La adolescencia es un terreno resbaladizo, un campo de minas emocionales donde cada paso puede desencadenar una explosión de consecuencias imprevistas. En este paisaje turbulento, donde las hormonas se agitan como un mar embravecido y las identidades se forjan en el crisol de la presión social, 'Inexpertos' se sumerge de lleno, intentando capturar la esencia volátil de esos años formativos. La nueva propuesta de Netflix, dirigida por Dave y John Chernin, se presenta como un espejo que refleja las ansiedades, los deseos y las torpezas de una generación que navega las aguas turbulentas de la escuela secundaria en pleno siglo XXI.

Los hermanos Chernin, conocidos por su trabajo en series como 'It's Always Sunny in Philadelphia' y 'The Mick', trasladan su experiencia en la comedia televisiva al formato cinematográfico con resultados mixtos. 'Inexpertos' sigue los pasos de cuatro amigos recién llegados al primer año de secundaria: Benj (Mason Thames), Connor (Raphael Alejandro), Eddie (Ramon Reed) y Danah, apodado Koosh (Bardia Seiri). Estos jóvenes se enfrentan al rito de paso por excelencia del género: la fiesta de inicio de curso que promete ser el escenario de su transformación social.

La trama principal gira en torno a Benj, un chico tímido que alberga sentimientos por Bailey (Isabella Ferreira), la mejor amiga de su hermana mayor. Este hilo conductor se entrelaza con las aspiraciones de sus amigos por ascender en la jerarquía social del instituto, creando un tapiz de situaciones que oscilan entre lo cómico y lo incómodo. Los Chernin intentan equilibrar el humor grueso característico del género con momentos de ternura adolescente, pero el resultado es inconsistente.

El guion de 'Inexpertos' parece atrapado entre dos épocas. Por un lado, intenta capturar la esencia de las comedias adolescentes clásicas de finales de los 90 y principios de los 2000, con sus situaciones extremas y su humor desenfrenado. Por otro, busca actualizarse para una audiencia contemporánea, incorporando elementos como TikTok y una aparente aceptación más abierta de la diversidad. Sin embargo, esta fusión no siempre resulta coherente, y la película a menudo cae en clichés que pueden resultar anticuados para el público actual.

Los personajes principales, si bien interpretados con entusiasmo por el joven elenco, carecen de la profundidad necesaria para trascender los arquetipos del género. Benj, el protagonista, es quizás el más desarrollado, con Mason Thames aportando una vulnerabilidad creíble a su interpretación. No obstante, sus compañeros quedan relegados a funciones más unidimensionales: el pequeño, el miedoso y el aspirante a 'galán'. Esta superficialidad en la caracterización dificulta la conexión emocional con sus peripecias.

La película intenta abordar temas como la presión social, la imagen personal y la búsqueda de identidad, pero lo hace de manera superficial, sin profundizar realmente en las implicaciones de estos aspectos en la vida de los adolescentes modernos. Las subtramas, como la del profesor de química interpretado por Bobby Cannavale, que acude a la fiesta de los estudiantes, rozan lo incómodo sin llegar a ofrecer una crítica sustancial o un comentario significativo sobre las dinámicas de poder en el entorno escolar.

El humor de 'Inexpertos' es quizás su aspecto más controvertido. Los hermanos Chernin apuestan por un enfoque desenfrenado que incluye chistes escatológicos, situaciones extremas y diálogos cargados de vulgaridades. Si bien algunos momentos logran arrancar risas, otros caen en la repetición o en un intento forzado por escandalizar que puede resultar tedioso para espectadores más maduros o exigentes.

Visualmente, la película se ajusta a los estándares de las producciones de Netflix, con una estética pulcra que, sin embargo, carece de personalidad distintiva. La dirección de los Chernin es funcional, pero raramente innovadora, limitándose a servir como vehículo para las situaciones cómicas sin aportar un estilo visual memorable.

Uno de los aspectos más destacables de 'Inexpertos' es su ritmo ágil. Con una duración de 91 minutos, la película mantiene un tempo constante que evita que el espectador caiga en el aburrimiento, incluso cuando las bromas no funcionan. Esta brevedad es un acierto en un género que a menudo peca de estirar sus premisas más allá de lo necesario.

Las actuaciones del elenco joven son entusiastas, aunque limitadas por el material que tienen que trabajar. Mason Thames y Isabella Ferreira logran generar cierta química en sus escenas compartidas, aportando momentos de ternura adolescente que contrastan con el tono general más estridente de la película. Por su parte, Bobby Cannavale y Kaitlin Olson, en sus roles de adultos, aportan su experiencia cómica, aunque sus personajes quedan subdesarrollados.

'Inexpertos' se esfuerza por capturar la esencia de las comedias adolescentes clásicas, pero su intento de actualizarlas para una audiencia moderna resulta en una obra que no termina de encontrar su voz propia. La película oscila entre momentos de humor genuino y otros que se sienten forzados o fuera de lugar en el contexto actual.

En última instancia, 'Inexpertos' es un producto que parece más interesado en provocar que en ofrecer una mirada fresca o penetrante sobre la experiencia adolescente contemporánea. Si bien puede encontrar un público entre aquellos nostálgicos de las comedias teen de antaño, es probable que deje insatisfechos a quienes busquen una representación más matizada y actual de la vida en la escuela secundaria.

La obra de los hermanos Chernin plantea interrogantes sobre la evolución del género de la comedia adolescente en la era del streaming. En un momento en que las sensibilidades del público están cambiando y las conversaciones sobre representación y responsabilidad en los medios son más relevantes que nunca, 'Inexpertos' parece quedarse a medio camino entre la irreverencia del pasado y las expectativas del presente.

En conclusión, 'Inexpertos' se presenta como un intento de revivir un género que ha visto mejores días. A pesar de contar con un elenco entusiasta y algunos momentos de comedia efectiva, la película no logra trascender las limitaciones de su enfoque ni ofrecer una perspectiva verdaderamente fresca sobre la experiencia adolescente. Queda como un ejercicio de nostalgia que, si bien puede entretener a algunos, difícilmente dejará una impresión duradera en el panorama cinematográfico actual.