Cine y series

Lee Miller

Ellen Kuras

2024



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Las imágenes no piden permiso. Irrumpen en la memoria, se instalan en los rincones donde la comodidad había impuesto su dominio y alteran la forma en que miramos el mundo. De entre todas, las fotografías de guerra son las que llevan la marca de lo irreversible. La cámara de Lee Miller transformó la devastación en un testimonio tangible, imposible de obviar. Pero, como ocurre con quienes se atreven a mirar demasiado de cerca, su historia quedó parcialmente oculta tras el peso de sus propias imágenes.

‘Lee Miller’, dirigida por Ellen Kuras, es un intento de reconstrucción de esa figura, una incursión contenida en la trayectoria de la mujer que desafió los límites impuestos a su tiempo. Kate Winslet asume el reto de encarnar a una protagonista que se resiste a ser descifrada del todo, entregando una interpretación que enfatiza su carácter irascible, su determinación y su carácter hermético. La película se mueve entre dos tiempos: el pasado, donde seguimos a Miller en su viaje desde la bohemia francesa hasta los horrores de la Segunda Guerra Mundial, y el presente de 1977, donde un periodista intenta arrancarle respuestas que ella prefiere esquivar.

Kuras, con una trayectoria como directora de fotografía en el cine independiente y documental, opta por una estética comedida, con una paleta que oscila entre la calidez del recuerdo y la crudeza del conflicto. Sin embargo, a pesar del potencial de su mirada, la realización no termina de asumir el riesgo que su protagonista habría exigido. La narración, encorsetada en una estructura que avanza con rigidez, se pliega a los códigos del biopic más convencional.

El film enfatiza los obstáculos que Miller enfrentó en un mundo dominado por hombres: la lucha por ser tomada en serio, la exclusión sistemática de los espacios reservados al periodismo de guerra, la condescendencia de sus pares. Pero también muestra su capacidad de infiltrarse en la historia con una cámara como arma de combate. Desde las ruinas de Londres hasta los campos de concentración liberados, su lente capturó la humanidad y la desolación en la misma proporción. La escena en la que se adentra en el apartamento de Hitler y decide fotografiarse en su bañera encapsula la irreverencia y la provocación que la definieron.

Winslet se adueña del personaje con un dominio absoluto, aportando una fisicidad que refuerza su resistencia y su desgaste. A su lado, Andy Samberg sorprende con un registro contenido como David E. Scherman, su compañero de expediciones fotográficas. No obstante, la película no permite que los secundarios adquieran mayor profundidad, reduciéndolos a figuras funcionales dentro del relato.

A pesar de sus momentos de lucidez, ‘Lee Miller’ nunca termina de despojarse de una cierta solemnidad que la aleja de la vitalidad contradictoria de su protagonista. Kuras trata de equilibrar el rigor con la sensibilidad, pero en ese intento, la película pierde la oportunidad de ser más arriesgada. El testimonio de Miller sigue vivo en sus fotografías, pero la película que trata de capturarla se queda a medias en su intento.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.

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