Cine y series

Valeria - Cuarta Temporada

María López Castaño

2025



Por -

Las historias de amor y amistad han servido como material narrativo inagotable, pero no todas las obras logran elevar estas temáticas. La cuarta y última temporada de 'Valeria' es un claro ejemplo de cómo una serie puede terminar atrapada en sus propias limitaciones, ofreciendo un desenlace anodino que revela las carencias que la han caracterizado desde sus inicios.

El planteamiento inicial muestra a Valeria atrapada en una relación estable pero tediosa con Bruno, y desde ahí debería surgir la tensión necesaria para dar un cierre satisfactorio a su historia. Sin embargo, la narrativa cae en una repetición de los mismos conflictos de siempre, sin ninguna evolución significativa para los personajes ni sorpresas que justifiquen una cuarta temporada.

El elenco principal, encabezado por Diana Gómez, conserva su química, pero esto ya no es suficiente para sostener una trama agotada. Marina Pérez dirige sin arriesgar, optando por soluciones narrativas previsibles y dejando a sus personajes en un limbo emocional que impide cualquier resolución realmente catártica.

Las subtramas que involucran a Nerea, Carmen y Lola también adolecen de una falta de desarrollo evidente. La maternidad de Carmen, por ejemplo, es tratada de forma tan superficial que cualquier intento de representar los retos de la conciliación queda completamente deslucido. Lola, enfrentada a una nueva crisis vital, nunca consigue una resolución convincente, mientras que el arco de Nerea se siente abrupto y desganado.

Uno de los aspectos técnicos más criticables es la utilización de la banda sonora. Aunque en temporadas anteriores logró destacar en algunos momentos, en esta última entrega su selección es poco inspirada, incapaz de aportar el dinamismo necesario para elevar las escenas clave. Visualmente, la serie conserva su paleta de colores y su estética cuidada, pero esto solo sirve como un envoltorio vacío para una historia que nunca encuentra su ritmo.

El desenlace de Valeria debería haber sido el momento cumbre de la serie. Sin embargo, su decisión final entre Bruno y Víctor carece de cualquier carga emocional o sentido de crecimiento personal. Todo parece suceder por inercia, dejando a la audiencia con una sensación de frustración en lugar de cierre.

Las debilidades del guion son especialmente evidentes en los diálogos, que muchas veces suenan artificiales y forzados. Los personajes, en lugar de evolucionar, parecen estancados en sus mismos dilemas iniciales, lo que subraya la falta de dirección clara en esta temporada.

La cuarta y última temporada de 'Valeria' es el reflejo de una serie que nunca logró superar sus propias limitaciones. Marina Pérez y su equipo se conformaron con una narrativa plana y sin riesgos, que deja más preguntas que respuestas. Aunque la serie siempre apuntó a ser un entretenimiento ligero, ni siquiera logra cumplir con ese objetivo de manera satisfactoria en su desenlace.

'Valeria' concluye su ciclo sin haber encontrado nunca una voz propia. Su última temporada es un recordatorio de que una historia necesita algo más que buenos personajes para destacar: necesita una narrativa coherente, riesgos creativos y una ejecución que esté a la altura de sus promesas iniciales. Sin estos elementos, lo único que queda es la sensación de una oportunidad desperdiciada.

La temporada final de 'Valeria' ya está disponible en Netflix

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