Review

Lola Young - I’m Only F**king Myself

Lola Young

2025

7


Por -

Lola Young presenta en ‘I’m Only F**king Myself’ un conjunto de canciones atravesadas por un contexto vital turbulento que se refleja en cada verso. Tras la repercusión global de ‘Messy’, tema que la situó en el centro de la conversación cultural, la británica aprovecha este tercer trabajo para desvelar las grietas de un periodo marcado por adicciones, amores descompuestos y una voz que asume sin disimulo su crudeza. Su trayectoria, iniciada con apenas dieciocho años al firmar con Island, encuentra aquí un punto de inflexión en el que el exceso y la confesión se convierten en materia prima.

Desde el arranque con ‘FUCK EVERYONE’, la artista se adentra en un terreno de desinhibición donde sexo y rabia se confunden en un mismo registro. La voz se despliega con furia, entre estallidos casi punk y frases que subrayan la desidia vital. En contraste, ‘One Thing’ introduce un pulso rítmico cercano al funk, pero su letra convierte la aparente ligereza en un retrato descarnado del deseo tratado con ironía. Young canta “I wanna make you feel appreciated when you're deep up in me”, mostrando la voluntad de desnudar la intimidad desde un ángulo frontal que evita la metáfora complaciente.

Ese tránsito entre euforia y desgarro se repite en piezas como ‘CAN WE IGNORE IT? :(’, donde guitarras distorsionadas sostienen un grito de evasión: “If you love me like you say, you’ll let me escape”. La súplica se tiñe de urgencia, reflejando una dependencia que impregna tanto lo personal como lo químico. Algo parecido ocurre en ‘d£aler’, cuya apariencia de balada pop ochentera encierra una tensión autodestructiva que oscila entre la necesidad y la huida. La artista no disfraza el anhelo, lo convierte en combustible para un estribillo obsesivo.

El bloque central del álbum ahonda en la contradicción constante de su escritura. ‘SPIDERS’ alterna un arranque contenido con un estallido vocal abrasivo que la deja al borde del desgarro, mientras que ‘why do i feel better when i hurt you?’ opta por un tono más íntimo, casi susurrado, en el que la violencia emocional aparece teñida de ternura perversa. Esta convivencia de extremos marca la estructura del disco, donde cada canción se sitúa en un punto intermedio entre confesión íntima y desafío público.

Young utiliza un registro coloquial en sus letras, que por momentos roza lo descarnado. Esa cercanía oral se aprecia en ‘Not Like That Anymore’, con frases que rozan lo grotesco al mismo tiempo que sirven para mostrar un estado de ánimo sin maquillaje. La falta de filtros convierte el repertorio en un diario ruidoso que va encadenando episodios de sexo sin afecto, dependencia de sustancias y vínculos atravesados por la toxicidad. Cada pieza, en mayor o menor medida, funciona como una postal de una etapa vital sin redenciones fáciles.

‘SAD SOB STORY! :)’ destaca por volcar un caudal verbal desbordado contra una figura ausente, con versos que parecen extraídos de un cuaderno sin corrección. Frente a esa saturación, cortes como ‘Post Sex Clarity’ equilibran la crudeza con un tempo más reposado, donde el vacío tras la euforia física se transforma en motivo central. Ese vaivén mantiene la escucha en tensión constante, reflejando un mundo personal marcado por contrastes que nunca llegan a resolverse.

En la recta final, ‘Who F**king Cares’ reduce el acompañamiento a una guitarra acústica y un tono abatido que muestra otra cara de la artista. La frase “All I know is that I’d like to be, and someday I might get there” condensa un sentimiento de deriva existencial en el que la búsqueda de alivio se reconoce incierta. Este cierre, más desnudo, deja en suspenso el hilo de todo el recorrido, apuntando hacia un futuro incierto en lo artístico y en lo vital.

La producción, a cargo en parte de Solomonophonic, alterna entre texturas brillantes que enmascaran la crudeza lírica y pasajes densos que refuerzan la sensación de encierro. Esa dualidad, presente en gran parte del disco, contribuye a que cada canción se perciba como un espacio donde la artista se mide con sus contradicciones. No se trata de un repertorio uniforme, sino de un mosaico de impulsos que va desde la arrogancia festiva hasta la confesión rota.

‘I’m Only F**king Myself’ exhibe a Lola Young en un momento de tránsito en el que el exceso, el deseo y la vulnerabilidad se entrelazan de manera inseparable. La artista convierte su voz en instrumento principal, capaz de transitar del grito rasgado al susurro confesional en cuestión de segundos. El resultado es un trabajo en el que las letras actúan como testimonio de un periodo convulso y la música amplifica ese retrato, alternando crudeza y desparpajo con la misma naturalidad con la que ella narra su vida.

Conclusión

El nuevo trabajo de Lola Young despliega confesiones descarnadas sobre adicciones y relaciones, con letras que mezclan ironía y crudeza. La artista británica construye un retrato incómodo de sí misma, lleno de claroscuros y melodías cambiantes.

7

Álbum

Lola Young - I’m Only F**king Myself

Artista

Lola Young

Año

2025

Discográfica

Universal

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.