La banda de garage-psych de Melbourne, Beans, ha lanzado su tercer álbum de larga duración titulado 'Boots N Cats'. Esta nueva entrega, que llega tras los aclamados trabajos 'Babble' (2018) y 'All Together Now' (2020), explora un enfoque distinto en la creación musical, centrándose en la percusión como eje principal.
El líder de la formación, Matt Blach, también baterista de The Murlocs, decidió construir las canciones partiendo de la base rítmica para posteriormente añadir el resto de elementos. Esta filosofía de trabajo buscaba rendir homenaje a iconos del funk y el hip hop como The Meters, Wu-Tang Clan o James Brown.
El resultado es un vibrante caleidoscopio de guitarras poderosas, líneas de bajo contundentes, atmósferas psicodélicas creadas por sintetizadores y cálidas voces con ecos, todo ello envuelto en grooves compactos y ritmos hipnóticos. A lo largo de las once pistas, percibimos influencias que van desde el rock ácido de los 60 y 70 hasta el funk más bailable, pasando por el garage-rock.
Aunque 'Boots N Cats' fue compuesto y grabado íntegramente por Blach debido al aislamiento pandémico, el espíritu de la banda se mantiene intacto gracias a que el músico recreó fielmente los aportes habituales del resto de miembros: Jack Kong, Lachlan McKiernan, Vincent Clemenston y Mitch Rice.
En cuanto al contenido lírico, Blach explora diferentes estados mentales y emociones a través de metáforas amplias. Temas como la ansiedad por el fracaso en 'Haunted', las adicciones en 'Dreaming Daisy' o la paranoia de la era Covid en 'Calling' se entremezclan con letras más ligeras sobre dejarse llevar por el groove.
El análisis de las letras revela un enfrentamiento con los miedos existenciales y una voluntad de abrazar el ruido esencial tras la vorágine de aislamiento. La pieza 'Dreaming Daisy' personifica la voz interior tentadora hacia los vicios como "el diablo en tu hombro", mientras que 'Haunted' expresa el miedo universal al fracaso a través del estribillo "estoy perseguido por el temor al fracaso".
'Calling' aborda la hipersensibilidad y reactividad imperante durante el confinamiento, cuando "la gente se volvió loca, llamando la atención por puro aburrimiento". En definitiva, el disco supone una catarsis de las tensiones y ansiedades experimentadas durante aquel periodo.
En el plano musical, la apuesta por la percusión da sus frutos más jugosos en los instrumentales 'One to Four', un tributo al groove de The Meters, y 'Siamese Blundstone', una caravana psicodélica funky liderada por un órgano serpenteante. Piezas como 'Groove' o 'Silhouette' son puro garage-rock bailable, mientras que 'Haunted' y 'Dreaming Daisy' exploran territorios más oníricos y atmosféricos.
'Boots N Cats' confirma la versatilidad de Beans, capaces de moverse con soltura entre lo bailable y lo contemplativo, lo ruidoso y lo melódico, lo lírico y lo instrumental. El álbum es, en esencia, un ejercicio de liberación creativa gestado en una etapa de reclusión. Una soleada eclosión de ritmos adictivos y guitarras distorsionadas que no pierde su frescura ni su capacidad de hacer disfrutar al oyente.
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