Las ciudades que habitamos nos moldean, nos desgastan y a veces nos empujan a mirar hacia dentro. Queens, Nueva York, ha sido el punto de partida de duendita, una artista que no entiende la música como mero entretenimiento, sino como un espacio de exploración del dolor, la memoria y la supervivencia. Con ‘a strong desire to survive’, publicado bajo el sello 10k, traen una obra que nació lejos de casa, en Berlín, pero que arrastra consigo la humedad emocional de quienes cruzan océanos cargando historias densas. La música aquí no surge para iluminar, sino para acompañar un trayecto interno que se agarra con uñas y dientes a la necesidad de seguir respirando.
La portada del álbum lo anticipa: un ser marino monstruoso, de uñas largas, escamas y branquias, que no ataca por hambre sino porque ha mutado para resistir. Duendita ha explicado que esa imagen encapsula los temas del disco: la supervivencia, la transformación, la lucha por amar y ser amadas sin hacerse daño. No hay pretensión de universales; cada tema se planta como un momento específico, como una exhalación atrapada en la garganta. Esa visceralidad, ese juego entre lo grotesco y lo frágil, permea los diez temas del disco.
‘why i didn’t report’ abre con la sirena de una alarma, que pronto cede a acordes de guitarra acústica. La voz, desgarrada pero contenida, habla de sentirse “voiceless” y de haber enfrentado violencia en carne propia. Duendita no busca dramatizar: exponen hechos, sensaciones, heridas. El sonido, a ratos desnudo y a ratos envuelto en capas electrónicas, refuerza la sensación de estar atravesando un terreno minado.
‘die not’, segundo corte, oscila entre distorsiones y vacíos, haciendo de la desorientación un recurso estético. Le sigue ‘baby teeth’, piano y voz que construyen un remanso breve, casi infantil, aunque cargado de ecos del pasado: “just a girl”, canta la voz, recordando que incluso la inocencia puede cargarse de sombras. Los coros del final funcionan como un tejido colectivo, como si múltiples voces sostuvieran ese deseo de no desmoronarse.
En ‘break the silence’, duendita despliegan un ritmo más marcado, que juega con elementos del jazz y del soul. Aquí las voces reclaman el derecho a ser escuchadas: “no means no”, entonan al unísono, mientras las líneas instrumentales oscilan entre lo etéreo y lo contundente. La combinación de registros vocales y recursos sonoros arma un paisaje sonoro donde cada detalle suma: no hay relleno, no hay gestos vacíos.
‘cutie’ y ‘fry’ avanzan con texturas más suaves, casi susurradas, pero nunca acomodadas. Hay una sensación de vigilia constante, de estar alerta. ‘hammock’, en cambio, combina un piano simple con armonías murmuradas, generando un efecto hipnótico que invita a la contemplación, aunque sin soltar del todo la tensión. Las capas electrónicas, que aparecen de fondo, no saturan, sino que puntúan los momentos clave.
‘mind’ y ‘htp (healing the pain)’ abordan la recuperación y el desconcierto con un tono que oscila entre lo confesional y lo reflexivo. La voz se despliega en todo su rango, mostrando no solo virtuosismo, sino una intención clara: cada quiebre, cada inflexión, parece calculado para transmitir una emoción específica. Las letras son directas: “try to escape the sky / feel blue but don’t know why”, canta en ‘mind’, mostrando la perplejidad de alguien que sabe que está mal pero no siempre entiende por qué.
El cierre llega con ‘all mine – june 11, 2019’, grabado en vivo en Austin, donde los aplausos iniciales dan paso a una interpretación contenida, casi frágil. Aquí duendita se despoja de adornos, dejando solo voz, melodía y un leve acompañamiento. El público enmudece, el aire se carga, y cada respiración se vuelve parte de la canción. Este último tema resume el trayecto del disco: una búsqueda de seguridad, de poder bailar y equivocarse, de encontrar valentía en medio de la vulnerabilidad.
‘a strong desire to survive’ es un álbum que, desde la honestidad cruda y el detallismo instrumental, construye un recorrido de transformación. Duendita no ofrece declaraciones grandilocuentes ni metáforas amplias: tejen pequeñas escenas, momentos precisos, donde la voz es el hilo conductor. Aquí la supervivencia no es un grito ni una victoria épica; es una respiración, una palabra pronunciada, un acorde sostenido.
Conclusión
En ‘a strong desire to survive’, duendita despliega diez temas donde la voz se vuelve brújula, enfrentando trauma y sanación entre arreglos acústicos, electrónicos y corales.

