Cine y series

La marsellesa de los borrachos

Pablo Gil Rituerto

2024



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El olvido se abre paso como una niebla espesa, desplazando la memoria de quienes alguna vez alzaron la voz contra la imposición. Sin embargo, hay canciones que resisten, versos que se aferran al tiempo con la obstinación de quien se niega a desaparecer. 'La marsellesa de los borrachos' recoge estas melodías que alguna vez cruzaron fronteras clandestinamente y las superpone con un presente que, aunque distinto, sigue habitado por las mismas sombras.

Pablo Gil Rituerto plantea su documental como un viaje en dos tiempos, un diálogo entre generaciones unidas por la convicción de que la música es una forma de lucha. La película se adentra en la expedición de Cantacronache, el colectivo italiano que, en 1961, recorrió España para rescatar canciones populares de resistencia. Más de sesenta años después, las voces contemporáneas intentan desentrañar qué queda de aquellos himnos subversivos.

El recurso narrativo de entrelazar material de archivo con imágenes actuales dota a la obra de un dinamismo que evita la rigidez de otros documentales históricos. Emilio Jona, único testigo vivo de aquella travesía, es el hilo conductor que da cohesión a este relato que alterna geografías y tiempos sin perder el pulso. Gil Rituerto no se limita a reconstruir una gesta, sino que busca las resonancias que aquellas canciones tienen en el presente. El resultado es una exploración sobre la memoria y sus intersticios, sobre lo que se preserva y lo que se diluye en la indiferencia colectiva.

La dimensión estética del documental se apoya en una fotografía que enfatiza el contraste entre el archivo y la actualidad. La textura del celuloide convive con la nitidez digital, generando un efecto que acentúa la distancia temporal sin desvincular las imágenes de un mismo relato. Las voces de Maria Arnal, Nacho Vegas y otros artistas contemporáneos se suman a la reconstrucción de un repertorio que aún conserva su capacidad evocadora.

La música no solo es el vehículo narrativo del documental, sino también su esencia. No hay concesiones a la nostalgia vacía ni a la simple evocación de un pasado mitificado. La película busca comprender cómo estas melodías, en su día peligrosas, pueden seguir despertando conciencia en la actualidad. 'La marsellesa de los borrachos' no cae en la complacencia de un homenaje sin aristas, sino que se interroga sobre el significado de la resistencia en un mundo donde las formas de censura han mutado, pero no han desaparecido.

La estructura del montaje favorece el equilibrio entre las distintas capas narrativas. Se evita la linealidad y se apuesta por una alternancia entre tiempos que subraya la persistencia de ciertos dilemas. La relación entre pasado y presente no se expone como una sucesión de hechos, sino como una tensión constante entre lo que se recuerda y lo que se intenta borrar.

Pablo Gil Rituerto logra un ejercicio de memoria que no se limita a registrar un episodio olvidado, sino que lo reactualiza sin didactismo. La película encuentra su fuerza en la manera en que articula testimonio y reflexión, en cómo sitúa la historia en un presente que no la ha digerido por completo. 'La marsellesa de los borrachos' es un documental que entiende la memoria no como un archivo estático, sino como un territorio en disputa.

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