'La Gran Exclusiva' es un drama intenso que narra los entresijos de una de las entrevistas televisivas más polémicas de la década pasada. En noviembre de 2019, el programa 'Newsnight' de la BBC emitió una conversación demoledora con el príncipe Andrés de Inglaterra, cuestionándole sobre sus vínculos con el depredador sexual Jeffrey Epstein. Esta cinta expone cómo un equipo de periodistas logró conseguir ese explosivo encuentro.
Dirigida por Philip Martin, quien ha trabajado en la aclamada serie 'The Crown', la película se basa en el libro 'Scoops: Detrás de las Entrevistas más Escandalosas de la BBC' de Sam McAlister, productora de 'Newsnight' encargada de concertar entrevistas. McAlister es interpretada por la talentosa Billie Piper, quien con energía desbordante personifica a esta mujer de clase trabajadora, desarreglada pero tenaz, dispuesta a hacer lo imposible por conseguir el gran golpe periodístico.
Lo que inicia como una faena más de McAlister, convenciendo a fuentes para participar en reportajes rutinarios, da un giro radical cuando descubre las implicaciones del príncipe Andrés con el caso Epstein. A pesar de las reticencias de sus superiores, la productora insiste en que una entrevista con el nieto de la reina Isabel II sería un auténtico bombazo. Así comienza una rocambolesca negociación con Amanda Thirsk, secretaria personal del príncipe, interpretada con aplomo por Keeley Hawes.
La peculiar química entre McAlister y Thirsk, dos mujeres de orígenes distintos pero unidas por el desafío de lidiar con estructuras machistas, resulta uno de los aspectos más cautivadores del film. Mientras la productora sueña con el enorme impacto que tendrá esa entrevista, la secretaria busca limpiar la imagen pública de su jefe, ciegamente convencida de su inocencia. Este contrapunto de visiones proporciona intrigantes matices a la trama.
Una vez que las negociaciones tienen éxito, el foco se desplaza hacia Emily Maitlis, la reconocida presentadora de 'Newsnight' que conduciría el polémico diálogo. Gillian Anderson compone una caracterización formidable, replicando con precisión los gestos y el porte profesional de Maitlis. Preparándose meticulosamente, la experimentada periodista solo tiene una oportunidad para desenmascarar al príncipe.
Del otro lado encontramos al protagonista de esta vorágine: el propio príncipe Andrés, encarnado por un irreconocible Rufus Sewell bajo una elaborada caracterización. Con su arrogancia aristocrática y un permanente aire de superioridad, este Andrew desprecia a todos los que osan cuestionar su supuesta inocencia. Sewell cautiva con su interpretación, reflejando la obcecada negación de un hombre que se resiste a aceptar las consecuencias de sus actos.
La recreación minuciosa de la entrevista mantiene al espectador al filo del asiento. Los testimonios en vivo de Maitlis y el príncipe Andrés no dejaron indiferente a nadie en su momento, y aquí recobran esa misma intensidad tensa y escalofriante. A medida que el miembro de la realeza se hunde en sus propias contradicciones, la impotencia y el sarcasmo de la periodista evidencian lo absurdo de las evasivas de su interlocutor.
No obstante, 'La Gran Exclusiva' va más allá de un simple remedo del incidente televisivo. Por un lado, explora las bambalinas y los preparativos de ambos bandos, permitiendo vislumbrar las estrategias empleadas. Maitlis y su equipo idean formas de hacer que el príncipe se contradiga, mientras que él y sus asesores alientan sus más ridículos adefesios como supuestas justificaciones.
El guion también destaca los dilemas éticos y las tensiones subterráneas en las redacciones de los medios informativos. ¿Hasta dónde se debe llegar en pos de una primicia? ¿Es apropiado desenterrar el pasado indeseable de una figura pública? Estos debates cobran relieves inesperados en la trama.
Por otro lado, la película esboza sutiles reflexiones sobre la falta de perspicacia en las altas esferas del poder británico. En ningún momento parece que el príncipe Andrés midiera las repercusiones de su osadía al acceder a esa entrevista. Su ingenuidad al creer que podría salir impune de semejante escrutinio público evidencia la miope pomposidad de la cúpula real británica.
A fin de cuentas, 'La Gran Exclusiva' no ahonda demasiado en diseccionar las acusaciones contra el príncipe Andrés ni en explorar el impacto de los abusos cometidos por Epstein. Si bien hay algunos destellos al respecto, el film opta por centrarse en recrear la dinámica de los hechos y las tensiones tras bambalinas, realzando la labor periodística.
Las actuaciones de un elenco sólidamente conformado resultan un punto culminante. Piper aporta vitalidad y empuje como McAlister, mientras Sewell exhuda la petulancia injustificada de un noble empedernido. No obstante, es Anderson quien acapara los mejores momentos con una Maitlis fría y tenaz, dispuesta a hacerle tragar sus palabras al príncipe quisquilloso.
En su faceta técnica, 'La Gran Exclusiva' luce una esmera da realización por parte de Martin, quien inyecta tensión con recursos como la musicalización de Anne Nikitin y Hannah Peel. Las transiciones entre los ángulos de Maitlis y el príncipe durante la fatídica plática están sabiamente diseñadas para acentuar los contrastes entre ambos personajes.
Si bien no alcanza las cimas de otros filmes sobre casos periodísticos como 'Spotlight', esta cinta confirma una vez más el talento de Peter Moffat como guionista. Su dramaturgia equilibrada entre el frenesí de conseguir la exclusiva y el retrato humano de los involucrados evita que su película se convierta en un mero ejercicio de docudrama insustancial.
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