Cine y series

Longlegs

Oz Perkins

2024



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En su más reciente incursión en el género del thriller psicológico, Oz Perkins nos presenta 'Longlegs', una película que se sumerge en las profundidades de la psique humana y explora los límites entre la realidad y la pesadilla. Ambientada en la década de 1990, la cinta sigue a Lee Harker (Maika Monroe), una agente del FBI con habilidades intuitivas poco convencionales, mientras se adentra en la investigación de una serie de asesinatos familiares aparentemente inexplicables.

Perkins, hijo del legendario Anthony Perkins, parece haber heredado la capacidad de su padre para crear atmósferas cargadas de tensión y malestar. Desde los primeros fotogramas, 'Longlegs' establece un tono sombrío y opresivo que no da tregua al espectador. La paleta de colores deslavados y la cinematografía meticulosa de Andrés Arochi contribuyen a crear un mundo que parece existir en un limbo entre lo tangible y lo onírico.

La trama se desarrolla con un ritmo deliberadamente lento, dividida en tres capítulos que siguen la evolución de Harker en su búsqueda del enigmático asesino conocido como Longlegs. Este enfoque estructural permite a Perkins construir gradualmente la tensión, aunque por momentos puede resultar frustrante para aquellos espectadores que esperan una narrativa más ágil y convencional.

Maika Monroe ofrece una interpretación contenida y matizada como Lee Harker. Su personaje, que parece estar en el espectro autista, navega por un mundo que no logra comprender del todo, y Monroe transmite eficazmente esta sensación de desconexión y vulnerabilidad. Sin embargo, es en los momentos de revelación y horror donde la actriz verdaderamente brilla, mostrando la desintegración emocional de Harker de manera convincente y perturbadora.

Nicolas Cage, en el papel titular de Longlegs, demuestra una vez más su capacidad para transformarse completamente en personajes excéntricos y perturbadores. Oculto bajo una capa de prótesis y maquillaje que lo hace prácticamente irreconocible, Cage crea un villano andrógino y aterrador que se quedará grabado en la memoria de los espectadores. Su actuación, que oscila entre lo sutil y lo desquiciado, es uno de los puntos fuertes de la película, aunque por momentos corre el riesgo de caer en la caricatura.

El reparto de apoyo es igualmente sólido. Blair Underwood aporta gravitas como el Agente Carter, superior de Harker, mientras que Alicia Witt ofrece una interpretación inquietante como Ruth, la madre de Lee. La dinámica entre Monroe y Witt es particularmente efectiva, sugiriendo una historia familiar compleja y turbulenta que se va revelando a lo largo de la película.

Perkins demuestra su dominio del género al crear escenas de tensión sostenida con un mínimo de recursos. En lugar de depender de sustos fáciles o gore gratuito, el director confía en la imaginación del espectador para llenar los vacíos. Esta aproximación al horror psicológico recuerda a maestros del género como Alfred Hitchcock, aunque Perkins añade su propio sello distintivo.

El guion, también obra de Perkins, entreteje hábilmente elementos de thriller policial, horror sobrenatural y drama psicológico. Las referencias al ocultismo y la religión añaden capas adicionales de significado a la narrativa, aunque no siempre se exploran con la profundidad que merecerían. Los códigos y símbolos que Longlegs deja en las escenas del crimen proporcionan un enigma intrigante para que tanto Harker como el público desentrañen.

La banda sonora de Eugenio Battaglia merece una mención especial. Con su mezcla de sonidos discordantes, susurros inquietantes y silencios cargados de tensión, la música se convierte en un personaje más, amplificando la sensación de malestar que permea toda la película.

A medida que la trama avanza, 'Longlegs' se adentra en territorio cada vez más surrealista y perturbador. Perkins juega con las expectativas del público, difuminando las líneas entre lo real y lo imaginario, lo que puede resultar desconcertante para algunos espectadores. El clímax de la película, aunque impactante, puede no satisfacer a todos, ya que deja algunas preguntas sin responder y opta por una resolución más ambigua que definitiva.

Temáticamente, 'Longlegs' explora cuestiones de trauma infantil, la naturaleza del mal y los peligros de mirar demasiado tiempo al abismo. La película sugiere que el verdadero horror no reside en lo sobrenatural, sino en la capacidad humana para la crueldad y la violencia. La obsesión de Harker con el caso refleja la fascinación morbosa de la sociedad con los asesinos en serie, un tema que Perkins aborda de manera oblicua pero efectiva.

La decisión de ambientar la película en los años 90 añade una capa adicional de nostalgia y malestar. Perkins captura hábilmente la estética de la época, desde los teléfonos de disco hasta las computadoras anticuadas, creando un mundo que se siente a la vez familiar y alienante.

'Longlegs' no es una película fácil de digerir. Su ritmo pausado, su atmósfera opresiva y sus giros narrativos desconcertantes pueden alienar a los espectadores que buscan un thriller más convencional. Sin embargo, aquellos dispuestos a sumergirse en su mundo inquietante encontrarán una experiencia cinematográfica que se queda con uno mucho después de que los créditos hayan terminado.

En última instancia, 'Longlegs' es un testimonio del talento de Oz Perkins como director y guionista. Aunque la película puede no alcanzar las alturas de obras maestras del género como 'El silencio de los corderos' o 'Seven', a las que inevitablemente se comparará, ofrece una visión única y perturbadora del horror psicológico.

La cinta plantea preguntas incómodas sobre la naturaleza de la maldad y la fragilidad de la psique humana, invitando al espectador a reflexionar sobre los monstruos que acechan no solo en las sombras, sino también dentro de nosotros mismos. Si bien no todas sus ambiciones narrativas y temáticas se realizan plenamente, 'Longlegs' se mantiene como una adición notable al género, que seguramente generará discusión y análisis entre los aficionados al cine de terror psicológico.

'Longlegs' es una película que desafía y perturba, ofreciendo una experiencia cinematográfica que, aunque imperfecta, deja una impresión duradera. Oz Perkins continúa consolidándose como una voz única en el cine de género, y será interesante ver cómo evoluciona su visión en futuros proyectos.

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