El segundo álbum de la artista francesa Halo Maud, 'Celebrate', es una propuesta audaz y brillante, aunque difícil de encasillar. La amalgama de estilos abarca el dream pop, la psicodelia de los 60 y los 2020, el yé-yé progresivo y las electrónicas análogas, todo ello hilvanado con guitarras rasgadas, baterías tumultuosas y la voz singular de Maud, capaz de transitar con soltura entre el inglés y el francés.
Grabado entre París y Los Ángeles, con la producción de Greg Saunier (Deerhoof), el disco destila una cualidad hipnótica que puede dejar al oyente en un estado de grata desorientación. La influencia de The Chemical Brothers, con quienes Maud colaboró recientemente, no resulta obvia, pero ambos comparten una vocación por destilar sonidos psicodélicos gloriosos de cualquier instrumentación disponible.
En el caso de 'Iceberg', versión del himno antropocénico de Fred Frith grabada con Flavien Berger, esa instrumentación se reduce a un par de voces humanas contra un telón de fondo ambiental y sin percusión, con un resultado embriagador. Al fin y al cabo, 'Celebrate' es un álbum de canciones que difuminan los idiomas y visitan a la gente en sueños, trazando una línea entre las primeras oleadas psicodélicas globales y sus descendientes modernos.
La apertura 'Celebrate' condensa lo mejor del disco: un arranque lo-fi que se abre hacia una cacofonía gloriosa de bajos y guitarras disonantes, como si se descorrieran las cortinas para revelar una fiesta psicodélica en el jardín trasero. Maud invita al oyente a unirse con mente abierta.
Otros momentos cumbre son 'Terres Infinies', estampida de pop barroco inspirada en la película 'Stalker' de Tarkovski, y 'My Desire Is Pure', donde la voz extática de Maud evoca a Björk sobre un funk leve y un riff guitarrístico de otro mundo. En 'Slowly Surely' y 'Catch The Wave', Saunier aporta una contundencia progresiva que equilibra el onirismo de Maud con los territorios kraut de Deerhoof.
No faltan instantes de intimidad arrebatadora, como el bálsamo ambient de 'Iceberg' o la balada cristalina 'À Te Voir'. Pero también hay cabida para experimentos vocales como la pieza de nupcias búlgaras 'Pesnopoïka' y delirios como el cierre 'Entends-Tu Ma Voix', donde Maud bromea sobre si alguien la está escuchando cantar.
En definitiva, 'Celebrate' supone una renovación para Halo Maud, logrando un disco masivo y brillante sin perder la magia de sus inicios. Inspirado tanto por la ciencia ficción como por una guitarra, es una invitación a sumergirse en una fiesta psicodélica dispuesta a celebrar los misterios de la vida y el arte durante un buen rato.
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