Es en los retornos inesperados donde a veces se filtra una forma de claridad. Una claridad que no se impone ni alza la voz, pero permanece. Quince años después de su última entrega, Stereolab han vuelto no para ocupar un lugar perdido sino para reactivar uno que sigue operando a través de otros. 'Instant Holograms on Metal Film' no sugiere una nostalgia, sino una continuación deliberada. No hay aquí concesiones al pasado, sino una ampliación de un presente ya atravesado por las tensiones que ellos mismos vienen marcando desde los noventa. Si antes hablaban desde un borde lateral de la industria, ahora ese borde se ha desplazado al centro de las conversaciones. Y ahí, sin elevar el tono, Stereolab insisten.
La primera escucha del disco no responde a una progresión lineal ni a un gesto de impacto. El inicio con ‘Mystical Plosives’ no reclama atención inmediata: su brevedad y construcción instrumental parecen marcar el umbral de entrada a una zona de resonancias antes que de canciones. Le sigue ‘Aerial Troubles’, donde se establece el tono lírico y rítmico: “The numbing is not working anymore”. Esta frase no funciona como eslogan sino como constatación. El recorrido que plantean los trece cortes no se ordena por giros dramáticos ni estructuras cerradas, sino por acumulaciones y desplazamientos. Las líneas de voz conviven con capas de sintetizadores, fragmentos melódicos que se diluyen y resurgen, modulaciones que no concluyen sino que persisten. El disco opera como un sistema en movimiento.
‘Melodie is a Wound’ sitúa con claridad una orientación del discurso. Las palabras se despliegan sin ocultarse entre la textura sonora: “The war economy is inviolable, violently suppresses all intelligence that conflicts with the stakes of those who drive it”. Lo que aquí se formula no busca provocar, sino registrar. La duración extendida del tema permite que el contenido verbal se asiente sin precipitarse. La música no acompaña ni enfatiza, simplemente sigue su curso. Esta convivencia entre lo dicho y lo tocado aparece en varios puntos del disco, como en ‘Vermona F Transistor’ o en ‘Transmuted Matter’, donde la frase “I’m the creator of this reality” se articula con una arquitectura sonora que no busca ilustrar sino sostener.
No hay acumulación innecesaria en la instrumentación. Las estructuras se perciben calibradas con precisión: marimbas, cuerdas, secuencias sintéticas, vientos, percusiones no convencionales. En ‘Le Coeur et la Force’, una línea de bajo ajena a cualquier patrón estable conduce a una deriva de timbres que escapan al orden esperado. En ‘Electrified Teenybop!’, la ausencia de voz resalta la capacidad del grupo para establecer narrativas desde lo rítmico. No hay un punto único de atención; todo en el disco está dispuesto para ser escuchado en conjunto, no como suma de partes sino como red de conexiones.
En ‘Immortal Hands’, los segmentos musicales se suceden sin consolidar una identidad única. Esto no responde a una estrategia de evasión ni a una voluntad de complejidad. Stereolab trabajan aquí desde la posibilidad de habitar varios registros sin necesidad de jerarquizarlos. En este sentido, el uso de voces masculinas en algunas piezas no introduce una diferencia marcada sino que se integra con naturalidad en el conjunto. La voz de Lætitia Sadier mantiene su posición central no por su volumen o protagonismo, sino por su capacidad para construir sentido desde la calma.
El tramo final del disco, con ‘Flashes From Everywhere’, ‘Colour Television’ y ‘If You Remember I Forgot How to Dream, Pt. 2’, reafirma una continuidad. No hay clímax, tampoco resolución. Stereolab no trabajan desde la progresión narrativa sino desde la reiteración transformada. Las ideas musicales se reformulan, se recombinan, se desvían. La sensación de cierre es apenas un cambio de estado. La última pieza recoge elementos anteriores y los dispone como si se tratara de un índice sonoro.
'Instant Holograms on Metal Film' no se presenta como manifiesto, pero actúa como tal. Su modo de decir se sitúa lejos de cualquier literalidad, sin perder por ello intensidad. En un momento donde la saturación informativa y la espectacularización de lo político reducen la posibilidad de escucha, Stereolab mantienen un lugar donde las formas aún importan. Y lo hacen sin declarar nada, simplemente componiendo.
Conclusión
Stereolab moldean en ‘Instant Holograms on Metal Film’ una secuencia de pulsos, resistencias y frases cargadas de dirección política sin alterar su forma reconocible.