Review

Smerz - Big city life

Smerz

2025

8


Por -

Las superficies de la ciudad están hechas de repeticiones. Voces que se cruzan sin destino, horarios que no terminan de cumplirse y promesas filtradas por el ruido. A lo largo de las once canciones que forman ‘Big city life’, Smerz encapsulan ese tránsito monótono y aturdido entre lo íntimo y lo público. No como una forma de denuncia ni como refugio emocional, sino como una práctica de observación activa, como quien espía su propia vida desde una esquina sin ventanas. Las decisiones musicales que sostienen este segundo álbum son menos una evolución que una clarificación: Smerz afinan el contorno de una escritura sonora que ya no necesita apoyarse en la nostalgia de club para generar tensión.

El dúo noruego, compuesto por Henriette Motzfeldt y Catharina Stoltenberg, ha conseguido una forma de narración discontinua que se construye desde el detalle mínimo y la deriva concreta. Sus producciones anteriores ya insinuaban una voluntad por distorsionar las estructuras heredadas de la música electrónica, pero en este trabajo esas desviaciones se tornan regla. Cada pieza parece elaborada desde la contradicción: lo doméstico y lo artificioso, lo lúdico y lo desapegado, lo automatizado y lo sensual. El resultado es un disco cuya arquitectura interna no responde al clímax, sino al sobresalto.

El arranque con ‘Big city life’ traza una línea temática clara: la incapacidad de habitar del todo los espacios que se transitan a diario. “The freedom of the big city… my face is stuck please how to use”, se escucha, con un tono que desactiva toda épica posible. El tema funciona como enunciado y como pista sobre lo que vendrá: una colección de piezas que no buscan representar la ciudad, sino funcionar como sus residuos vocales y sonoros. El uso del sampler, las secuencias MIDI erráticas y los fraseos en apariencia desganados refuerzan esa idea de ritmo urbano sostenido por automatismos que se rompen.

En ‘Roll the dice’ y ‘Feisty’, esa sensación de juego inestable se intensifica. Las voces parecen colocadas para esquivar cualquier envoltorio melódico. Se superponen a bases dislocadas que remiten tanto a una infancia sin orden como a un desencanto sin dramatismo. El lenguaje se vuelve instrumental, los patrones rítmicos apelan a una expresividad seca, ajena al desahogo o la catarsis. Las canciones no avanzan hacia una resolución, sino que se pliegan sobre sí mismas como si volvieran a plantearse su razón de ser.

El centro del disco se sostiene en tres piezas que modulan la energía inicial y abren un campo más ambiguo: ‘Close’, ‘But I do’ y ‘You got time and I got money’. En esta última, hay una intención más clara de narrar un vínculo afectivo desde lo material, el intercambio desigual de deseos y rutinas. La instrumentación es mínima pero nunca decorativa: las cuerdas, los sintetizadores desgranados y las pausas marcan una relación entre cuerpos, no una historia. “I like your shoes / I like these clean T-shirts on you”, se dice como si eso fuera suficiente para sostener algo.

‘What’ y ‘Street Style’ operan como interludios que permiten acceder a una dimensión más abstracta del relato. No buscan interrumpir ni aligerar, sino torcer el camino. La primera parece sacada de un generador automático de melodías de los años noventa. La segunda roza la balada, aunque sin entregarse del todo a esa etiqueta. Ambas preparan el cierre que se inicia con ‘Imagine this’ y termina en ‘Dreams’. Allí, Smerz recuperan la huella más reconocible de sus primeros trabajos, pero reducida a una sombra que se agita apenas: las referencias al trance, a la música de club o a la radio de madrugada están filtradas por una distancia emocional que impide cualquier celebración.

Si hay una constante a lo largo de ‘Big city life’ es la forma en que las canciones parecen resistirse a su propia coherencia. Cada pista sugiere una dirección y luego la cancela. Se arman desde la pausa, desde lo no resuelto, desde lo que no llega a consolidarse como forma ni como declaración. Pero lejos de resultar un ejercicio hermético, esa estrategia convierte al álbum en un espacio de atención. No hay moraleja, no hay guía. Lo que hay es un inventario afectivo de la ciudad como estado mental. Donde la repetición no anestesia, sino que permite, por momentos, percibir con mayor claridad.

Conclusión

Smerz entregan en ‘Big city life’ un conjunto de escenas urbanas desacompasadas, que oscilan entre la ternura, la fatiga y el automatismo.

8

Álbum

Smerz - Big city life

Artista

Smerz

Año

2025

Discográfica

Escho

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.