Cine y series

Gasoline Rainbow

Bill Ross IV y Turner Ross

2023



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La existencia puede sentirse como un vasto terreno en el que el horizonte apenas promete algo más que la repetición de lo cotidiano. ¿Qué significa partir cuando la juventud arde en cada célula y el alma anhela un sentido inasible? 'Gasoline Rainbow', de Bill Ross IV y Turner Ross, se desliza en esa incógnita, desentrañando el impulso inquebrantable de huir hacia lo desconocido, de asomarse al borde de lo posible aunque solo sea para encontrar una versión aún más cruda de uno mismo.

Más que una historia, la película es un trayecto visceral que despoja a la adolescencia de romanticismos y la sumerge en una autenticidad desconcertante. Los cinco protagonistas, adolescentes que recién culminan el instituto, abandonan su pequeño pueblo en Oregon y se embarcan en una aventura improvisada hacia la costa del Pacífico, buscando el eco de sus propias esperanzas y temores en un "fin del mundo" simbólico. No es una mera búsqueda de un lugar; es una odisea para confrontar el abismo de la existencia antes de que los mecanismos de la vida adulta aplasten el anhelo de libertad.

Este relato, en apariencia sencillo, se teje en la intersección entre lo documental y lo ficticio, en una narrativa improvisada que difumina la línea entre realidad y puesta en escena. Los hermanos Ross orquestan un viaje que, en su forma, parece casi incidental, sin grandes revelaciones ni giros dramáticos evidentes, pero cargado de los silencios y vulnerabilidades que definen una generación. La cámara, al igual que la vida de estos jóvenes, vaga con una desorientación que refleja la falta de respuestas absolutas, capturando instantes efímeros que, aunque puedan parecer triviales, resuenan con una autenticidad poderosa.

La estructura narrativa, fragmentada y despojada de convencionalismos, sigue el ritmo errático de la juventud misma. Cada parada en la carretera, cada encuentro con desconocidos, añade un matiz a este grupo de "forasteros" que buscan pertenencia en un mundo que parece no haberles reservado un lugar. Los hermanos Ross juegan con las expectativas del espectador, ofreciendo un viaje que no es ni idealizado ni cruel, sino una suerte de reflejo de una América contemporánea donde la amabilidad persiste en los márgenes.

Los protagonistas, jóvenes sin experiencia actoral previa, encarnan sus propios nombres y sus propias historias, lo cual intensifica la sensación de autenticidad que la película pretende lograr. La cámara los sigue de cerca, captando sus gestos cotidianos, sus risas desinhibidas y sus silencios significativos, en una mezcla de cotidianidad y lirismo que aporta una rara y profunda veracidad. Aquí no hay una actuación pulida, sino una exposición cruda de sus pensamientos, de sus risas y sus miedos. Esa naturalidad que puede, a ratos, sentirse exasperante o agotadora es, precisamente, el alma de la película.

Los hermanos Ross capturan la belleza de los paisajes con la misma delicadeza con la que se enfocan en los rostros de los protagonistas. Desde los vastos desiertos hasta las calles vibrantes de Portland, los escenarios no son solo fondos; se convierten en participantes silenciosos de esta búsqueda existencial. Cada marco parece impregnado de una quietud solemne, casi ritual, que transforma esta travesía en una suerte de ceremonia de iniciación.

'Gasoline Rainbow' evade la narrativa estructurada para resaltar la inexperiencia y las inseguridades que sus personajes experimentan, una aproximación que desafía al espectador a aceptar la incertidumbre como parte esencial de la juventud. Los momentos de diálogo, muchas veces carentes de contenido profundo, reflejan la autenticidad de las conversaciones adolescentes, donde lo trivial se entrelaza con lo trascendental sin previo aviso. Esta yuxtaposición entre el anhelo y la banalidad es uno de los aciertos más notables del film, ya que pone de relieve una época de la vida en que cualquier palabra puede ser significativa y cualquier encuentro, inolvidable.

Sin embargo, no todo es perfecto en el universo de 'Gasoline Rainbow'. La libertad de su estilo narrativo, a veces, cae en una monotonía que puede perder el interés de un público más acostumbrado a historias compactas y contundentes. En su esfuerzo por captar la esencia de la adolescencia, la película abraza un enfoque tan minimalista que ciertos momentos parecen estirarse más allá de lo necesario, alargando una trama que quizás podría haber llegado a un desenlace de manera más ágil.

Pero la propuesta de los Ross no es complaciente. La película exige una entrega del espectador, una disposición a sumergirse en la lentitud y el azar. Es una invitación a acompañar a estos jóvenes en un viaje que, más que un destino, es un reflejo de sus propios límites y deseos. En su recorrido, 'Gasoline Rainbow' se convierte en un espejo de una generación que no teme a lo incierto, que no anhela grandes respuestas, sino simplemente existir en el ahora, en la inmediatez de sus emociones.

La obra de Bill Ross IV y Turner Ross, al final, se erige como un manifiesto silencioso de la juventud, donde cada momento parece latir con la intensidad de una primera vez. La historia es casi anecdótica, pero, para estos jóvenes, cada kilómetro recorrido representa un paso hacia la autorreflexión y el descubrimiento, aunque este último nunca llegue a materializarse en forma de conclusiones definitivas. 'Gasoline Rainbow' es, quizás, el retrato más sincero de la incertidumbre, una incertidumbre que, como la vida misma, no pretende resolver nada, sino solo ser vivida.

'Gasoline Rainbow' ha sido proyectada en la más reciente edición de Rizoma Festival.

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