Review

Anika - Abyss

Anika

2025

7.8


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Un pulso sostenido atraviesa el nuevo disco de Anika desde el primer minuto, como si el propio acto de grabarlo hubiera sido una forma de enfrentarse al desgaste generalizado. 'Abyss' se desarrolla a partir de una tensión entre contención e impulso, como si cada sonido estuviese a punto de desbordarse sin llegar a romper del todo. El trabajo de Anika, en este caso, se sitúa más cerca de un ejercicio físico que de una contemplación estética. No hay aquí distancia ni cálculo, sino un registro directo de un estado mental que rechaza las fórmulas previsibles.

En este álbum, Anika reformula sus coordenadas para construir un espacio sonoro más áspero, más físico. Grabado en vivo en los estudios Hansa de Berlín junto a un grupo reducido de colaboradores, el álbum toma forma en pocas sesiones, con escasas capas añadidas. Esa inmediatez se percibe en cada pista, donde las estructuras tienden a repetirse de forma tensa y obsesiva, y la voz aparece a veces como un eco que acompaña y otras como una presencia que irrumpe. El planteamiento no gira en torno a la belleza, sino a la transmisión de una sensación concreta: asfixia, saturación, ruido social interiorizado.

El arranque con ‘Hearsay’ marca una dirección clara. Una línea de bajo insistente acompaña un texto que apunta a la manipulación mediática como parte de la vida diaria. Las guitarras actúan como interferencias, generando un ambiente espeso en el que la voz se mueve con cierta distancia. En ‘Oxygen’, la densidad se intensifica y aparece un juego entre la fragilidad del mensaje y la fuerza del sonido. El tema traza un retrato de confinamiento físico y simbólico, donde lo sonoro subraya un deseo de ruptura que se mantiene contenido.

En ‘Abyss’, tema que da nombre al álbum, se combinan elementos del discurso político y referencias simbólicas que remiten a la religión como sistema de poder más que como creencia. Las guitarras se despliegan con un patrón casi hipnótico, al borde del colapso, mientras la voz se entrelaza con imágenes que insisten en la idea de invasión cotidiana. La producción refuerza ese carácter espiral, sin ofrecer una salida clara. En ‘Honey’, la atención se desplaza hacia lo afectivo, aunque el enfoque mantiene el mismo nivel de exposición: el relato de una dependencia convertida en sistema cerrado.

‘Walk Away’ trabaja desde el cansancio acumulado. El ritmo se sostiene de forma directa, la letra traza un inventario sin concesiones, y la interpretación evita la dramatización. Cada verso señala una distancia, una retirada necesaria para conservar algo de control. El diseño rítmico acentúa la idea de desplazamiento: no un viaje, sino un movimiento defensivo. Con ‘Out of the Shadows’, esa misma lógica se aplica al ámbito profesional y público, especialmente al que afecta a quienes deben justificar constantemente su presencia. Las guitarras se convierten en herramienta de resistencia frente a estructuras de poder que permanecen inalteradas.

La conexión con la ciudad aparece de forma explícita en ‘One Way Ticket’. El entorno berlinés no se presenta como lugar idílico, sino como un punto de tránsito donde las fuerzas que configuran el espacio se muestran sin maquillaje. El ritmo remite al movimiento mecánico de un tren, como si la única opción fuese continuar. La guitarra principal, ejecutada con un trazo irregular, rompe con cualquier expectativa melódica. En ‘Last Song’, la atmósfera se torna más introspectiva y expone un retrato de complejidad emocional donde los límites entre contradicción y coherencia se difuminan.

‘Into the Fire’ cambia la densidad anterior por una estructura más abierta. El tema se apoya en una progresión acústica casi circular, que refuerza la idea de repetición como forma de protección. La voz aparece aquí más cercana, más ligada a un espacio privado. Este cambio se extiende hasta ‘Buttercups’, donde la producción simula una distancia física, como si la canción llegara desde otro lugar. Lejos de buscar una conclusión, el cierre propone una pausa. Un momento de suspensión que no pretende consolar, sino simplemente detener el ritmo y permitir un respiro.

‘Abyss’ funciona como una construcción de capas superpuestas, donde lo sonoro, lo político y lo íntimo coexisten sin jerarquías. Cada pista se comporta como una unidad cerrada, pero con conexiones subterráneas que configuran un todo coherente. La elección de instrumentos, el modo de grabación, el diseño de las letras y el uso de la voz responden a una lógica clara: registrar un momento de presión constante sin necesidad de explicación ni alegoría. En este álbum, la incomodidad no es un efecto secundario, sino el material principal de trabajo.

Conclusión

‘Abyss’ de Anika explora la presión contemporánea a través de una sonoridad cruda y directa. Cada pista responde a un desencanto palpable, canalizado con estructuras que insisten en el cuerpo como último lugar posible de resistencia.

7.8
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Álbum

Anika - Abyss

Artista

Anika

Año

2025

Discográfica

Sacred Bones

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.