Tras una década de trayectoria asentada, Future Islands vuelven con su séptimo álbum de estudio People Who Aren't There Anymore, en el que exploran temas como la pérdida, los cambios personales y la aceptación del paso del tiempo. Musicalmente, el disco supone una continuación del característico sonido synth pop de la banda, aunque introduciendo ciertos matices nuevos.

El trabajo arranca con 'King of Sweden', un tema de ritmo marcado y bailable pero teñido de cierta melancolía en la letra, que habla sobre recuerdos agridulces de una relación pasada. Le siguen cortes como 'The Tower' y 'Deep in the Night', donde se mantienen las líneas maestras del estilo de Future Islands entre nostálgicas reminiscencias del pasado y miras esperanzadas hacia el futuro.

Sin embargo, el álbum adolece en ocasiones de una cierta falta de variedad, con una fórmula quizás demasiado previsible y recurrente, especialmente en su tramo central. Temas como 'The Thief' o 'The Fight' transmiten emoción, pero terminan dependiendo en exceso de una estructura predecible entre estrofas susurradas y estribillos épicos que acaban por volverse repetitivos.

Donde el disco brilla con más fuerza es en piezas como 'Give Me the Ghost Back', con giros rítmicos y melódicos más arriesgados, o la cautivadora 'Peach', que bebe de una paleta de influencias más ochenteras logrando un resultado más fresco. En ellas, la banda se aleja de su zona de confort y se lanza a una exploración sonora que les sienta de maravilla.

Nos encontramos ante un trabajo irregular pero con momentos destacados, en el que Future Islands hacen gala de oficio y solvencia sobre los escenarios ya conocidos de su sonido, pero adolecen de cierta falta de innovación en algunos pasajes en los que se limitan a replicar fórmulas conocidas.

Pese a no ser su obra más redonda, temas como 'Give Me the Ghost Back' o 'Peach' demuestran que la banda aún tiene mundo por explorar cuando se atreve a dar un paso más allá en su evolución sonora. Un disco correcto para los seguidores del grupo, pero al que le faltan algunos destellos más de genialidad para ser considerado memorable. En resumen, un notable trabajado con mimo, pero al que le falta arriesgarse más allá de lo seguro.