Review

Naima Bock - Below a Massive Dark Land

Naima Bock

2024

8


Por -

Naima Bock continúa su exploración musical en Below a Massive Dark Land, un disco que parece surgir de un diálogo entre la soledad y la conexión. A través de diez pistas, la artista dibuja un paisaje sonoro diverso, donde los ecos de su trabajo anterior y sus incursiones en el folk se integran con una nueva aproximación a la composición. Este álbum, en muchos aspectos, parece una meditación sobre el paso del tiempo, el crecimiento y las dificultades para encontrar un lugar en el mundo.

En un contexto donde la movilidad y la incertidumbre parecen ser constantes, Below a Massive Dark Land se presenta como una respuesta a esa sensación de desarraigo. Bock, quien compuso gran parte del álbum de manera aislada, traslada esa experiencia a la música. Desde la primera canción, ‘Gentle’, queda claro que la artista está más interesada en explorar los matices emocionales que en seguir fórmulas convencionales. La canción se construye alrededor de un ritmo que sugiere la insistencia del paso del tiempo, reforzada por una lírica que aborda la llegada de un amor en un momento inadecuado. La estructura de la pista va desplegando un abanico instrumental que crece sin saturar, creando un equilibrio que marca la tónica del disco.

Uno de los momentos más reveladores llega con ‘Kaley’, un tema donde el juego entre el sonido y el silencio toma protagonismo. Bock alterna entre secciones plenas de instrumentación y otras más vacías, logrando que cada pausa adquiera un peso emocional inesperado. Esta dinámica se mantiene en todo el álbum, donde los arreglos, que ella misma realizó, parecen desafiar los límites del género sin perder una coherencia interna. En ‘Feed My Release’, la artista logra una fusión entre su voz y la instrumentación que evoca una melancolía serena, mostrando un dominio particular sobre la dirección emocional que puede tomar una canción.

Uno de los aspectos más destacados de este trabajo es la manera en que cada canción parece evolucionar por sí misma. En ‘Further Away’, por ejemplo, la sencillez inicial se ve enriquecida por la inclusión de cuerdas y metales, lo que transforma un tema aparentemente básico en una pieza más elaborada sin perder su esencia. Aquí, como en otras partes del disco, la riqueza de detalles sonoros se vuelve crucial para el impacto final de las canciones.

El álbum no se limita a una estética uniforme. Canciones como ‘Age’ y ‘My Sweet Body’ ofrecen momentos contrastantes, jugando con la idea de lo inestable, tanto en lo musical como en lo lírico. En ‘My Sweet Body’, Bock aborda el tema del envejecimiento con una mezcla de dulzura y preocupación, mientras que en ‘Age’, la instrumentación adquiere un carácter más festivo, aunque ligeramente descompensado en relación con el resto del disco. Este tipo de decisiones estilísticas contribuyen a la sensación de que el álbum está en constante movimiento, reflejando quizás la naturaleza inquieta de la propia Bock.

A nivel instrumental, Below a Massive Dark Land ofrece un uso innovador de los arreglos. Bock recurre a una variedad de instrumentos —desde el violín hasta los vientos— para aportar texturas que complementan, pero no dominan, su voz. En canciones como ‘Moving’ y ‘Star’, que cierran el disco, el espacio que se otorga a los instrumentos parece casi cinematográfico, como si cada sonido fuera una pincelada en un cuadro más grande. ‘Star’, en particular, se siente como una despedida contenida, una pequeña joya que cierra el álbum con un tono intimista.

En su conjunto, este segundo álbum de Naima Bock es un testimonio de su capacidad para trabajar con las contradicciones. Hay una tensión constante entre la soledad y la colectividad, lo simple y lo complejo, lo acústico y lo arreglado. Este juego de opuestos crea una sensación de familiaridad, pero también de sorpresa. Aunque hay momentos en los que la estructura de ciertas canciones parece desviarse de lo que sería una narrativa sonora convencional, el disco nunca pierde el hilo de su propuesta: explorar el espacio entre lo que somos y lo que buscamos ser.

Con Below a Massive Dark Land, Naima Bock reafirma su capacidad como compositora y su habilidad para crear música que, aunque a veces inquietante, resulta siempre acogedora. Las canciones no se sienten como obras cerradas, sino como puntos de partida para una reflexión más amplia. Al final, el álbum se convierte en una especie de refugio sonoro, un lugar donde las dudas y las certezas coexisten sin necesidad de resolución.

Conclusión

Naima Bock, en 'Below a Massive Dark Land', ofrece un álbum introspectivo y sonoro, donde el folk se mezcla con texturas contemporáneas, revelando una complejidad emocional que confirma la evolución musical de la artista.

8

Álbum

Naima Bock - Below a Massive Dark Land

Artista

Naima Bock

Año

2024

Discográfica

Sub Pop

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.