En su duodécimo álbum de estudio, 'Dark Matter', la veterana banda Pearl Jam intenta revitalizar su sonido de los años 90 con resultados muy dispares. A pesar de las afirmaciones de Eddie Vedder calificándolo como "su mejor trabajo", el disco dista mucho de alcanzar ese estatus.
Uno de los mayores escollos es la producción de Andrew Watt, quien aplica un sonido excesivamente pulido y digitalizado que anula gran parte de la crudeza que caracterizó al grunge. Las pistas suenan comprimidas, restando dinámica y dejando poco margen para que destaquen las interpretaciones orgánicas de la banda.
Esta falta de naturalidad lastra especialmente los temas más potentes como 'Scared of Fear' o 'Running', que intentan emular el espíritu desatado del quinteto en sus inicios, pero acaban sonando genéricos y poco convincentes. La voz de Eddie Vedder, antaño tan gráfica y desgarrada, tampoco termina de recuperar su mordiente.
Por otro lado, cuando Pearl Jam apuesta por un registro más calmado como en 'Wreckage' o 'Won't Tell', los resultados son algo más logrados gracias a arreglos de rock alternativo solventes. Sin embargo, incluso ahí asoman momentos de indecisión y falta de personalidad que impiden que tales cortes destaquen.
La irregularidad estilística es precisamente uno de los grandes males de 'Dark Matter', un álbum que no logra cohesionar sus distintas vertientes de forma orgánica. Se pasa así de desfases como el exceso de azúcar en 'Something Special' a ejercicios de vacua estridencia en 'Got to Give'.
En lo instrumental, aunque el trabajo de Mike McCready con la guitarra eléctrica tiene algunos chispazos valiosos, como el extenso solo de 'Waiting for Stevie', en general la banda parece contenida, sin explotar todo su potencial. La sección rítmica de Jeff Ament y Matt Cameron funciona con solvencia pero sin grandes alardes.
En conclusión, 'Dark Matter' es un trabajo descompensado e irregular que dista mucho de las declaraciones triunfalistas que lo precedieron. Incapaz de encontrar una voz definida, el álbum deambula sin rumbo entre diversos estilos, sin acertar a conjugarlos de forma coherente y convincente. Algunos destellos aislados no logran compensar una sensación general de falta de convicción y personalidad que acaba por hacer de 'Dark Matter' un trabajo menor, especialmente decepcionante viniendo de una banda de tanto recorrido como Pearl Jam.
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