Mountainhead es el séptimo álbum de estudio de Everything Everything, un grupo que si bien tuvo sus momentos interesantes en el pasado, nunca ha destacado por una innovación real en su propuesta art pop experimental. Este nuevo disco no es la excepción, mostrando una falta de evolución respecto a trabajos anteriores.

El concepto detrás de Mountainhead promete más de lo que realmente ofrece. La idea de una sociedad obsesionada con construir una montaña gigante, para lo cual debe excavar un enorme agujero, pretende ser una alegoría distópica. Pero la ejecución es deficiente y la historia pierde fuerza, siendo utilizada simplemente como un pretexto para justificar la unidad del álbum.

Musicalmente, el disco apela a una fórmula muy familiar para los seguidores del grupo. La voz de falsete de Jonathan Higgs sigue siendo protagonista, aunque ya no posee el mismo factor sorpresa que en el pasado. Los teclados, guitarras distorsionadas y ritmos bailables remiten al sonido de sus anteriores trabajos.

Hay sencillos pegadizos como 'Cold Reactor', pero en general faltan grandes melodías. Las múltiples capas de sintetizadores y arreglos densos cansan con el correr de los temas en lugar de sumar profundidad. Algunas pistas parecen un popurrí de ideas inconexas, mientras que las dos canciones finales se sienten como puro relleno.

Si bien la producción es impecable y existen destellos de talento, la inspiración parece haberse agotado. Mountainhead suena en general a un ejercicio de estilo que confía demasiado en un virtuosismo técnico pero no logra conmover. Las letras crípticas de Higgs ya no intrigan, sino que caen en lo pretencioso.

En definitiva, este nuevo álbum confirma que Everything Everything se ha estancado. Sus propuestas art pop ya no se sienten frescas ni innovadoras en un género que ayudaron a popularizar pero que ahora suena repetido. Si bien a estas alturas tampoco podemos pedirle gran cosa al grupo, la sensación es que tampoco hacen mucho esfuerzo en ofrecer algún tipo de evolución real. Mountainhead se percibe como un producto hecho por inercia, poco memorable y al que le falta esa chispa que distinguía al grupo en sus inicios.