La vida, en su complejidad, nos enfrenta a menudo con interrogantes que trascienden lo cotidiano y nos sumergen en reflexiones profundas sobre nuestra identidad y nuestro lugar en el mundo. Estas cuestiones se magnifican cuando se entrelazan con el arte y las relaciones familiares, especialmente aquellas entre padres e hijos. En este terreno fértil y complejo es donde Rodrigo Demirjian planta las semillas de su documental 'El Legado', una exploración íntima y multifacética que germina a partir de la muerte de su padre, el pintor neofigurativo Jorge Demirjian.
El film se despliega como un lienzo en blanco que poco a poco se va llenando de trazos, colores y texturas emocionales. Rodrigo, desde su posición de hijo y cineasta, se enfrenta a la tarea titánica de desmantelar el taller de su padre fallecido, un espacio repleto de más de dos mil obras que conforman el legado tangible del artista. Este proceso de desarme físico se convierte en una metáfora del desmontaje emocional y psicológico que el director emprende, excavando en los estratos de su relación filial y en su propia identidad como creador y potencial progenitor.
La cámara de Demirjian se mueve con delicadeza entre los cuadros apilados, los bocetos olvidados y los objetos personales de Jorge, capturando no solo la materialidad del arte, sino también los ecos de una presencia que, aunque ausente físicamente, permea cada rincón del espacio. Este acercamiento visual se complementa con un tejido sonoro compuesto por conversaciones telefónicas entre padre e hijo, grabadas en vida, que actúan como un puente temporal entre el pasado y el presente, entre la vida y la muerte.
Estas conversaciones, lejos de ser meros intercambios triviales, se revelan como diálogos profundos sobre arte, filosofía y existencia. Jorge Demirjian se presenta a través de ellas como un hombre complejo, un intelectual cuyas reflexiones sobre la creación artística y la posteridad plantean interrogantes que resuenan tanto en su hijo como en el espectador. La pregunta "¿Vos pensás, cuando hacés, en la posteridad?" se convierte en un eje alrededor del cual gira gran parte de la narrativa, invitando a una reflexión sobre el propósito del arte y la trascendencia del artista más allá de su obra.
El documental no se limita a ser un homenaje o una simple biografía. Demirjian hijo utiliza la figura de su padre como un prisma a través del cual examina sus propias inquietudes y temores. La paternidad, tanto la experimentada como la potencial, se convierte en un tema central. El director se encuentra en una encrucijada vital, debatiendo sobre su deseo y capacidad de ser padre, un dilema que se entrelaza con su exploración del legado paterno y artístico que ha heredado.
La estructura narrativa de 'El Legado' se aleja de la linealidad convencional, optando por un enfoque más orgánico y asociativo. Demirjian intercala escenas del presente - el desmantelamiento del taller, conversaciones con familiares y amigos - con fragmentos del pasado y reflexiones íntimas. Esta aproximación permite al espectador sumergirse en el flujo de conciencia del director, experimentando de primera mano la complejidad de sus emociones y pensamientos.
Un aspecto destacable del film es su capacidad para mantener un equilibrio entre la gravedad inherente a su temática y un tono más ligero, incluso humorístico en ocasiones. Demirjian no cae en la trampa de la solemnidad excesiva; por el contrario, permite que momentos de comicidad y absurdo se filtren en la narrativa, reflejando la naturaleza contradictoria y a menudo irónica de la vida y las relaciones familiares.
La presencia de la hermana de Rodrigo añade una capa adicional de complejidad al retrato familiar. Sus perspectivas y recuerdos ofrecen un contrapunto valioso a la visión del director, enriqueciendo la comprensión del espectador sobre Jorge Demirjian y la dinámica familiar. Estas interacciones familiares revelan las diferentes formas en que los hijos pueden interpretar y asimilar el legado de sus padres, subrayando la naturaleza subjetiva y personal de la herencia, tanto genética como cultural.
'El Legado' también aborda, aunque de manera más sutil, cuestiones de identidad nacional y pertenencia. Rodrigo, que vive en España desde hace años, se enfrenta a un retorno físico y emocional a Argentina, su país natal. Este regreso forzado por la muerte de su padre se convierte en un catalizador para la exploración de sus raíces y su sentido de pertenencia, temas que se entrelazan con las reflexiones de Jorge sobre la patria y la infancia.
Desde el punto de vista técnico, el documental demuestra una sensibilidad artística que hace honor al legado pictórico de Jorge Demirjian. La fotografía, a cargo de Mayi Gutierrez Cobo, Carolina Álvarez y Natalia de la Vega, captura con delicadeza la textura de los lienzos y la atmósfera íntima del taller, creando un diálogo visual entre las obras del padre y la mirada del hijo. La edición, realizada por el propio Rodrigo junto a Manuel Bauer y Omar Al Abdul Razzak, logra un ritmo pausado pero envolvente, permitiendo que las emociones y reflexiones se desarrollen de manera orgánica.
La banda sonora, compuesta por Leonello Zambón, complementa sutilmente la narrativa visual, evitando el sentimentalismo fácil y optando por una aproximación más contemplativa que realza los momentos de introspección y descubrimiento.
A medida que el documental avanza, se hace evidente que 'El Legado' no es solo una exploración del pasado, sino también una mirada hacia el futuro. Rodrigo Demirjian utiliza el proceso de documentar y comprender el legado de su padre como un medio para definir su propio camino, tanto en términos artísticos como personales. La decisión final sobre su propia paternidad se presenta no como una conclusión definitiva, sino como un paso más en un viaje continuo de autodescubrimiento y crecimiento.
'El Legado' se erige como un trabajo cinematográfico que trasciende las fronteras del documental biográfico convencional. Es una meditación profunda sobre la creación artística, la identidad, la familia y la continuidad generacional. Demirjian logra transformar una experiencia profundamente personal en una reflexión universal sobre cómo nos relacionamos con nuestro pasado y cómo este moldea nuestro futuro.
El film invita al espectador a considerar sus propios legados, tanto los que ha recibido como los que dejará. En un mundo cada vez más acelerado y desconectado, 'El Legado' nos recuerda la importancia de detenernos, mirar hacia atrás y hacia adelante, y considerar cómo nuestras acciones y creaciones pueden resonar más allá de nuestra existencia inmediata.
En última instancia, 'El Legado' es un testimonio de la complejidad de las relaciones humanas, especialmente aquellas que nos definen más profundamente. Es un recordatorio de que nuestros padres, con todas sus virtudes y defectos, son más que figuras unidimensionales; son seres complejos cuyas vidas y obras continúan influyéndonos mucho después de su partida. A través de su lente, Rodrigo Demirjian nos ofrece no solo un retrato de su padre, sino un espejo en el que podemos examinar nuestras propias relaciones, aspiraciones y temores.
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