Cine y series

Paradise Is Burning

Mika Gustafson

2024



Por -

La ópera prima de la cineasta sueca Mika Gustafson, 'Paradise Is Burning', explora con mirada fresca y desgarradora los intrincados lazos fraternales que unen a tres hermanas abandonadas a su suerte. A través de unas interpretaciones sobresalientes de sus jóvenes protagonistas y una dirección empática, la película captura con autenticidad arrolladora las complejidades de una infancia truncada.

En los arrabales de una ciudad sueca, Laura (Bianca Delbravo), Mira (Dilvin Asaad) y Steffi (Safira Mossberg), de 16, 12 y 7 años respectivamente, deambulan en un universo de libertad aparente. Ausente la figura materna desde Navidad, la mayor, Laura, asume papel cuasi maternal pese a su corta edad. Con ingenio callejero, las hermanas sortean los embates del día a día: robos en supermercados, allanamientos de moradas ajenas para usar sus piscinas, peleas y vivencias propias del desarraigo. Un mundo de juegos peligrosos y supervivencia.

La amenaza de una inminente visita de servicios sociales desata el miedo en Laura a que las separen. Para evitarlo, urde un plan: convencer a una mujer desconocida, Hannah (Ida Engvoll), de hacerse pasar por su madre ausente. Irrumpe así una extraña amistad entre ambas, un vínculo construido sobre la nostalgia de un hogar intacto.

Con tintes de cine verité, la directora captura las inquietudes y travesuras de las hermanas a través de una cámara que parece un miembro más del juego. La vivienda, con sus paredes desconchadas y recuerdos familiares, es un refugio y prisión simultáneos. Pocos adultos merodean dispuestos a tender una mano.

Mientras Mira y Steffi avanzan en sus propias búsquedas de identidad, Laura se distancia de ellas, seducida por la madurez de Hannah. Las actuaciones de las jóvenes intérpretes resultan asombrosas, especialmente la de Delbravo, capaz de transmitir los matices de su papel de piloto familiar.

'Paradise Is Burning' discurre con energía arrolladora, salpicada de momentos de ternura y caos por igual. La sutileza con que Gustafson aborda temáticas como la menstruación o la violencia infanto-juvenil resulta encomiable. Un retrato punzante y despojado de certezas sobre las grietas de la adolescencia y los vínculos inquebrantables del amor fraterno.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.

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