Cine y series

¡Estáis cordialmente invitados!

Nicholas Stoller

2025



Por -

Hay algo en la obsesión por la perfección que termina por desmoronarse. La vida, como una boda, es un evento que se planea con esmero, pero que siempre está a merced del imprevisto. ‘¡Estáis cordialmente invitados!’, la nueva película de Nicholas Stoller, se sumerge en este descontrol, donde dos bodas colisionan en un mismo lugar, y con ellas, las expectativas de quienes las organizan. La película, protagonizada por Will Ferrell y Reese Witherspoon, intenta equilibrar el humor vulgar con momentos de ternura, pero en el camino, se pierde en un laberinto de clichés y situaciones forzadas.

La trama gira en torno a Jim (Ferrell), un viudo sobreprotector que busca darle a su hija Jenni (Geraldine Viswanathan) la boda perfecta, y Margot (Witherspoon), una productora de televisión que planea el enlace de su hermana Neve (Meredith Hagner). Ambos reservan, sin saberlo, el mismo lugar en una isla de Georgia, y lo que comienza como un acuerdo cordial para compartir el espacio, pronto se convierte en una guerra de sabotajes y malentendidos. El problema no es la premisa, que promete risas y enredos, sino la ejecución, que oscila entre lo absurdo y lo sentimental sin encontrar un tono coherente.

Ferrell y Witherspoon son actores con un historial cómico sólido, y aquí no decepcionan en cuanto a energía. Ferrell, con su habitual desparpajo, encarna a un padre que lucha por soltar a su hija, mientras que Witherspoon aporta su carisma habitual como una mujer controladora que intenta mantener las riendas de un evento que se le escapa de las manos. Sin embargo, la química entre ambos, aunque funcional en los momentos de confrontación, no alcanza para sostener el romance que la película intenta forzar en su tramo final.

El guion de Stoller, conocido por cintas como ‘Olvídate de Sarah Marshall’, tiene momentos brillantes, pero también tropieza con gags que caen en lo predecible. La escena en la que Ferrell lucha con un caimán, por ejemplo, es tan ridícula como parece, y aunque busca ser un momento icónico, termina por resultar forzada. El humor, en general, se apoya demasiado en lo vulgar y en situaciones incómodas, como un dueto entre padre e hija que bordea lo inapropiado.

Donde la película encuentra cierto equilibrio es en su retrato de las dinámicas familiares. Jim y Margot no son solo organizadores de bodas, sino personas que cargan con sus propias inseguridades y miedos. Jim, aún afectado por la pérdida de su esposa, proyecta su necesidad de control en la boda de su hija, mientras que Margot, distanciada de su familia, ve en el evento una oportunidad para reconectar. Estos matices, sin embargo, se diluyen en un mar de situaciones exageradas y personajes secundarios que, aunque divertidos, carecen de profundidad.

El reparto de apoyo, que incluye a Jack McBrayer como el atribulado dueño del lugar y a Leanne Morgan como una invitada desinhibida, aporta momentos de comicidad, pero muchos de estos personajes terminan siendo meros estereotipos. La película, en su afán por abarcar demasiado, pierde de vista lo que podría haber sido una comedia más íntima y enfocada.

En cuanto al aspecto técnico, la película cumple sin sobresalir. La fotografía captura la belleza del entorno, pero no logra elevarse por encima de lo convencional. La banda sonora, por su parte, intenta compensar algunos de los momentos más flojos con un tono alegre y desenfadado, pero no siempre lo consigue.

‘¡Estáis cordialmente invitados!’ es, en definitiva, una comedia que promete más de lo que entrega. Aunque tiene momentos divertidos y un reparto talentoso, se ve lastrada por un guion que no sabe si quiere ser una sátira descarada o un drama familiar con toques de humor. El resultado es una película que, como una boda mal planeada, tiene sus momentos memorables, pero termina por desinflarse antes de llegar al final.

En un mundo donde la perfección es una quimera, quizás la lección más valiosa de la película sea que el caos, aunque incómodo, es inevitable. Pero para transmitir esa idea, Stoller necesitaba un enfoque más claro y menos dependiente de los lugares comunes. ‘¡Estáis cordialmente invitados!’ es una invitación que, aunque aceptable, no deja una huella duradera.

MindiesCine

Buscando acercarte todo lo que ocurre en las salas de cine y el panorama televisivo.