La trayectoria de NewDad ha cambiado mucho desde su debut. Procedentes de Galway, se trasladaron a Londres en busca de mayores oportunidades y esa mudanza atraviesa de lleno su segundo trabajo, 'Altar'. Lo que antes aparecía como un juego de atmósferas ahora se combina con una escritura más variada, donde la añoranza de su tierra natal, el roce con la industria y los vaivenes de las relaciones personales se convierten en un mismo tejido narrativo.
El comienzo con 'Other Side' marca el tono general: guitarras que se expanden poco a poco, una voz que expresa cansancio y el deseo de estar lejos de donde se encuentra. Esa tensión entre avance y agotamiento se refleja en la construcción de la canción, que alterna calma con un estallido final cargado de inquietud. Le sigue 'Heavyweight', que amplifica la dimensión coral de su sonido, con líneas de guitarra que cortan el aire y un ritmo contundente que enfatiza la sensación de choque constante con el entorno.
En 'Pretty' se abre una ventana distinta. La letra se dirige a Galway con ternura: “I love you in every picture… / Haven’t found a better place”. Esa declaración directa convive con melodías más luminosas que contrastan con el tono sombrío de otros cortes. Sin embargo, en 'Roobosh' la banda se desata con un carácter casi explosivo: el bajo retumba, la distorsión se vuelve agresiva y la voz se transforma en grito. Es un desahogo que libera parte de la frustración acumulada, y al mismo tiempo coloca a la cantante en un registro que hasta ahora apenas había mostrado.
NewDad plasman en 'Altar' las tensiones de haberse mudado a Londres, entre guitarras que alternan furia y calma, y letras que evocan la pérdida de un hogar sin dejar de empujar hacia nuevas posibilidades.
El recorrido emocional de 'Altar' se percibe con claridad en piezas como 'Misery'. Aquí se mezcla un ambiente opresivo con guitarras que parecen cerrarse sobre sí mismas y una percusión que recuerda a una alarma persistente. La voz se hunde en esa espiral, generando la impresión de estar atrapada en un bucle mental. Algo similar sucede en 'Sinking Kind Of Feeling', donde la deriva y la falta de anclaje definen tanto la letra como la producción, que apuesta por un pulso tambaleante y atmósferas poco estables.
La otra cara llega con canciones como 'Entertainer'. En ella aparece la ironía de fingir entusiasmo para complacer a otros, con versos como “Keep on running around for you”. La energía del tema es más vivaz, con guitarras que marcan un vaivén pegadizo y un estribillo que refleja la contradicción entre mostrar alegría y sentirse desgastada. En 'Everything I Wanted', en cambio, se percibe un aire resignado que se extiende sobre guitarras heladas y una voz que apenas se eleva, dejando ver la duda acerca de si el sacrificio de haberse marchado valió la pena.
El tramo final introduce matices diferentes. 'Mr Cold Embrace' recurre a guitarras acústicas y arreglos de cuerda, creando un clima más desnudo en el que la añoranza se vuelve explícita: “Comfort me, save me / I’ll just keep praying”. 'Vertigo' ofrece un respiro que alterna quietud con un estallido breve, mientras que 'Something’s Broken' cierra con un aire más esperanzador. La petición de compañía —“Hold my hand so I can stand it”— suena como un intento de dejar atrás la angustia y reír con mayor fuerza.
A lo largo de todo el disco, NewDad trabajan con una paleta sonora que combina distorsión y claridad. Las guitarras alternan entre capas difusas y líneas limpias que cortan de forma precisa. La batería sostiene tanto los pasajes más densos como los momentos en que la melodía adquiere un carácter pop. La producción pule los bordes, de manera que cada tema conserva una identidad propia sin perder el aire común que enlaza el conjunto.
La voz de Julie Dawson sobresale en cada tema. Capaz de pasar de un tono delicado a un grito abrasador, se adapta a las distintas atmósferas sin perder coherencia. Su interpretación aporta el hilo conductor que une canciones tan dispares como 'Roobosh' y 'Pretty'. Ese tránsito entre vulnerabilidad y agresividad es quizá lo que mejor refleja el trasfondo del álbum: un grupo que oscila entre el apego a su origen y la necesidad de crecer en un entorno nuevo.
'Altar' presenta a una banda que convierte la distancia, el sacrificio y la incertidumbre en canciones que transmiten tanto cansancio como vitalidad. NewDad logran que cada corte dialogue con el siguiente y, en conjunto, dibujan un retrato de una etapa marcada por el desarraigo, pero también por la determinación de seguir adelante.
Conclusión
NewDad plasman en 'Altar' las tensiones de haberse mudado a Londres, entre guitarras que alternan furia y calma, y letras que evocan la pérdida de un hogar sin dejar de empujar hacia nuevas posibilidades.

