Cine y series

Dogman

Luc Besson

2023



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En un mundo donde la línea entre lo heroico y lo villano se desdibuja cada vez más, donde la sociedad busca desesperadamente figuras redentoras en los lugares más insospechados, surge una historia que desafía las convenciones y pone a prueba los límites de la empatía humana. 'Dogman', la más reciente propuesta del director francés Luc Besson, se sumerge en las profundidades de la psique humana para explorar las consecuencias del abuso, la soledad y la búsqueda de conexión en un entorno hostil.

La película nos presenta a Douglas, interpretado por Caleb Landry Jones, un personaje complejo y atormentado cuya vida ha sido moldeada por el trauma y la adversidad. Desde su infancia marcada por un padre abusivo que lo encerraba en una jaula con perros de pelea, hasta su vida adulta como un vigilante en silla de ruedas que dirige un refugio canino, Douglas encarna la dicotomía entre víctima y justiciero.

Besson teje una narrativa no lineal que alterna entre el presente, donde Douglas es interrogado por la psiquiatra Evelyn Decker (Jojo T. Gibbs), y flashbacks que revelan su turbulento pasado. Esta estructura, aunque por momentos confusa, permite al espectador adentrarse gradualmente en la mente fragmentada del protagonista.

La actuación de Jones es el pilar sobre el que se sostiene 'Dogman'. Su interpretación oscila entre lo excéntrico y lo perturbador, logrando momentos de genuina empatía junto a otros de inquietante extrañeza. Jones encarna a Douglas con una intensidad que roza lo caricaturesco, especialmente en las escenas de drag donde personifica a Edith Piaf. Sin embargo, es precisamente esta exageración la que subraya la naturaleza desequilibrada del personaje.

El guion de Besson aborda temas como la marginación, la religión mal entendida y la búsqueda de identidad. La relación de Douglas con sus perros, a quienes considera su verdadera familia, se presenta como un comentario sobre la deshumanización y la necesidad de conexión. Los canes, leales y obedientes, contrastan con la crueldad humana que Douglas ha experimentado, convirtiéndose en una metáfora de la pureza y el amor incondicional.

La dirección de Besson es irregular. Por un lado, logra crear atmósferas opresivas y momentos de tensión, especialmente en las escenas de la infancia de Douglas. Por otro, cae en excesos estilísticos que distraen de la narrativa central. Las secuencias de acción, donde los perros actúan como una fuerza de élite canina, rozan lo absurdo y pueden sacar al espectador de la experiencia.

La película juega con elementos de diversos géneros, desde el thriller psicológico hasta el drama social, pasando por toques de comedia negra. Esta mezcla, aunque ambiciosa, no siempre resulta coherente. Besson parece querer abordar demasiados temas sin profundizar lo suficiente en ninguno de ellos.

El aspecto visual de 'Dogman' es uno de sus puntos fuertes. La fotografía de Colin Wandersman captura la desolación de Newark, Nueva Jersey, con una paleta de colores apagados que refleja el estado emocional del protagonista. Los contrastes entre la sordidez del refugio canino y el brillo de las actuaciones de drag añaden capas visuales a la narrativa.

La banda sonora de Eric Serra complementa adecuadamente la acción, aunque en ocasiones cae en el melodrama, especialmente durante las escenas más emotivas. Las interpretaciones musicales de Douglas como Edith Piaf son momentos destacados que permiten a Jones mostrar su versatilidad como actor.

El desarrollo de los personajes secundarios es uno de los aspectos más débiles del filme. La Dra. Decker, interpretada por Gibbs, se queda en un plano superficial, sirviendo principalmente como vehículo para que Douglas relate su historia. Los antagonistas, desde el padre abusivo hasta el líder de la pandilla, El Verdugo, carecen de profundidad y se acercan peligrosamente al estereotipo.

'Dogman' aborda temas complejos como el abuso infantil, la discapacidad y la identidad de género, pero su tratamiento a menudo carece de la sensibilidad necesaria. La representación de Douglas como un individuo con discapacidad que encuentra liberación a través del drag podría ser poderosa, pero se ve empañada por momentos de espectáculo gratuito.

La película plantea preguntas interesantes sobre la naturaleza de la justicia y la venganza. Douglas, con su ejército canino, se convierte en una especie de Robin Hood moderno, robando a los ricos para ayudar a los necesitados. Sin embargo, Besson no profundiza lo suficiente en las implicaciones morales de estas acciones, dejando al espectador con más preguntas que respuestas.

El clímax de la película, que involucra una elaborada secuencia de acción con los perros de Douglas enfrentándose a sus enemigos, es tanto impresionante como inverosímil. Besson parece más interesado en el espectáculo que en la coherencia narrativa, lo que puede resultar frustrante para quienes busquen un cierre satisfactorio.

En última instancia, 'Dogman' es una película que aspira a la grandeza pero tropieza con sus propias ambiciones. Besson intenta abordar temas profundos a través de una narrativa excéntrica y a menudo absurda. El resultado es una experiencia cinematográfica desigual que, si bien tiene momentos de brillantez visual y actuaciones memorables, no logra cohesionar sus múltiples elementos en un todo satisfactorio.

La película deja al espectador reflexionando sobre la naturaleza del trauma y cómo este moldea nuestras percepciones y acciones. Douglas, con todas sus contradicciones y complejidades, se convierte en un espejo distorsionado de una sociedad que a menudo falla en proteger a sus miembros más vulnerables.

En conclusión, 'Dogman' es una propuesta arriesgada que no siempre acierta en su ejecución. La visión de Besson, aunque ambiciosa, se ve obstaculizada por excesos estilísticos y narrativos que diluyen el impacto emocional de la historia. Sin embargo, la película logra plantear preguntas incómodas sobre la naturaleza humana y nuestra relación con aquellos que consideramos 'otros', sean humanos o animales.

Para los espectadores dispuestos a sumergirse en una narrativa poco convencional, 'Dogman' ofrece una experiencia cinematográfica única, aunque no exenta de problemas. Si bien no alcanza las alturas a las que aspira, la película deja una impresión duradera, invitándonos a reflexionar sobre los límites de la empatía, la redención y la justicia en un mundo cada vez más complejo y moralmente ambiguo.

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