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Cazafantasmas: Imperio Helado

Gil Kenan

2024



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'Cazafantasmas: Imperio helado' llega casi 40 años después del estreno de la cinta original de 1984 que dio inicio a este famoso universo. En esta nueva entrega, dirigida por Gil Kenan, la franquicia intenta expandirse y construir un mundo más amplio, aunque los resultados son algo dispares.

La película retoma los eventos posteriores a 'Cazafantasmas: la nueva vida', donde conocimos a la familia Spengler formada por la madre Callie (Carrie Coon), su novio Gary Grooberson (Paul Rudd), y los hijos adolescentes Trevor (Finn Wolfhard) y Phoebe (McKenna Grace). Tras los sucesos paranormales vividos en la pequeña localidad de Summerville, Oklahoma, este peculiar clan se ha mudado a la ciudad de Nueva York para establecer su nueva sede de operaciones cazafantasmas en el mítico parque de bomberos que sirvió de cuartel a la original plantilla de Peter Venkman, Raymond Stantz, Egon Spengler y Winston Zeddemore.

La trama de 'Imperio helado' arranca cuando, tras una rocambolesca persecución urbana de un dragón fantasma que causa cuantiosos destrozos, el obstinado alcalde Walter Peck (William Atherton) amenaza con clausurar el negocio cazafantasmas al considerar inapropiado que Phoebe, menor de edad, participe activamente en operaciones de alto riesgo. Este revés desencadena una crisis identitaria en la joven protagonista, quien se siente apartada de la actividad que más sentido da a su vida.

En paralelo, Raymond Stantz (Dan Aykroyd), uno de los cazafantasmas originales, adquiere de un peculiar vendedor callejero llamado Nadeem (Kumail Nanjiani) una misteriosa esfera de bronce que alberga energías espectrales descomunales. Este artefacto milenario resulta ser en realidad una prisión interdimensional que mantiene encerrada a Garraka, una terrorífica deidad glacial con el poder de congelar todo ser vivo a su paso. Cuando la esfera es accidentalmente abierta en las instalaciones de investigación paranormal de Winston Zeddemore (Ernie Hudson), Garraka es liberada desatando un creciente frío apocalíptico en la ciudad de Nueva York.

Para detener esta amenaza de una nueva era de hielo, los novatos cazafantasmas de la familia Spengler deberán aliarse con los miembros veteranos todavía en activo: Raymond, Winston, e incluso conseguir que el reacio Peter Venkman (Bill Murray) vuelva a enfundarse su mítica combinación de guerrero espectral. Sin embargo, pronto descubrirán que tal vez ni siquiera la unión de fuerzas entre viejas glorias y nuevos talentos será suficiente para enfrentarse a un mal de origen primigenio.

En su intento por revitalizar la franquicia para las nuevas generaciones a la vez que rinde tributo a los clásicos originales, 'Imperio helado' resulta una propuesta irregular que adolece de ciertos desequilibrios en su guion. Por un lado, los realizadores han tratado de dotar a los jóvenes protagonistas de arcos dramáticos más profundos, pero a menudo quedan eclipsados por la nostalgia que destilan las constantes apariciones e intervenciones de los cazafantasmas veteranos.

La subtrama que explora los sentimientos de rebeldía adolescente y descubrimiento de la propia identidad de Phoebe, al establecer un vínculo con una fantasma de su edad llamada Melody (Emily Alyn Lind), constituye uno de los elementos más audaces e interesantes de la película. No obstante, queda finalmente desdibujada entre la maraña de subtramas paralelas y fanservice destinado a los seguidores de las películas originales.

En el reparto joven, Mckenna Grace vuelve a brillar con su caracterización de Phoebe, confirmando las aptitudes que ya demostró en 'La nueva vida'. Por su parte, Paul Rudd y Carrie Coon cumplen adecuadamente en sus papeles de padre y madre sustitutos, aunque sus personajes tienen un desarrollo más plano que en la película anterior. Finn Wolfhard y el resto del elenco juvenil quedan muy desdibujados.

Del reparto adulto, Dan Aykroyd se lleva la parte del león al tener un rol más sustancial que sus compañeros clásicos, interpretando con convicción al siempre entusiasta Raymond Stantz. Ernie Hudson también tiene un papel relevante ampliando las actividades de Winston como empresario y gestor del equipo. Pero sin duda, la situación más llamativa es la de Bill Murray encarnando al icónico Peter Venkman: su presencia queda reducida a poco más que unos breves cameos, cuando no directamente a lo que parece un contrato obligado a cumplir por exigencias comerciales.

En el apartado de nuevas incorporaciones al universo 'Cazafantasmas', Kumail Nanjiani resulta un soplo de aire fresco con su desvergonzado personaje de Nadeem, canalizando buena parte del humor y desparpajo de la cinta. El humorista británico James Acaster y la actriz Celeste O'Connor desempeñan papeles bastante superfluos dentro del excesivo reparto coral.

En su labor direccional, Gil Kenan acierta a capturar con solvencia la esencia general de las películas previas, con una ambientación urbana y nocturna que juega con los claroscuros y la combinación de comedia y elementos más tenebrosos. Los efectos especiales de 'Imperio helado' son impecables, especialmente en la creación del amenazante villano Garraka y de algunas criaturas espectrales menores muy logradas visualmente.

Sin embargo, Kenan y su coclibretista Jason Reitman (hijo del director original Ivan Reitman) parecen incurrir a menudo en el mismo problema: priorizar la complacencia de los seguidores veteranos mediante referencias y cameos por encima de construir una historia cohesionada. 'Imperio helado' avanza de forma un tanto errática, abordando demasiadas subtramas que acaban recibiendo un desarrollo desigual. Algunas resultan golosas aunque se quedan a medio cocer, mientras que otras meras digresiones para atraer por la vía nostálgica restan tiempo y atención a las verdaderas líneas argumentales principales.

Es comprensible el deseo de los realizadores de rendir tributo a los clásicos de los años 80 que marcaron toda una generación de fans. Pero al mismo tiempo, si se pretende erigir una continuación que amplíe este mundo para el público del siglo XXI, quizás sea necesario abrazar de una vez por todas la renovación y el relevo generacional. La nueva camada de cazafantasmas formada por los hijos Spengler tiene sin duda material para protagonizar aventuras cautivadoras por sí mismas sin depender tanto del andamiaje del pasado.

'Cazafantasmas: Imperio helado' es un producto que entretiene de forma intermitente, cuando consigue encontrar su propia personalidad narrativa y no queda eclipsada por las constantes reminiscencias de los filmes originales. Las interpretaciones de los jóvenes protagonistas, la acción espectral y el diseño del enemigo a combatir son algunos de sus puntos fuertes. Pero al mismo tiempo, la acumulación de tramas inconexas y la descompensada atención prestada a viejos conocidos frente a nuevos personajes, lastra la consecución de una obra más redonda y satisfactoria. La franquicia da muestras de disponer todavía de combustible creativo, pero necesita armarse de valentía para abandonar por fin las muletas de la nostalgia.

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