En su aclamado debut Bats Feet For A Widow, Bingo Fury nos sumerge en un inquietante pero hipnótico universo sonoro donde el jazz vanguardista se viste de ropajes funestos. A lo largo de sus ocho cautivadoras pistas, el talentoso artista de Bristol logra forjar un paisaje musical profundamente personal y evocativo, aunando ecos del romanticismo noir con feroces destellos de experimentación postpunk.
Lo que de inmediato cautiva en este arriesgado trabajo es su atmósfera decadente y crepuscular, un ambiente casi palpable de penumbra y misterio. Desde las primeras notas, la seductora voz barítono de Ogborne nos arrastra a los rincones más lúgubres del jazz moderno, acompañada de unos arreglos orquestales que respiran una fascinante mezcla de sofisticación y salvajismo.
En piezas como la magnética 'Unlistening', los sonidos disonantes y abstracciones avant-garde se funden con una exquisita elegancia de salón, mientras que cortes como el frenético 'Power Drill' desbordan una cruda energía no-wave, todo ello entrelazado por la prosa críptica y simbolista de Ogborne. Sus letras rezuman una turbadora mezcla de desesperación metafísica y morbo poético, con imágenes de belleza perturbadora como sugiere con frases como "Jesus blood on his hands" o "leather sky".
Pese a sus evidentes influencias clásicas, desde la tragedia beckettiana a los poemas propios de escritores románticos, Bingo Fury imprime una personalidad arrolladora a estas composiciones, recreando los estadios más oscuros del alma humana con una perspicacia y honestidad poco habituales en la escena actual. Resuenan ecos de iconos como Scott Walker, Ian Curtis o Nick Cave, pero también la impronta inconfundible de voces singulares como David Berman.
En definitiva, Bats Feet For A Widow es un portentoso y magnético trabajo que abre fascinantes senderos en la vanguardia musical británica. Un pequeño gran álbum destinado a convertirse en referencia de culto para los amantes de las exploraciones sonoras más inquietantes y sublimes. Una joya para dejarse cautivar por las tinieblas.


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