vital.
A lo largo de los cuatro cortes se percibe un interés claro por jugar con los matices de la guitarra y por mantener una tensión constante entre melodía y crudeza. El grupo combina rasgos propios del power pop con dinámicas cercanas al punk, pero siempre con la voz como eje narrativo. Las letras se centran en la ansiedad que produce el paso del tiempo, en la conciencia de cambio y en la necesidad de aceptar etapas pasadas. Esa coherencia temática se enlaza con estructuras sencillas que nunca pierden inmediatez, construyendo un conjunto breve pero sólido.
El EP transmite la sensación de tránsito y de reconfiguración: canciones escritas en épocas distintas encuentran hoy un espacio común. Retirement Party logran unir melodías contagiosas con un trasfondo lírico marcado por la inquietud ante el futuro y el recuerdo de lo que se deja atrás. En apenas once minutos consiguen dar forma a un retrato claro de lo que significa crecer, cerrar ciclos y volver a empezar, con guitarras que se expanden entre la energía eléctrica y la calma acústica.
Conclusión
En 'Nothing To Hear Without A Sound', Retirement Party construyen un trabajo breve donde cada tema se asocia a momentos vitales distintos. Con 'Sixth Sense' como carta de presentación y 'Moving Forward' como despedida íntima, la obra dibuja un tránsito entre dudas, recuerdos persistentes y una voluntad clara de seguir adelante.

