Mike White regresa con su característica sátira de las clases acomodadas, llevándonos a un resort en Tailandia donde la espiritualidad y la desconexión son más promesas de marketing que metas reales. En este espacio aparentemente ideal, los personajes cargan sus obsesiones, secretos y dilemas personales, reflejando cómo las tensiones internas se desbordan incluso en los entornos más idílicos. El resort White Lotus de Tailandia pide a sus huéspedes dejar atrás sus dispositivos para sumergirse en un retiro holístico. Pero la privación tecnológica no es suficiente para silenciar el ruido interno de sus visitantes: matrimonios al borde de la ruptura, amistades plagadas de resentimiento y ansias reprimidas de validación encuentran rápidamente caminos para manifestarse.
Jason Isaacs encarna a Timothy Ratliff, un hombre cuya fachada de empresario exitoso esconde una inminente caída financiera. Junto a él, Parker Posey da vida a Victoria, una madre autocomplaciente y adicta a los tranquilizantes que parece ignorar las grietas en su matrimonio. Las interacciones entre ellos y sus hijos reflejan las jerarquías familiares, con Saxon (Patrick Schwarzenegger) asumiendo el rol de hijo dorado, pero profundamente narcisista, mientras que Lochlan (Sam Nivola) busca su lugar en la sombra de su hermano. Por su parte, Natasha Rothwell regresa como Belinda, ahora en un intercambio laboral en el resort tailandés. Lejos del uniforme de empleada del spa hawaiano, intenta abrazar una nueva versión de sí misma, aunque su presencia aquí parece también un guiño a las heridas que Tanya (Jennifer Coolidge) dejó en temporadas pasadas.
El eje central de esta temporada es la búsqueda de la espiritualidad en un mundo capitalista. Piper (Sarah Catherine Hook), la hija mediana de los Ratliff, simboliza esta dualidad al acercarse al budismo mientras está atrapada en un entorno familiar que encarna la desconexión emocional. Las conversaciones sobre el significado de la vida y la muerte no son meros ornamentos, sino el motor de gran parte de los conflictos. No obstante, la espiritualidad es también explotada como una experiencia de lujo. Amrita, una maestra espiritual interpretada por Shalini Peiris, representa cómo conceptos como la iluminación se convierten en meros productos para los turistas occidentales.
Las antiguas amigas Jaclyn (Michelle Monaghan), Kate (Leslie Bibb) y Laurie (Carrie Coon) personifican la complejidad de las relaciones adultas. Las puñaladas verbales y las alianzas cambiantes entre ellas son algunos de los momentos más tensos e interesantes de la serie. Monaghan, en particular, destaca como una actriz que intenta mantener las apariencias a pesar de sus inseguridades. El romance entre Gaitok (Tayme Thapthimthong), un guardia de seguridad, y Mook (Lalisa Manobal) añade un tono más dulce y esperanzador. Sin embargo, esta subtrama también revela la distancia entre los empleados locales y los huéspedes extranjeros, una constante en toda la serie.
Por otro lado, Walton Goggins como Rick Hatchett muestra el lado oscuro del aislamiento emocional. Su relación con Chelsea (Aimee Lou Wood) está llena de silencios pesados y resentimientos apenas contenidos, lo que la convierte en una de las historias más inquietantes de la temporada. El uso de la naturaleza como telón de fondo es esencial en esta entrega. La jungla tropical y los paisajes marinos actúan como una presencia omnisciente, casi metafórica, que sugiere lo inevitable del caos y la confrontación interna. La banda sonora, con sus ecos tribales y tensiones melódicas, aumenta la sensación de amenaza latente.
'White Lotus 3' es un testimonio más de cómo Mike White sabe desentrañar las hipocresías de la clase alta con un ojo clínico y despiadado. Aunque no todos los hilos narrativos alcanzan su potencial, el retrato de las ansiedades humanas es tan fascinante como siempre.
'White Lotus 3' ya está disponible en HBO Max.
