La música tiene una forma única de capturar los momentos de transformación. ¿Cómo se encapsula en canciones el eco de los cambios que redefinen una vida? ‘bruises’, el debut de total tommy, parece responder a esa pregunta con honestidad visceral, canalizando las experiencias personales de su creadora, Jess Holt, en un relato sonoro que combina vulnerabilidad y resistencia. Más allá de un simple álbum, ‘bruises’ se despliega como un diario musical donde cada tema refleja una etapa distinta de un proceso de autodescubrimiento, ruptura y reconstrucción. Es un trabajo que invita al oyente a contemplar sus propias cicatrices mientras Holt las expone con una crudeza casi desafiante.

La apertura de este álbum no es con una explosión, sino con la sutileza melódica de ‘Adeline’, una carta íntima al pasado de Holt que da paso a la tormenta emocional que le sigue. Desde ahí, el disco oscila entre momentos de contemplación y estallidos de energía impulsados por guitarras distorsionadas y ritmos que evocan el indie rock de los años 90. Canciones como ‘Losing Out’ o ‘SPIDER’ encapsulan esta dualidad: mientras la primera se hunde en una atmósfera oscura y desafiante, la segunda golpea con una energía cruda que recuerda a los primeros pasos del grunge. Aquí, cada acorde y cada palabra parecen llevar el peso de experiencias reales, narradas sin adornos innecesarios.

Holt, quien anteriormente exploró el pop electrónico bajo el alias de Essie Holt, opta en ‘bruises’ por despojarse de artificios. Este cambio no solo es estético, sino profundamente emocional: el álbum funciona como un balance de los altibajos de los últimos años, desde rupturas sentimentales hasta la reafirmación de su identidad. En ‘microdose’, por ejemplo, la artista mezcla un sonido casi hipnótico con letras que sugieren la fragilidad y la euforia de enfrentar lo desconocido, mientras que ‘ribs’ se presenta como un canto de empatía despojado de cualquier pretensión, dedicado a un amigo en momentos de dificultad.

Lo que resulta más sorprendente es la manera en que total tommy equilibra la tensión y la ternura en este trabajo. Temas como ‘Girlfriend’ y ‘Amsterdam’ añaden matices más luminosos al relato, explorando la alegría y la incertidumbre del amor en un contexto de autodefinición. Sin embargo, el clímax emocional del álbum se alcanza con piezas como ‘Ghost’, donde las guitarras y la voz de Holt convergen en un clímax emocional que parece retar al oyente a enfrentar sus propios fantasmas.

A nivel instrumental, el álbum combina influencias claras de bandas icónicas como Garbage y Yeah Yeah Yeahs, pero con un giro que lo ancla firmemente en el presente. Esto no es una simple nostalgia reciclada: Holt ha logrado transformar estas referencias en un sonido que le pertenece. Su habilidad para conjugar melodías pegadizas con una producción robusta pero íntima refuerza la idea de que ‘bruises’ no es solo un álbum debut, sino una declaración artística con miras a la trascendencia.

El cierre del álbum, ‘Shark Attacks’, encapsula todo lo que ‘bruises’ representa. Con una calma casi apocalíptica, la canción deja una sensación de inacabado, como si las historias de Holt apenas comenzaran a ser contadas. Es este sentido de continuidad lo que hace de ‘bruises’ una obra tan cautivadora: no pretende resolver nada, sino ofrecer un espacio para la reflexión y la conexión.

‘bruises’ es un testimonio de las cicatrices emocionales que no solo duelen, sino que también transforman. Total tommy se posiciona aquí como una voz sincera y prometedora, no solo dentro del indie rock, sino como narradora de historias humanas universales. Es un disco que no pide permiso, pero que deja una marca indeleble.