Review

Alex G - Headlights

Alex G

2025

8.5


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El nombre Alex G no se ha construido con anuncios ni gestos grandilocuentes. Su evolución se percibe más como la de quien avanza sin dejar rastro, pero acaba convirtiendo ese rastro en hogar. 'Headlights', su décimo disco y el primero editado bajo el sello RCA, llega en un momento donde las ideas de pertenencia, profesionalización y representación se cruzan. No es un disco pensado para justificar esa transición, sino para ponerla en duda sin anunciarlo. Los temas que recorre no se cierran en sí mismos: avanzan como si alguien les hubiese dejado la puerta entreabierta.

No es casual que el álbum comience con una imagen de caída: “End of my rope I/ I swung so freely” marca el tono de un repertorio que se expande en la contradicción entre la precariedad y el deseo de permanencia. La canción inicial, 'June Guitar', articula esa caída sin dramatismo, con una estructura sencilla en lo instrumental, pero cargada de señales mínimas que no buscan deslumbrar sino permanecer.

En varias piezas de este trabajo, se percibe una necesidad de identificar un lugar desde donde hablar. 'Afterlife' no se presenta como celebración sino como tránsito: hay mandolinas y acordes limpios, pero también una línea que subraya el agotamiento disfrazado de euforia (“Let me run on / Afterlife”). Esa búsqueda se repite en 'Beam Me Up', donde se pone en juego la tensión entre lo que se hace por dinero y lo que se hace por insistencia. “Some things I do for love / Some things I do for money” no plantea una dicotomía, sino una continuidad: todo forma parte del mismo movimiento de supervivencia.

Las canciones no responden a una única voz. La perspectiva cambia de una pista a otra, como si distintos personajes compartieran el mismo micrófono sin llegar a tocarse. En 'Real Thing', por ejemplo, la frase “No, I never thought I was the real thing” puede aludir tanto a una identidad en crisis como a una figura pública que siente el peso de la representación. Nada se dice directamente, pero las referencias se agrupan como si todas partieran del mismo desencanto.

En el plano sonoro, el disco oscila entre pasajes limpios y secuencias intervenidas por distorsiones o modulaciones vocales. 'Bounce Boy' amplifica ese juego con sintetizadores, voces procesadas y un ritmo que remite a la repetición como forma de desgaste emocional. El uso del recurso no busca novedad, sino insistencia. En contraste, 'Oranges' y 'Louisiana' bajan la intensidad sin buscar alivio: hay una nostalgia contenida, pero también una incapacidad de rearmar lo vivido.

Los últimos dos temas del disco, 'Is It Still You In There?' y 'Logan Hotel', no cierran una narración sino que la desplazan. La primera aparece como un eco distante, donde la voz apenas se sostiene sobre un piano disperso y un coro que sugiere más de lo que dice. La segunda incorpora un registro más directo y recoge algunos elementos anteriores, aunque sin resolverlos: “Once you get the feeling you got two lives / Well, now you gotta pick a side”.

'Headlights' funciona como una negociación constante entre dos frentes: lo que se dice y lo que se evita. Alex G no presenta respuestas, pero tampoco niega lo que le ocurre. Cada tema es una pista sobre cómo sostenerse cuando todo alrededor cambia de escala. La sensación general no es de ruptura, sino de adaptación silenciosa, como si cada canción estuviera pensada desde un lugar en el que la exposición no garantiza reconocimiento, sino desgaste.

Conclusión

'Headlights' de Alex G sitúa el foco en los desajustes cotidianos, trazando una línea entre lo que se desea conservar y lo que se sacrifica. El disco plantea una tensión constante entre la creación artística y la vida expuesta.

8.5

Álbum

Alex G - Headlights

Artista

Alex G

Año

2025

Discográfica

RCA

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.