Review

Trace Mountains - Into the Burning Blue

Trace Mountains

2024

8.2


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El nuevo disco de Trace Mountains, ‘Into the Burning Blue’, es un trabajo que se desarrolla en el marco de una transición personal compleja, marcada por una ruptura amorosa que funciona como telón de fondo. Sin embargo, a pesar de su contexto íntimo, el álbum trasciende lo personal y encuentra resonancia en una estructura más amplia, vinculando emociones individuales con texturas sonoras universales. Dave Benton, el músico detrás de este proyecto, logra construir una narrativa en la que las experiencias emocionales parecen proyectarse en distintos tonos de azul, una gama cromática que guía tanto el desarrollo lírico como la atmósfera instrumental del disco.

El álbum abre con ‘In a Dream’, un tema donde Benton emplea influencias de David Lynch y Bruce Springsteen para crear un ambiente cargado de tensión. Los sonidos de sintetizador y la estructura melódica evocan un viaje a través de sombras, con un crescendo final que sugiere una especie de liberación o salida de la oscuridad. Este tema, como muchos otros en el disco, parece balancearse entre lo onírico y lo tangible, creando una conexión entre la realidad emocional del artista y su representación sonora. El uso de capas de sonidos que imitan texturas sobrenaturales se siente como una presencia constante a lo largo de todo el álbum, reforzando esta dualidad.

A nivel temático, Benton no solo ahonda en la ruptura amorosa que dio origen al álbum, sino que también explora la inevitable tensión que existe en cualquier relación humana. En ‘Crawling Back to You’, se aborda esta problemática desde una perspectiva lírica más abstracta. La canción, influenciada por la música de Tom Petty, parece tratar sobre la lucha interna entre el conflicto y la evitación del mismo, algo que, según Benton, fue subconsciente durante el proceso creativo. A nivel instrumental, el bajo hipnótico y los ritmos acelerados refuerzan la sensación de urgencia, como si la canción reflejara la ansiedad que surge al enfrentarse a emociones que no se quieren reconocer.

El álbum, no obstante, no se estanca en el dolor. Canciones como ‘Ponies’ y ‘Hard to Accept’ sugieren un proceso de aceptación y avance. ‘Ponies’, en particular, se siente como un punto de inflexión dentro del disco, un momento en el que Benton parece tomar una bocanada de aire fresco tras el peso emocional que se presenta en los primeros temas. En esta pista, Benton utiliza metáforas para reflejar el movimiento y la renovación, culminando en un coro en el que se evoca la imagen de seguir adelante como ‘los ponis’. La canción cierra con un solo de guitarra distorsionado que, lejos de generar caos, parece cerrar el tema con una energía contenida y serena.

En términos sonoros, el disco marca un alejamiento de los inicios más folk e íntimos de Trace Mountains. Las influencias de los 80 son palpables en gran parte de las canciones, con referencias directas a artistas como Bruce Springsteen y el uso de la caja de ritmos característica de Phil Collins. Esto se ve claramente en ‘Hard to Accept’, donde Benton fusiona sintetizadores y guitarras con una percusión nítida que da a la canción una calidad más optimista. Sin embargo, esta sensación de ligereza contrasta con las letras, que, aunque esperanzadoras en algunos momentos, siguen reflejando la incertidumbre y la vulnerabilidad del artista.

El álbum no solo destaca por su producción pulida y sus influencias ochenteras, sino también por la habilidad de Benton para rodearse de colaboradores talentosos. Los guitarristas Jim Hill y Josh Marré aportan texturas variadas a lo largo de las canciones, mientras que Meg Duffy, de Hand Habits, ofrece un solo de guitarra memorable en ‘Ponies’. Además, la inclusión de Logan Roth en los sintetizadores y pianos da al álbum un toque dinámico, elevando las composiciones a un nivel más sofisticado sin perder el toque emocional que caracteriza a Trace Mountains.

Por otro lado, ‘Melt’ ofrece un respiro en el que el ritmo decae y la atmósfera se vuelve más introspectiva. Aquí, Benton cambia el tono hacia algo más íntimo y romántico, explorando el deseo y el amor desde una perspectiva serena, pero sin caer en sentimentalismos fáciles. En contraste, ‘Gone & Done’ adopta una estructura más ligera, casi lúdica, donde Benton combina una instrumentación twangy con letras que parecen burlarse de sí mismo, lo que añade un matiz de autoaceptación y superación.

‘Into the Burning Blue’ es un trabajo que encapsula las transiciones emocionales de su creador, pero que, al mismo tiempo, ofrece un recorrido sonoro que evita lo repetitivo o lo excesivamente introspectivo. La producción, firmemente arraigada en los sonidos ochenteros, da al disco una atmósfera expansiva que contrasta con la vulnerabilidad lírica de Benton, creando una obra que no se limita a explorar el dolor, sino también la posibilidad de encontrar nuevos horizontes tras él.

Conclusión

Trace Mountains, con ‘Into the Burning Blue’, explora rupturas y emociones contenidas a través de una instrumentación rica y evocadora, impregnada de sonidos de los 80 y letras cargadas de autorreflexión.

8.2
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8.8

Álbum

Trace Mountains - Into the Burning Blue

Artista

Trace Mountains

Año

2024

Discográfica

Lame O

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.