El undécimo álbum de estudio de la legendaria banda estadounidense Sleater-Kinney, Little Rope, es una profunda inmersión en la oscuridad y la luz de la pérdida y el duelo. Grabado en medio de la devastadora noticia de la muerte de la madre y el padrastro de la guitarrista Carrie Brownstein en un accidente automovilístico, el disco transmite de forma visceral la desorientación y el dolor abrumador de enfrentarse a una tragedia inesperada.
Sin embargo, Little Rope está lejos de ser una rendición al sufrimiento. Con la urgencia de aferrarse a la vida, las 10 canciones son un documento audaz de resiliencia, donde la guitarra elocuente de Brownstein y la voz en carne viva de Corin Tucker se elevan en ungido desafío.
Abriendo con la abrasadora 'Hell', la banda confronta de frente la sensación de estar atrapado en un infierno interminable. Sobre una base musical inquietante que se debate entre la quietud y la tormenta, Tucker canta con desgarradora intensidad sobre perder toda noción de futuro y pasado. Es un retrato audaz de cómo el duelo puede distorsionar por completo nuestra percepción del tiempo.
Esa lucha existencial continúa en la nerviosa 'Six Mistakes', donde distorsionadas guitarras crean un torbellino caótico mientras Tucker se pregunta angustiada si todo está solo en su cabeza. La respuesta llega en 'Don't Feel Right', donde admite abiertamente estar "deformada por el dolor". Sin embargo, en medio del tormento, la canción encuentra un inesperado alivio en su melodía optimista y en la lista de tareas cotidianas que nos recuerdan que la vida sigue.
Quizás el momento más desgarrador del álbum es 'Say It Like You Mean It', una despedida desgarrada del amor perdido. Sobre una instrumentación suntuosa casi cinematográfica, Tucker ruega por un momento de calma y consuelo. Es una súplica desgarradora por clemencia en medio de la tempestad emocional.
Además, por más oscuro que sea su centro, Little Rope está animado por un espíritu desafiante. En la incendiaria 'Needlessly Wild', la banda abraza el caos con riffs vertiginosos y una energía indomable. 'Crusader' recurre al glam rock para convertir la angustia en electricidad pura. Y en la épica 'Untidy Creature', Tucker se compara con un animal enjaulado que encontrará la manera de escapar, un himno de empoderamiento dedicado a todas las mujeres después de la anulación del derecho al aborto en Estados Unidos.
A lo largo de todo el álbum, la guitarra de Brownstein emerge como una fuerza primordial, tanto de emoción como de sanación. Sus solos elocuentes y rasgados transmiten el tormento interior, mientras que los riffs más enérgicos proveen catarsis. Tucker, por su parte, canta con la garra de siempre pero agregando nuevos matices operísticos.
Con la producción urgente pero cálida de John Congleton, Little Rope captura un momento devastador pero también transformador en la vida de Sleater-Kinney. Aferrándose desesperadamente a la música como tabla de salvación, han creado un retrato desgarrador pero también inspirador de la resiliencia del espíritu humano.


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