Night Moves regresan con un álbum atravesado por la sensación de desgaste diario y la necesidad de seguir en movimiento. Tras seis años sin publicar, el grupo de Minneapolis aparece con ‘Double Life’, un trabajo que no se esconde en grandes proclamas sino que se adentra en la tensión entre la vida diaria, sus desajustes y la búsqueda de continuidad. Lejos de los refugios sonoros de sus inicios, ahora se sitúan en un terreno que entrelaza la ligereza de los sintetizadores con una escritura marcada por situaciones personales difíciles, como si la música fuese un espacio para procesar las grietas acumuladas.
El origen del disco tiene algo de encierro forzoso. John Pelant, voz y guitarra, se vio empujado a trasladar las primeras ideas desde su casa a un local industrial, donde el ruido del vecindario y la crudeza del entorno condicionaban cada ensayo. Ese traslado se filtra en la forma de las canciones: se sienten levantadas a pulso, más ligadas a un contexto físico que a un deseo de evasión. ‘Double Life’ se configura así como el testimonio de un tiempo vivido, con sus incomodidades, donde la creación sirve como herramienta para fijar momentos y no como vía para escapar de ellos.
El álbum abre con ‘Trying to Steal a Smile’, donde un piano cortante se entrelaza con guitarras y pedal steel. El tema dibuja un escenario de dudas personales y de distanciamiento en la pareja: “I haven’t been myself for a while / I’m just trying to steal a smile”. Esa búsqueda de una alegría mínima marca el tono de un disco en el que cada canción apunta a una forma de resistencia.
‘Daytona’ continúa con esa mirada a lo inmediato, inspirada en un hecho aparentemente banal: el robo de la matrícula de la furgoneta del grupo. Pelant transforma el detalle en una reflexión sobre la necesidad de arrancar de cero: “Daytona, you only wanted a win”. No se trata de un relato épico sino de la constatación de que la vida cotidiana se construye de accidentes pequeños que terminan pesando.
El núcleo del disco se concentra en ‘Hold On to Tonight’, una pieza atravesada por la muerte de un familiar cercano. Con un aire de balada expansiva, Pelant canta: “I wanna hold on to tonight, hold on to tonight / But what can I do? Without you in hand”. Aquí el grupo se abre al duelo sin dramatismo exagerado, dejando que la melodía sirva de vehículo para sostener una emoción que no encuentra acomodo en lo real.
‘Almost Perfect’ se mueve en un terreno ambiguo: lo exterior aparenta estabilidad, aunque la letra insinúa grietas. Esa contradicción se repite en ‘White Liquor’, donde el alcohol aparece como refugio frágil frente al dolor. El fraseo “What are you running from? / Can you take my pain away?” deja entrever una sensación de desgaste que las capas instrumentales, entre armónica y teclados, no logran suavizar del todo.
El tramo central incluye piezas como ‘State Sponsored Psychosis’ y ‘The Abduction’, donde la banda acelera el pulso, apoyándose en ritmos cercanos al funk y al R&B. Sin embargo, esa intensidad puede diluir la carga lírica, ya que la producción recargada en ocasiones se impone al relato. En contraste, ‘Ring My Bell’ devuelve un tono de cercanía, con Pelant ofreciendo apoyo directo: “You can ring my bell, honey, anything you need?”. Aquí el registro vocal transmite calidez dentro de una instrumentación que juega con patrones bailables.
En ‘This Time Tomorrow’ asoma la rutina del músico en la carretera: la repetición de viajes, escenarios y cansancio se resume en la frase “Laughing at the joke, but the joke’s my life”. Esa ironía sintetiza la visión de un álbum que no oculta la fatiga pero la integra en el proceso creativo.
La secuencia se cierra con ‘Desperation’, donde la banda recupera un aire de pop luminoso que sugiere cierta apertura tras el tránsito por temas más sombríos. La voz se eleva sobre guitarras amplias, dejando la impresión de que, pese al desgaste, queda espacio para recomenzar.
‘Double Life’ reúne once canciones que rondan los cuatro minutos y que, sin excederse en duración, construyen un mapa de vivencias inmediatas. Suena a diario íntimo disfrazado de producción expansiva, a relatos personales montados sobre un andamiaje sonoro que oscila entre lo melódico y lo rítmico. Night Moves elaboran aquí un disco en el que cada detalle remite a un proceso vital concreto, sin esconder las incomodidades de su contexto.
Conclusión
Night Moves construyen en 'Double Life' un tránsito entre la evasión y la inercia, sin necesidad de cambiar sus dinámicas musicales habituales.