Los cimientos de una creencia no residen en las paredes de sus templos ni en la doctrina escrita por sus preceptores, sino en aquellos que la viven, la transmiten y la transforman en carne y sangre. En un mundo donde la fe suele presentarse como refugio, como una brújula moral que orienta el paso de quienes la abrazan, también existen relatos que desafían su aparente inmutabilidad. 'El minuto heroico: Yo también dejé el Opus Dei' no es un ajuste de cuentas ni un panfleto envenenado. Es un espacio de testimonio donde la palabra se convierte en herramienta y las cicatrices, en pruebas de una historia compartida.
Laura Sisteró estructura este documental en cuatro episodios que recorren la experiencia de trece mujeres en su ingreso, permanencia y salida de una institución que, durante décadas, ha operado bajo el paraguas de la Iglesia católica con una estructura hermética. La obra no se detiene en la anécdota ni en lo sensacionalista, sino que articula un discurso donde los testimonios adquieren un peso ineludible, acompañados por recreaciones que subrayan el impacto emocional de sus vivencias. En un ejercicio de reconstrucción, la actriz Claudia Traisac da forma a las escenas descritas por las protagonistas, generando una representación que, lejos de la dramatización efectista, se erige como un eco físico de lo relatado.
La dirección de Sisteró se aleja del encuadre frío de una exposición distante y opta por un acercamiento directo, donde la imagen refuerza la desnudez emocional de sus entrevistadas. La mirada de la cineasta no es de denuncia combativa, sino de exposición meticulosa. La ausencia de testimonios que defiendan al Opus Dei es una decisión que refuerza la perspectiva del relato y, aunque podría criticarse como sesgada, el documental no pretende ofrecer un contrapunto equilibrado, sino dar voz a quienes, por décadas, han permanecido en la sombra.
La docuserie presenta un recorrido por las dinámicas de captación de la institución, la estructuración de sus relaciones internas y el control que ejerce sobre sus miembros. Se describen con detalle los mecanismos psicológicos empleados para integrar a las jóvenes en un estilo de vida donde la obediencia absoluta y la renuncia a cualquier tipo de independencia personal se erigen como pilares fundamentales. La docuserie no necesita subrayar la gravedad de sus denuncias con artificios retóricos. Basta con escuchar a sus protagonistas para entender que lo que se expone es un modelo de estructura cerrado, anquilosado en principios que chocan con la realidad contemporánea.
La participación de expertos como el psicólogo John Paul Lennon o el periodista Gareth Gore aporta contexto a las declaraciones de las exmiembros, enmarcando sus vivencias dentro de un fenómeno con raíces históricas y sociales. Sin embargo, el documental no explora con profundidad las reformas recientes de la institución ni sus intentos de adaptación a los nuevos tiempos, lo que deja una sensación de relato incompleto en lo que respecta a su evolución y transformaciones internas.
El montaje, sobrio pero efectivo, dosifica la información con acierto, permitiendo que el peso narrativo recaiga sobre las voces protagonistas. La utilización de recreaciones podría haberse convertido en un recurso fallido de no ser por la sobriedad con la que son ejecutadas. Su propósito no es dramatizar, sino proporcionar un vínculo visual que refuerce la narración oral sin restarle credibilidad. La serie consigue, de esta manera, evitar la sensación de que sus testimonios se diluyan en un mar de datos sin rostro.
'El minuto heroico: Yo también dejé el Opus Dei' es una pieza que interpela al espectador sin necesidad de forzarlo. Su eficacia radica en la manera en que articula la memoria de sus protagonistas, permitiendo que su voz se alce sin interferencias. La ausencia de respuestas fáciles o soluciones definitivas no es una carencia, sino una elección que deja el eco de sus palabras resonando mucho después de que la pantalla se apague.
'El minuto heroico: Yo también dejé el Opus Dei' ya se encuentra disponible en HBO Max.