En el panorama televisivo actual, saturado de dramas policíacos y procedimentales, puede resultar difícil que una nueva serie se destaque del montón. Sin embargo, Tracker, la más reciente apuesta de Fox, logra cautivar con su atractivo protagonista y una trama que combina misterios semanales con los enigmas del turbulento pasado de su héroe.

Protagonizada por Justin Hartley, quien saltó a la fama por su papel en This Is Us, Tracker sigue los pasos de Colter Shaw, un hombre solitario que se hace llamar a sí mismo 'cazarrecompensas'. Deambulando por las carreteras del oeste estadounidense en su remolque Airstream, Colter se gana la vida localizando personas desaparecidas a cambio de las recompensas ofrecidas por desesperados familiares.

Parte del atractivo de Tracker radica en su estructura episódica, que permite al espectador sumergirse en misterios autoconclusos semana a semana. Desde adolescentes desaparecidos hasta personas secuestradas por cultos, cada episodio presenta un nuevo rompecabezas por resolver, manteniendo el suspenso y la intriga en niveles elevados. Sin embargo, lo que realmente enganche al público es el enigma que envuelve el pasado de Colter.

A través de flashbacks cuidadosamente entretejidos, la serie revela retazos de la infancia tormentosa de su protagonista, criado por un padre paranoico e inestable que mantenía a su familia alejada de la sociedad. Un oscuro secreto familiar, relacionado con la misteriosa muerte del padre, persigue a Colter, quien se ve acosado por las incesantes llamadas de su hermano Russell, aparentemente desesperado por contactarlo.

Es en este aspecto donde Tracker trasciende su premisa de procedimiento semanal para explorar temas más profundos. A medida que avanza la temporada, el espectador se sumerge gradualmente en los traumas de Colter, descubriendo cómo su turbulenta niñez lo moldeó para convertirse en el hombre reservado y solitario que es hoy. Esta dualidad entre los casos de la semana y la trama personal da a la serie una dimensión adicional, evitando que se convierta en un mero desfile de misterios resueltos.

Gran parte del éxito de Tracker recae en los hombros de su protagonista, interpretado con carisma y vulnerabilidad por Justin Hartley. Lejos de ser un héroe estereotipado, Colter es un personaje complejo, con un corazón de oro debajo de su exterior curtido. Hartley logra transmitir esta dualidad con naturalidad, alternando momentos de valentía y determinación con instantes de introspección y melancolía.

Pero Tracker no es un monólogo interpretativo. La serie también se nutre de un sólido elenco de apoyo, encabezado por las actrices Abby McEnany y Robin Weigert en los papeles de Velma y Teddi, la peculiar pareja lésbica que actúa como contactos y mentoras de Colter. Su presencia aporta momentos de humor y calidez, contrarrestando la oscuridad que a veces rodea al protagonista.

Cabe destacar también las actuaciones de Fiona Rene como Reenie, la abogada y antigua amante de Colter, y Eric Graise como Bobby, el hábil hacker que lo asiste en sus investigaciones. Si bien sus personajes tienen un papel secundario, ambos actores logran dejar una impresión duradera, aportando capas adicionales de complejidad a la trama.

A medida que avanza la temporada, Tracker encuentra un equilibrio cada vez más sólido entre los misterios de la semana y la historia personal de Colter. Los casos individuales, aunque a veces predecibles, mantienen un ritmo ágil y ofrecen giros inesperados, mientras que los flashbacks y las incógnitas en torno al pasado de Shaw se dosifican sabiamente, manteniendo al espectador enganchado.

Tracker es una adición bienvenida al panorama de los dramas policíacos, combinando misterios semanales con un misterio personal que mantiene al espectador enganchado. Con Justin Hartley en un papel protagónico plagado de matices, y una trama que explora temas más profundos que la simple resolución de casos, esta serie promete mantener a los fans cautivados semana a semana, mientras desentrañan los secretos del pasado de Colter Shaw.