Cine y series

La Liberación

Lee Daniels

2024



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En un mundo donde las sombras de la adicción, la pobreza y el racismo se proyectan sobre las vidas de tantas familias, 'La Liberación' intenta iluminar estos rincones oscuros con el resplandor sobrenatural del cine de terror. Sin embargo, esta luz resulta ser más un fuego fatuo que una antorcha reveladora, desorientando al espectador en lugar de guiarlo a través de la complejidad de estos temas tan arraigados en nuestra sociedad.

Lee Daniels, conocido por su habilidad para abordar temas sociales candentes, se aventura en el género del terror sobrenatural con resultados poco convincentes. La película sigue a Ebony, una madre soltera interpretada por Andra Day, que lucha contra sus propios demonios internos mientras enfrenta una amenaza sobrenatural que acecha a su familia. Day ofrece una actuación cruda y visceral, retratando a una protagonista compleja y poco simpática con una intensidad que merece estar en una película mejor construida.

El guion, obra de David Coggeshall y Elijah Bynum, intenta entrelazar drama familiar y horror sobrenatural, pero fracasa en ambos frentes. La primera mitad de la película se centra en los problemas terrenales de Ebony: su lucha contra el alcoholismo, la crianza de tres hijos en un entorno de pobreza, y una relación tensa con su madre enferma, Alberta, interpretada por Glenn Close. Esta parte del filme ofrece momentos de drama genuino, explorando las dinámicas familiares disfuncionales y los ciclos de abuso intergeneracional.

Sin embargo, la transición al territorio sobrenatural es abrupta y poco convincente. La aparición de elementos de posesión demoníaca parece más un intento desesperado de inyectar emoción a la trama que una progresión natural de la historia. Los clichés del género abundan: niños trepando por las paredes, crucifijos humeantes y exorcismos dramáticos. Estos elementos, lejos de aportar tensión o miedo, provocan más bien risas involuntarias.

La dirección de Daniels carece de la sutileza necesaria para crear una atmósfera verdaderamente inquietante. Los efectos visuales son de baja calidad y las escenas de terror resultan más ridículas que aterradoras. La película no logra encontrar un tono coherente, oscilando incómodamente entre el drama social realista y el horror sobrenatural exagerado.

El reparto, a pesar de su talento, lucha con un material poco inspirado. Glenn Close, en particular, parece perdida en su papel de Alberta, una abuela extravagante y renacida en la fe. Su interpretación, que en otro contexto podría ser divertida, aquí resulta fuera de lugar y casi caricaturesca. Aunjanue Ellis-Taylor, como la reverenda Bernice, hace lo que puede con un personaje unidimensional, pero su presencia sirve principalmente para subrayar la falta de originalidad en el tratamiento del tema de la posesión demoníaca.

'La Liberación' pretende abordar temas importantes como el abuso infantil, la adicción y el racismo sistémico, pero su enfoque superficial y su giro hacia lo sobrenatural socavan cualquier comentario social significativo que pudiera ofrecer. La película sugiere que los problemas de Ebony son tanto resultado de sus propias acciones como de fuerzas sobrenaturales, una idea que resulta problemática y potencialmente ofensiva.

La cinematografía es mediocre, con una iluminación plana que no logra crear la atmósfera ominosa que la historia requiere. La edición es irregular, con transiciones abruptas que rompen el ritmo de la narración. La banda sonora, por su parte, es genérica y predecible, recurriendo a los habituales sustos sonoros del cine de terror de bajo presupuesto.

Uno de los mayores problemas de 'La Liberación' es su incapacidad para decidir qué tipo de película quiere ser. Como drama familiar, tiene momentos de potencial, explorando las dinámicas complejas entre Ebony, sus hijos y su madre. Como película de terror, es derivativa y poco efectiva. Al intentar ser ambas cosas, no logra ser convincente en ninguna.

La película también falla en su tratamiento de temas sensibles. El abuso infantil y la adicción se presentan de manera superficial, sin profundizar en sus causas o consecuencias. La forma en que se vinculan estos problemas con la posesión demoníaca resulta simplista y potencialmente dañina, sugiriendo que las luchas personales y sociales pueden explicarse a través de fuerzas sobrenaturales en lugar de abordar sus raíces sistémicas y psicológicas.

El tercer acto de la película es particularmente débil, recurriendo a escenas de exorcismo que parecen sacadas de un manual de clichés del género. La resolución es apresurada y poco satisfactoria, dejando muchas preguntas sin respuesta y desaprovechando la oportunidad de ofrecer un cierre significativo a los arcos de los personajes.

En última instancia, 'La Liberación' es una oportunidad perdida. Con un elenco talentoso y temas potencialmente interesantes, podría haber sido una exploración matizada de los desafíos que enfrentan las familias marginadas. En cambio, se convierte en un pastiche poco inspirado de drama social y horror sobrenatural que no logra hacer justicia a ninguno de los dos géneros.

La película también plantea preguntas incómodas sobre la representación de la comunidad afroamericana en el cine. Aunque es loable que Daniels busque explorar las experiencias de una familia negra, el modo en que se entretejen los problemas sociales con elementos sobrenaturales corre el riesgo de trivializar las luchas reales que enfrentan muchas familias.

En conclusión, 'La Liberación' es una decepción en múltiples niveles. Como drama social, carece de la profundidad necesaria para abordar de manera significativa los temas que plantea. Como película de terror, no logra generar ni miedo ni tensión. Y como intento de fusionar ambos géneros, resulta en una mezcla incoherente que no satisface en ningún aspecto. A pesar del talento evidente de su elenco, la película se hunde bajo el peso de sus propias ambiciones mal ejecutadas, ofreciendo poco más que una experiencia frustrante y olvidable para el espectador.

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