'Os Reviento', la nueva propuesta cinematográfica de Kike Narcea, irrumpe en la escena del cine español con la fuerza de un uppercut inesperado. En un panorama audiovisual dominado por narrativas contemplativas y dramas íntimos, esta película se erige como un grito desaforado que resuena en las entrañas del espectador, recordándonos que la violencia, aunque la queramos reprimir, sigue latente en nuestra sociedad.
El filme nos sumerge en el mundo de Gabriel, apodado 'El Tarado', un ex boxeador interpretado por Mario Mayo, quien busca redimirse de un pasado turbulento en la aparente tranquilidad de una aldea remota. Sin embargo, la muerte de su padre desencadena una serie de eventos que lo arrastran de vuelta al caos que tanto anhelaba dejar atrás. La trama, aunque sencilla en su premisa, se ramifica en una red de personajes variopintos que orbitan alrededor del protagonista, cada uno aportando su propia dosis de conflicto y tensión.
Narcea construye un retrato crudo de la España rural, donde las rencillas familiares y las deudas del pasado se entrelazan en un nudo gordiano que solo parece poder deshacerse a golpes. La dirección no escatima en mostrar la brutalidad de los enfrentamientos, con una coreografía de combates que, si bien no alcanza la sofisticación de producciones internacionales, logra transmitir la urgencia y el dolor de cada impacto.
El reparto, encabezado por Mayo, entrega interpretaciones que oscilan entre lo caricaturesco y lo visceral. Mayo, en particular, encarna a 'El Tarado' con una presencia física imponente que contrasta con la vulnerabilidad de un hombre atrapado entre su naturaleza violenta y su deseo de redención. El elenco secundario, que incluye a veteranos del cine español como Antonio Mayans, aporta matices que enriquecen el tejido narrativo de la película.
La fotografía de Alberto Pareja captura la aridez del entorno rural, creando un marco visual que refleja la desolación interna de los personajes. Los tonos apagados y la iluminación natural acentúan la sensación de realismo que permea cada escena, alejándose de la estilización excesiva que a menudo caracteriza al cine de acción.
El guion de Narcea, si bien efectivo en su propósito de mantener la tensión, a veces cae en diálogos que bordean lo cliché. No obstante, logra equilibrar momentos de humor negro con reflexiones sobre la naturaleza cíclica de la violencia, aunque estas últimas no siempre alcanzan la profundidad deseada.
La banda sonora, compuesta por Daniel Maldonado, acompaña con pulso firme el crescendo de la narración, intensificando la atmósfera de amenaza constante que envuelve a los personajes. Sin embargo, en ocasiones su presencia se vuelve intrusiva, restando sutileza a escenas que podrían beneficiarse del silencio.
'Os Reviento' no pretende ser una disertación filosófica sobre la violencia, sino una inmersión visceral en sus consecuencias. La película abraza su naturaleza de entretenimiento sin complejos, ofreciendo una experiencia cinematográfica que, si bien no revoluciona el género, sí que aporta una voz distintiva al panorama del cine de acción español.
En última instancia, la obra de Narcea se erige como un espejo incómodo de una sociedad que, a pesar de sus avances, sigue encontrando en la fuerza bruta una forma de resolución de conflictos. 'Os Reviento' no ofrece soluciones ni moralejas, sino que se contenta con exponer la cruda realidad de aquellos para quienes la violencia es tanto un refugio como una prisión.
Esta película representa un paso audaz en la filmografía de Narcea y en el cine de género español, demostrando que es posible crear propuestas de acción con identidad propia sin necesidad de emular fórmulas foráneas. Aunque no exenta de imperfecciones, 'Os Reviento' logra su cometido de sacudir al espectador, dejándolo con la sensación de haber recibido un golpe directo a la mandíbula, tanto física como metafóricamente.
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