Cine y series

Tu madre o la mía: Guerra de suegras

Chus Gutiérrez

2024



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En el vasto océano de las relaciones humanas, pocas tormentas son tan temidas como el choque entre suegras. 'Tu madre o la mía: Guerra de suegras', la nueva propuesta de Chus Gutiérrez, promete adentrarse en estas aguas turbulentas, pero naufraga en su intento de ofrecer una comedia fresca y entretenida sobre un tema tan recurrente.

La premisa es tan predecible como un día soleado en la costa mediterránea: una pareja enamorada decide dar el gran paso hacia el altar, desencadenando una batalla campal entre sus respectivas madres por el control de la ceremonia. Por un lado, tenemos a Carmen, interpretada por Carmina Barrios, una señora española de clase trabajadora con un arsenal de tácticas de manipulación emocional. En el otro rincón, Patricia Bernal da vida a Catalina, una adinerada empresaria mexicana acostumbrada a salirse con la suya mediante influencias y presiones.

El guion, fruto de la colaboración entre Sabina Méndez, Ángela Obón y Marco Lagarde, se esfuerza por explotar el contraste entre estas dos figuras maternas, pero cae en la trampa de los estereotipos más básicos y previsibles. Las situaciones cómicas se suceden con la misma gracia que un chiste repetido hasta la saciedad, y el desarrollo de la trama avanza con la misma agilidad que un caracol en una carrera de velocidad.

Los personajes principales, Paco (Salva Reina) y Regina (Paulina Goto), quedan relegados a meros espectadores del espectáculo maternal, sin más función que la de ser los peones en este ajedrez de egos desatados. Su historia de amor, que debería ser el corazón palpitante de la película, late con la intensidad de un electrocardiograma plano.

Chus Gutiérrez, directora con una trayectoria que incluye títulos más estimulantes, parece haber cedido ante la tentación de lo fácil y lo comercial. Su dirección carece de la chispa necesaria para elevar el material más allá de lo anodino, conformándose con un ritmo irregular y una puesta en escena que no aporta nada al género de la comedia romántica.

El choque cultural entre España y México, que podría haber sido una veta rica en humor inteligente y observaciones agudas, se queda en la superficie más superficial. Los gags basados en las diferencias de costumbres y lenguaje son tan previsibles como encontrar arena en una playa.

Carmina Barrios, conocida por su capacidad para inyectar autenticidad y gracia a sus personajes, se ve constreñida por un papel que la reduce a una caricatura de la madre española entrometida. Su talento natural para la comedia se desperdicia en situaciones forzadas y diálogos que buscan la risa fácil sin conseguirla.

Por su parte, Patricia Bernal intenta dotar a su personaje de cierta dignidad, pero el guion la traiciona constantemente, obligándola a comportarse de manera inverosímil incluso para los estándares de una comedia ligera.

La química entre el elenco es tan volátil como un experimento fallido de laboratorio. Las interacciones entre los personajes carecen de la espontaneidad necesaria para hacer creíble el conflicto, y mucho menos para generar empatía en el espectador.

La fotografía de Javier Salmones cumple sin pena ni gloria, limitándose a capturar los escenarios sin aportar ninguna visión particular. La banda sonora de María Vertiz se pierde en el fondo, incapaz de realzar los momentos cómicos o aportar emotividad a las escenas que lo requieren.

En su intento por abarcar dos mercados, el español y el mexicano, 'Tu madre o la mía: Guerra de suegras' acaba por no satisfacer a ninguno. La mezcla de estilos de comedia de ambos países resulta en un cóctel insípido que no logra capturar la esencia de ninguna de las dos tradiciones cinematográficas.

El mensaje final sobre la importancia del amor familiar y la aceptación de las diferencias se siente forzado y poco sincero, como un postre artificial al final de una comida sin sabor. La resolución del conflicto llega sin haber generado la tensión suficiente para que su desenlace tenga algún impacto emocional.

En definitiva, 'Tu madre o la mía: Guerra de suegras' es un ejercicio de oportunidades perdidas. Lo que podría haber sido una reflexión divertida y aguda sobre las dinámicas familiares y los choques culturales se queda en una sucesión de clichés y situaciones previsibles que ni siquiera logran arrancar una sonrisa consistente.

La película parece haber sido concebida con la misma profundidad que un catálogo de viajes, ofreciendo una visión superficial y estereotipada de ambas culturas sin ahondar en las complejidades que hacen interesantes estos encuentros interculturales.

El cine español ha demostrado en numerosas ocasiones su capacidad para producir comedias inteligentes y entretenidas. Lamentablemente, esta producción no se suma a esa lista. En su lugar, refuerza los peores prejuicios sobre las comedias comerciales, priorizando el atractivo mercantil sobre la calidad narrativa y la originalidad.

Para los amantes del género que busquen una comedia ligera para pasar el rato, 'Tu madre o la mía: Guerra de suegras' puede ofrecer algunos momentos de distracción. Sin embargo, aquellos que esperen algo más que un puñado de chistes predecibles y situaciones manidas, harían bien en buscar otras opciones en la cartelera.

En un panorama cinematográfico que clama por historias frescas y perspectivas innovadoras, esta película se presenta como un recordatorio de lo que sucede cuando se apuesta por lo seguro y lo trillado. Es una oportunidad desperdiciada de explorar las ricas posibilidades cómicas y dramáticas que ofrece el choque entre culturas y generaciones.

Al final, 'Tu madre o la mía: Guerra de suegras' deja la sensación de haber asistido a una boda donde los novios son lo de menos, los invitados están más pendientes del buffet que de la ceremonia, y lo único que queda es el regusto amargo de una celebración que podría haber sido mucho más memorable.

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