El nuevo disco de Maria BC, titulado Spike Field, supone una exploración reflexiva sobre nuestra relación conflictiva con el pasado. Grabado en un entorno más espacioso que sus trabajos anteriores, en la casa de un amigo de la familia en San Francisco, este álbum presenta arreglos más expansivos y relajados. Un elemento distintivo es el uso de un piano desafinado Steinway, cuyo sonido peculiar aparece a lo largo de las 12 canciones, aportando una cualidad orgánica y vintage.

La voz soprano de tonos claros y etéreos de Maria BC guía al oyente a través de diversos paisajes sonoros, contraponiendo texturas acústicas y electrónicas. Por ejemplo, en la conmovedora ‘Watcher’ parece lamentar no haber apoyado lo suficiente a un ser querido en dificultades, con frases susurradas sobre un fondo de rasgueos de guitarra, cuerdas y coros celestiales. Mientras tanto, ‘Return to Sender’ transmite la frustración de no poder alcanzar a un ser amado, con efectos electrónicos inquietantes que evocan la sensación de incomunicación.

Aunque las letras son crípticas y poéticas, las canciones desbordan una intensa carga emocional. Un momento destacado es ‘Still’, donde expresa una relación ambivalente con su yo más joven y vulnerable. Mediante la repetición de la palabra "still" y el creciente volumen del piano, consigue transmitir una sensación de finalidad existencial y autocomprensión.

Musicalmente, el disco fluctúa entre el folk minimalista, el dream pop etéreo y paisajes electrónicos más experimentales. La primera mitad es más serena, con delicadas piezas acústicas como ‘Haruspex’, mientras que a partir de temas como ‘Lacuna’ la atmósfera se vuelve más discordante y caótica. ‘Tied’, con acompañamiento de chelo de Mizu, contiene un dramatismo casi cinematográfico, mientras que ‘Mercury’ regresa a la turbulencia con una metáfora sobre autodestrucción.

El enigmático título del álbum alude a un hipotético campo de amenazantes picos graníticos que alertaría a civilizaciones futuras sobre desechos nucleares enterrados. De manera similar, Maria BC emplea un lenguaje sónico para conectar con sombras del pasado a punto de emerger. Sus cuidadosos arreglos y versatilidad vocal logran construir una especie de comunicación intuitiva que trasciende las limitaciones de las palabras.

En conclusión, Spike Field es una obra de gran belleza y magnetismo, que examina con valentía los claroscuros del alma humana a través de paisajes oníricos y letras impresionistas. Maria BC demuestra una notable evolución al expandir su paleta sonora sin perder su esencia melancólica. Se trata de un álbum para escuchas profundas y reflexivas, que recompensa al oyente al descubrir nuevos detalles sutiles en cada repetición. Una delicada joya del dream-folk contemporáneo.