'El buen italiano', la nueva película del director napolitano Edoardo De Angelis, se presenta como un drama bélico ambientado en los inicios de la Segunda Guerra Mundial. La cinta narra la historia del comandante Salvatore Todaro, un oficial de la Marina Real Italiana a cargo del submarino Cappellini en 1940.
El filme se centra en un episodio particular de la vida de Todaro, cuando decide rescatar a los supervivientes de un barco belga que su submarino ha hundido, a pesar de las órdenes y los riesgos que implica esta acción humanitaria. Este acto de compasión en tiempos de guerra sirve como eje central para explorar temas como el deber, la moral y la humanidad en medio del conflicto.
Pierfrancesco Favino encarna al protagonista con una presencia imponente y una interpretación contenida que transmite la complejidad del personaje. Todaro se presenta como un hombre de mar más que como un hombre de guerra, un líder que valora la vida por encima de las ideologías políticas. Favino logra capturar la dualidad de un comandante que debe equilibrar su sentido del deber con su conciencia moral.
La película no escatima en mostrar las duras condiciones de la vida submarina durante la guerra. Las escenas a bordo del Cappellini son claustrofóbicas y tensas, recreando con detalle el ambiente sofocante y la camaradería forzada de la tripulación. De Angelis consigue transmitir la sensación de aislamiento y peligro constante que experimentaban estos hombres.
Visualmente, 'El buen italiano' es impresionante. La fotografía de Ferran Paredes Rubio captura la inmensidad del mar y la opresiva estrechez del submarino con igual maestría. Las secuencias de acción, especialmente las batallas navales y los momentos de tensión bajo el agua, están bien ejecutadas y logran mantener al espectador en vilo.
Sin embargo, la película no está exenta de problemas. El ritmo es irregular, con momentos de intensidad intercalados con largas secuencias contemplativas que pueden resultar tediosas para algunos espectadores. Además, el guion, coescrito por De Angelis y Sandro Veronesi, a veces cae en diálogos excesivamente expositivos y discursos que bordean lo didáctico.
El tratamiento del contexto histórico es otro aspecto cuestionable. Aunque la película se esfuerza por distanciar a Todaro y su tripulación de la ideología fascista, este enfoque puede parecer simplista y evasivo. La complejidad moral de luchar por un régimen fascista mientras se realizan actos de humanidad no se explora con la profundidad que el tema merece.
La banda sonora, que incluye colaboraciones del músico Robert Del Naja de Massive Attack, añade una capa de tensión y dramatismo a la narrativa. Su combinación de sonidos industriales y ritmos orgánicos complementa bien la atmósfera claustrofóbica del submarino y la vastedad del océano.
El reparto secundario cumple su función, aunque la mayoría de los personajes no están tan desarrollados como el protagonista. Destacan las actuaciones de Massimiliano Rossi como el primer oficial y Johan Heldenbergh como el capitán belga, que aportan matices interesantes a sus respectivos roles.
'El buen italiano' aborda temas universales como la compasión en tiempos de guerra y el conflicto entre el deber y la moral personal. Sin embargo, el tratamiento de estos temas a veces resulta demasiado obvio y carente de sutileza. El mensaje humanitario de la película, aunque loable, se repite con insistencia, corriendo el riesgo de resultar redundante.
La recreación histórica es uno de los puntos fuertes del filme. El diseño de producción de Carmine Gurino, especialmente la reconstrucción del submarino Cappellini, es impresionante y contribuye a la autenticidad de la historia. Los efectos visuales, aunque no abundantes, están bien integrados y añaden realismo a las escenas marítimas.
Es interesante notar cómo la película retrata a los italianos como héroes en un contexto de guerra mundial, algo poco común en el cine internacional. Este enfoque, aunque potencialmente controvertido, ofrece una perspectiva diferente sobre la participación italiana en la Segunda Guerra Mundial.
La decisión de centrar la narrativa en un acto de heroísmo individual plantea preguntas sobre la representación de la guerra en el cine. Mientras que 'El buen italiano' celebra un acto de humanidad, corre el riesgo de simplificar excesivamente las complejidades del conflicto y las motivaciones de los personajes.
El filme también toca temas de identidad nacional y ética militar. La insistencia de Todaro en distinguir entre las leyes del mar y las leyes de la guerra añade una capa interesante a la discusión sobre la moralidad en tiempos de conflicto.
En cuanto a la dirección, De Angelis demuestra habilidad para manejar escenas de acción y momentos íntimos por igual. Sin embargo, su enfoque a veces resulta demasiado didáctico, sacrificando la sutileza narrativa en favor de un mensaje más explícito.
La película hace un uso efectivo de la narración en off, utilizando los pensamientos de Todaro para proporcionar contexto y profundidad emocional. No obstante, este recurso en ocasiones se siente redundante, explicando lo que ya es evidente en la pantalla.
'El buen italiano' se posiciona como una película con ambiciones tanto artísticas como comerciales. Su elección como película inaugural del Festival de Venecia refleja su importancia en el panorama cinematográfico italiano, aunque su atractivo internacional puede ser más limitado.
'El buen italiano' es un drama bélico que intenta equilibrar la acción submarina con reflexiones sobre la humanidad en tiempos de guerra. Aunque visualmente impresionante y bien actuada, especialmente por Favino, la película a veces lucha por encontrar un equilibrio entre su mensaje humanitario y la complejidad histórica del período que retrata.
La cinta ofrece una perspectiva interesante sobre un episodio poco conocido de la Segunda Guerra Mundial, pero su tratamiento del tema puede resultar demasiado simplista para algunos espectadores. A pesar de sus defectos, 'El buen italiano' logra capturar la tensión y el drama de la guerra submarina, ofreciendo momentos de genuina emoción y reflexión.
En última instancia, la película de De Angelis es un intento ambicioso de contar una historia de heroísmo y compasión en medio de uno de los conflictos más oscuros de la historia. Aunque no siempre alcanza las alturas a las que aspira, 'El buen italiano' ofrece una experiencia cinematográfica que invita a la reflexión sobre la naturaleza de la guerra y la capacidad humana para la compasión incluso en las circunstancias más adversas.
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