Tras un extenso periodo de silencio discográfico, el extravagante y carismático cantautor australiano Kirin J Callinan regresa por fin con su esperado nuevo álbum, titulado If I Could Sing. Se trata de su primer lanzamiento de temas originales desde Bravado en 2017, tras el paréntesis que supuso su peculiar álbum de versiones Return to Center en 2019.
Este flamante trabajo discográfico consta de 12 cortes, grabados entre Sydney, Los Ángeles y un remoto paraje costero de Nueva Zelanda, que capturan el complejo y a veces caótico mundo interior del músico durante los años de aislamiento impuestos por la pandemia.
El disco arranca con la intrigante 'Bread of Love', tema de ritmos underground aderezado con guitarras estridentes y estribillos operísticos, que incluye la colaboración del rapero Naeem y que anticipa el viaje impredecible que el oyente tiene por delante.
Le siguen una serie de vibrantes y enérgicos singles previamente publicados como 'Young Drunk Driver', himno bailable de electropop mutante en el que advierte de los peligros de conducir ebrio; 'Anaemic Adonis', lucha existencialista contra unos ciclos autodestructivos al ritmo de caóticos sintetizadores; y la ambigua 'Eternally Hateful', que narra la historia de una complicada relación amor-odio.
El título del disco llega con la conmovedora balada homónima 'If I Could Sing', donde Callinan expone sus sentimientos hacia un ser querido a través de una dulce melodía que solo él puede escuchar en su cabeza y desea poder cantar algún día. Los teclados oníricos y el saxofón logran una atmósfera íntima y elegante.
Tras el paréntesis frívolo de 'Crazier Idea', el músico vuelve a la senda introspectiva con la experimental 'Chop Chop' y el tema 'It's The Truth', en el que bucea entre grandes idearios existenciales. La parte final del álbum se adentra en un territorio más oscuro y perturbador, con la abrasiva y futurista pieza instrumental 'Untitled 9' y el desgarrador lamento 'My Little One', donde Callinan se despide de un ser querido fallecido.
El broche final lo pone '...In Absolutes', corte de seis minutos que el autor escribió cuando tenía 19 años y que habla sobre la pérdida, el duelo y la aceptación. Una canción cruda y minimalista que captura la esencia del disco: la búsqueda incesante de uno mismo a través de la música.
If I Could Sing es la obra más redonda e intensa de Kirin J Callinan hasta la fecha. Muestra todas sus facetas creativas, desde la electrónica bailable y el art pop estridente hasta el costado más íntimo y vulnerable del cantautor. Un viaje fascinante y turbador que conecta directamente con el alma atormentada de su autor.
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